EDITORIAL
¿Quiénes
somos? ¿Estamos solos en este planeta? ¿Por qué ese maldito egocentrismo de
creernos los únicos? El hombre es un ser destructivo por naturaleza. Tiene el
dudoso mérito de convertirse en el más salvaje de la tierra. Destruyó bosques,
contaminó ríos, aniquiló poblaciones enteras… ¿En busca de qué? De aumentar su
propio poder. Y si hubiera vida en otro planeta, seguramente también intentará
destruirla.
Ciertos
empresarios sin moral alguna vez han pensado en habitar la luna. Por la dudas,
recordémosla. Blanca y radiante. Porque si alguna vez llegamos a ella, todo lo
que hemos visto cambiará automáticamente, cada paso del hombre, será un tiempo
menos de vida para el satélite terrestre. Como pasa ahora con el planeta
Tierra, al que matamos lentamente, por medio de la contaminación y las guerras,
que demolieron estructuras históricas, sino busquemos en la red lo que era
Damasco, la capital siria, antes y después de la guerra…
Muchas
muertes por culpa del poder, de la religión, o simplemente, del racismo. Ayer
me detuve a pensar algunas preguntas y no tuve respuestas. Recordaba el
apartheid por el que pasó el pueblo sudafricano durante varios años, donde ser
negro era casi un insulto para la raza blanca. Playas solo para blancos,
transporte público donde no se podían mezclar las razas, y demás legislaciones,
eran posibles gracias a las políticas que había implementado el gobierno local.
Alguna
vez, quien fue la víctima más conocida de ese proceso, Nelson Mandela, dijo: “Mi
ideal más querido es el de una sociedad libre y democrática en la que todos
podamos vivir en armonía y con iguales posibilidades”. Me duele pensar que eso
es cada vez más difícil. Desde tiempos ancestrales la libertad está puesta bajo
prisión. Llegamos a vivir genocidios de distintos tipos, desde el Holocausto
más temido, hasta las dictaduras más sangrientas, perpetradas por los profetas
del odio, disfrazados de querubines de la paz.
Hoy
lo seguimos viendo a través del miedo que imponen los televisores de occidente,
taladrando cerebros como víctimas de oriente. Nos muestran atentados en las
grandes metrópolis europeas, pero evitan poner en primer plano los bombardeos
en los pobres países del tercer mundo. Eso también es racismo, porque para
ellos las vidas no valen lo mismo.
Una
vez nos dijo un amigo de esta casa, el inmortal Bob Marley “las guerras
seguirán mientras el color de la piel siga siendo más importante que el de los
ojos”. Y si entre iguales nos hacemos tanto daño, como imaginar que no será
igual o peor si halláramos vida extraterrestre. O vida inteligente, como dicen
algunos. ¿Será porque ellos serían incapaces de arruinar todo como hacemos los
seres humanos? Será cuestión de tiempo entonces para saber si hay algo más en
otra galaxia. El universo es demasiado grande para creernos los únicos, pero
así somos, crueles hasta el final de nuestras vidas. Seguramente, ese día
llegará, los universos tan diferentes se verán las caras y será el momento, una
vez más, de declarar una nueva guerra.
Marcelo
De Nicola.-
Canción elegida para la editorial
Canción elegida para la editorial
IMPRESIONES SOBRE SECTOR 9
Un
hombre que camina disperso a través de la arena infinita que recubre la inmensa
soledad de una playa, al divisar a lo lejos los aparentes rasgos de una
desdibujada silueta, se convierte, inevitablemente en un asesino. Allí, en
aquel horizonte lejano, nacerá huérfano el otro. Ese otro que conspirará y
acechará contra todo el meticuloso esquema de sentido que a través de nuestra
cultura, las costumbres y a través del tiempo hemos ido construyendo. El otro,
inevitablemente nos excede. El otro, y hablo de él como otredad plena, escapa
completamente a nuestra concepción del mundo, lo que lo convierte en lo
inexplicable, lo incomprendido; es la maldita bestia que no encaja y de la que
no puedo apropiarme para ejercer sobre ella el poder de aquel que genera
sentido. El otro, entonces, pone en peligro lo que soy. Hace algún tiempo, se
oyó decir a alguien por las calles de este barrio que la Patria es el Otro.
Fue tal vez ese dicho una de las revoluciones
verbales más grandes de los últimos tiempos. La Patria, es aquello que nos da
una unidad, aquello que nos identifica. El otro, es todo aquello que yo no soy.
Es lo distante, lo ajeno. Poder plantear abiertamente esta idea, no hace más que
hablarnos de la valentía y la profundidad con la que por primera vez se abordó
aquel concepto tan complejo que nos hermana que es la Patria. Hablar de las
necesidades del otro para identificarnos y apropiarnos de ellas, es plantear un
debate real y sincero sobre la tolerancia y la inclusión.
