SINOPSIS
Franz Biberkopf es un joven homosexual,
vulgar, ingenuo y bonachón que, después de trabajar como "Fox, la cabeza
parlante" en una feria, gana medio millón de marcos en la lotería, lo que
le permite frecuentar círculos gays más selectos. En este exquisito ambiente se
enamora de Eugen, hijo de un empresario que posee una imprenta al borde de la
bancarrota. Eugen, que ha dejado a su amante, inicia con Franz una relación
interesada: en varias ocasiones le saca dinero para la empresa paterna, le hace
comprar el piso y los muebles que compartirán, e intenta incluso corregirle sus
toscos modales tan alejados de la educación burguesa. Además, programa un viaje
a Marrakech. (FILMAFFINITY)
EDITORIAL
Sombras que anuncian la muerte. El terror
acecha en los barrios más bajos. Solo algunos tendrán ese golpe de suerte que
los saque del precipicio. La ignorancia asoma sus narices de forma tiránica. A
la gloria o Devoto se puede llegar en tiempo récord. Estar arriba o abajo depende
de ambas caras de la moneda. Del éxito a la condena. De los amigos del campeón
a la soledad más lúgubre. El poder corrompe. Dictamina normas y establece
leyes. Justifica muertes y ejecuta represalias. La ambición equivoca los
caminos. Las palabras mueren antes de salir de los labios. El dinero es lo que
dispone la importancia del ser. Seres que son moneda de cambio. Sin
sentimientos. Relegados por el deseo de lograr el mayor rédito posible en el
menor tiempo.
La llegada al éxito marea. La caída será dolorosa. El abismo
quedará más cerca que antes. La fortuna no siempre sonríe. Y allí aparecen los
olvidados de siempre. Los que tendrán que convencer a sus propios ojos de
despertarse de sus sueños. Esos sueños que morirán antes del amanecer. Y si no
hay sueños, para que sirve vivir, preguntará alguno. Y no habrá respuestas.
Serán los espectros en las noches. Los veremos siempre bebiendo en el mismo
bar, hasta desangrar sus hígados. Al menos, siempre que haya una moneda
guardada en su bolsillo. Dando pasos en falso. En definitiva, sobreviviendo.
Tratando de escapar de las tiranías del Estado y del abuso de las fuerzas de
poder. Pero sabiendo al mismo tiempo que la ciudad también es una selva, donde
los más débiles quedarán en el camino, tal como sentencia la ley del más
fuerte.
Marcelo De Nicola.-
Canción elegida para la editorial
IMPRESIONES
SOBRE LA LEY DEL MAS FUERTE
La modernidad ha provocado dos peligrosos
malentendidos. El primero está representado por la preocupación, por el ansia
de ser amados, que predispone al hombre a un esfuerzo constante para conseguir
volverse amable y apreciado, coleccionando éxito, dinero, belleza y poder. El
segundo está encarnado por la preocupación de encontrar a toda costa el objeto
del amor. Erich Fromm en su libro el
arte de amar sintetiza esta esta situación: “No es el acto de amar, sino algo o alguien que amar”. La paradoja
de la modernidad y el consumismo es reducir el amor a un mero objeto
apetecible. El amor auténtico decía Fromm, es dar activamente. Pero no se trata
de dar solo en el sentido material de ceder algo a alguien, sino también
aspectos de nosotros mismos, enriqueciendo y mejorando la vida del otro.
Fromm
reconoce “que el amor no se reduce solo a
esto, sino que se basa en otros elementos como la atención, el respeto, la
responsabilidad y el conocimiento. El deseo de ver a la otra persona amada
satisfecha en la realización de sí misma y de sus potencialidades se manifiesta
en todas sus fuerzas. El amor es la penetración activa de la otra persona, en
la que mi deseo de conocer es mitigado por la unión, donde me conozco a mí
mismo, conozco a todos y no conozco nada. Por eso hay una solo vía posible en
la que encaminarse para que el hombre pueda amar y sentirse amado, amarse a sí
mismo”. La desintegración del amor llevada a cabo por el mundo capitalista
no está separada de la desintegración del yo, sino que es su trágico epílogo.
Volviendo a Fromm dice ante esto: “Este
escenario dramático es el resultado inevitable de las contradicciones con las
que el hombre está obligado a vivir inauténticamente, que sustituyen sin
escrúpulo la admonición del conócete a ti mismo por los eslóganes fáciles y
evocadores de las férreas lógicas del mercado que reduce la felicidad en una
mera satisfacción”. Podemos ver un paralelismo entre Fromm y el director
alemán Rainer Werner Fassbinder con
su film “La ley del más fuerte”
realizada en 1974 donde expone de manera cruda y feroz su visión sobre las
relaciones de poder existentes en una pareja, aquellas que convierten al que
más ama en una víctima. La relación entre explotación económico-cultural y
explotación de los sentimientos en una pareja.
Es implacable la naturalidad con
que aparecen expuestos los mecanismos de represión y aprovechamiento que se dan
entre Franz y Eugen, donde expone en toda su crudeza cómo la opresora educación
burguesa desactiva la identidad del individuo: "Debes aprender, aprender y aprender. Es difícil, pero nos las
arreglaremos para hacer de ti una persona totalmente distinta" le dice
Eugen a Franz como el pedagogo de la relación, aquel que aspira a dominar al
proletario, culturizarlo y civilizarlo. Junto con un empleo que hace el
director de la profundidad de campo logra de ese modo aprisionar a los
personajes, dando un efecto teatral por momentos donde se desarrolla esta
aterradora parábola acerca de la búsqueda de la propia identidad, la
hipocresía, la educación la diferencia de clases, las amistades y relaciones
interesadas. Fassbinder roza lo pornográfico en el sentido explícito que
muestra “el tener, el elogio de lo
efímero, la muerte y el anhelo y el olvido del Ser”. Fromm nos muestra cómo podemos perdernos en
esas faustas profundidades si no aprendemos que el error más grande del ser
humano es querer censurar y reprimir la expresión de sus propias facultades.