Este debate estará
planteado con excelencia y precisión a través de una fuerte metáfora en el film
del director Neill Blomkamp llamado
Sector 9. La película mezclará la ficción con una estética que remitirá al
documental, o mejor aún, a su material crudo, buscando de esta manera darle un
valor de verdad y autenticidad al material expuesto. Quedará planteado entonces
con esta estructura, el punto de vista del narrador, que no será otro que el
del yo, o sea, el del sujeto portador del sentido. Quedará claramente graficada
esta idea desde el comienzo del film en el cual podemos ver a distintas
particularidades exponiendo sus puntos de vista sobre lo sucedido con el
protagonista Wicus Van de Merwe. En
el lado opuesto, estará el otro, el sujeto amenazante de aquella estabilidad
aparente en términos de Machalski.
La bestia, el alien. De la mano de Wikus transitaremos
la curva dramática planteada por la estructura narrativa del relato, será él el
que padezca el conflicto, el que terminará, literalmente, movilizado y
transformado por aquel choque de fuerzas al contaminarse con el ADN alienígena.
Pensaremos tal vez al presenciar esta mutación en aquella otra metamorfosis Kafkiana,
al pensarla como la posibilidad real y sincera de ponerse por primera vez en el
lugar del otro, de experimentar con crudeza su punto de vista. Dejar de ser uno
para pasar a ser otro es experimentar la fatalidad de un gran error. Dejar de
ser yo es pasar a ser nadie, y como ya hemos hablado varias veces en este foro,
ser nadie es dejar de ser, y no ser no es
otra cosa que la muerte misma. La idea aquí, mis queridos amigos, es otra.
Una mucho más seductora, revolucionaria y transgresora. La idea aquí propuesta
es la de aquel sueño de integración, es la gran aventura de destruir, pero
destruir para luego construir, porque como ya todos sabemos, construir sin
destruir, no supera la ilusión.-
Lucas
Itze.-
Canción post impresiones
También sonó este hermoso tema
Un gran remedio, para un gran mal
Canción post impresiones
También sonó este hermoso tema
Un gran remedio, para un gran mal
UNIVERSO BLONKAMP
Nacido
en Sudáfrica, a los 16 años conoció a Sharlto Copley (protagonista de Sector 9),
que acudía a su misma escuela. Copley le encargó el uso de efectos digitales en
su compañía de producción para que siguiera su pasión y talento por la
animación 3D y el diseño. Su familia se mudó a Vancouver cuando Blomkamp tenía
18 años. Comenzó a estudiar en la Vancouver
Film School ese mismo año. En 2003, fue contratado para ilustrar una
exposición sobre aviación futura para Nike
y en 2004 otra sobre automóviles del futuro para Citröen. Después de un par de cortos, tuvo la posibilidad de
dirigir para los videojuegos de Halo
con el que llegó a ganar un premio en Cannes,
y eso llamó la atención de Peter Jackson,
quien se entusiasmó para dirigir el film basado en el videojuego. Como no pudieron
juntar los fondos necesarios, Jackson decidió producir Sector 9, que había visto la luz en 2005 como corto, bajo el nombre
de Alive in Joburg.
Luego
de sensacional estreno, nominación al Oscar como mejor película incluida, llegó
Elysium en 2013, en un futuro la
Tierra está superpoblada, y bajo una contaminación alarmante, y sólo la parte más
rica habita en un hábitat especial llamado Elysium.
Dos
años después se estrenó Chappie, la
historia de un robot con sentimientos adoptada por una familia disfuncional.
Hoy
está trabajando en dos proyectos por demás interesantes: Alien 5 y Sector 10.
FICHA TECNICA
Título
original: District 9
Año:
2009
Duración:
111 min.
País:
Sudáfrica
Director:
Neill Blomkamp
Guión:
Neill Blomkamp, Terri Tatchell
Música:
Clinton Shorter
Fotografía:
Trent Opaloch
Reparto:
Sharlto Copley, Jason Cope, David James, Vanessa Haywood, Mandla Gaduka,
Kenneth Nkosi, Eugene Khumbanyiwa, Louis Minnaar, William Allen Young
SINOPSIS
Tras
la llegada de una enorme nave espacial a Johannesburgo (Sudáfrica), los
alienígenas fueron encerrados en campos de concentración en calidad de
refugiados. Unos veinte años antes, cuando los extraterrestres entraron en
contacto con nuestro planeta, los hombres esperaban un ataque hostil, o un gran
avance tecnológico. Pero nada de ello sucedió.