Marina Rossetto.-
Canción post impresiones
UNIVERSO
FASSBINDER
Nacido el 31 de mayo de 1945 en Baviera,
Alemania. Hijo de un médico militar y de una traductora, que se separaron
cuando tenía seis años. Empezó en el mundo del teatro escribiendo, adaptando y
dirigiendo obras. Su llegada al cine se da en 1966 con el cortometraje El
vagabundo. Sus primeros largos fueron en 1969: El amor es más frío que la muerte y Katzelmacher, con la primera película logra el premio a mejor
fotografía y con la segunda el de mejor película alemana. Esa primera época fue
claramente influenciada por la Nouvelle Vague. Empieza a
interesarse en el melodrama estadounidense gracias a los films de Douglas Sirk, a quien va a visitar a su
residencia de Lugano, Suiza.
Su propósito desde ese momento fue crear unas
películas «como las de Hollywood, pero
sin la hipocresía». Esta intención dio lugar a un estilo de filmar atrevido
y moderno (tan moderno como el de sus primeras películas, pero con otra
actitud). La presencia de la cámara se hace casi visible al espectador, por los
ángulos, los movimientos y los planos que hace, consiguiendo así una
anti-naturalidad que pretende distanciar al espectador y obligarle a juzgar las
historias sin manipulaciones sentimentales. Su primer «melodrama distanciado»
fue Las amargas lágrimas de Petra von
Kant (1972), que fue su primer éxito internacional.
A partir de ahí se
verán películas más crudas, frías y distantes. Recorrerá con su cine todo su
país, filmando en lugares tan disímiles Baviera, Baden, Fráncfort, Coburgo y
Berlín. Llevó al cine grandes obras literarias alemanas como Effi Brest (1894) de Theodor Fontane o Berlin Alexanderplatz (1929) de Alfred Döblin. Algunos de sus films más renombrados son Dios de la peste, ¿Por qué le da el ataque de locura al Señor R.?, El
soldado americano (las tres de 1970), El
mercader de las cuatro estaciones, La
angustia corroe el alma, El viaje a
la felicidad de mamá Kuster, Ruleta
china, Un año con trece lunas, El matrimonio de María Braun, Lola, Lili Marleen, La ansiedad de
Veronika Voss y su film póstumo Quarelle.
Alcohólico y adicto a las drogas vivió su vida a mil por hora. Su muerte llegó tras
un fallo cardíaco, al parecer resultado de la interacción entre somníferos y
cocaína, el 10 de junio de 1982 con sólo 37 años y más de 40 films en su haber.
Retrató todas las clases sociales: la burguesía en Ruleta china, los
comerciantes en El mercader de las cuatro estaciones, el proletariado sobre
todo en Viaje a la felicidad de Mamá Küster, el lumpen en El amor es más frío
que la muerte, la patronal en La tercera generación, los intelectuales en El
asado de Satán, los periodistas en La ansiedad de Veronika Voss, los artistas
en Lili Marlene, los inmigrantes en Katzelmacher. De ahí que haya sido llamado
el Balzac del cine alemán. Su estilo
tuvo el perfil marcado de los grandes directores, se habla de él como un gran
director de escena, ya que cada plano estaba minuciosamente diseñado para
provocar un fuerte impacto estético en la pantalla, ya fuera por su sobriedad o
por sus retorcidas técnicas. Para eso contó con la ayuda de la cámara Michael Ballhaus, quien luego trabajó
con directores como Martin Scorsese,
Francis Ford Coppola, Robert Redford, Wolfgang Petersen, Robert Redford
o Barry Levinson.
La soledad, el
miedo, la emancipación femenina, los personajes oscuros, el homosexualismo, la
doble personalidad (doppelgänger) de
varios de sus personajes, el abuso de drogas y la prostitución, fueron algunos
de los temas que trató un director en una época que buscaba su nuevo mundo. La
falta de su padre, también hizo que la mayoría de los personajes fuertes sean
femeninos. Además, como su ritmo de trabajo era imposible de soportar para los
productores cinematográficos, más acostumbrados a esperar la amortización
parcial de sus films antes de seguir adelante, Fassbinder acabó alternando
teatro con cine y con televisión, medio para el que rodó varias series de éxito
que luego, convenientemente cortadas en su metraje, fueron estrenadas en las
salas comerciales de exhibición. Esa pasión enfermiza por su trabajo lo
confirmó en toda una declaración de principios: “Ya dormiré cuando esté muerto”, a lo que agregaba “Cada cual debe decidir si es mejor llevar
una vida breve pero intensa o larga y rutinaria”. Claramente el maestro
alemán eligió la primera.
FICHA
TÉCNICA
Título original: Faustrecht der Freiheit
Año: 1975
Duración: 123 min.
País: Alemania del Oeste (RFA)
Dirección: Rainer
Werner Fassbinder
Guion: Rainer
Werner Fassbinder, Christian Hohoff
Música: Peer Raben
Fotografía: Michael Ballhaus
Reparto:
Rainer Werner Fassbinder, Peter Chatel, Karlheinz Böhm, Rudolf Lenz, Karl
Scheydt, Hans Zander, Kurt Raab, El Hedi ben Salem.
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