EDITORIAL
La
luz de la estación titila, como si fuera un último pestañeo antes de dormir. El
foco, único en unos metros a la redonda, encuentra en esos pequeños insectos
que sobrevuelan a su alrededor, algo de vida, y sólo esos tristes zumbidos
alejan el franco silencio.
Ese
silencio, de pronto es interrumpido por un ruido que se escucha desde lejos,
pero a medida que pasan los minutos, se hace cada vez más real, más cercano. La
enorme figura de una locomotora, llena de luces y envuelta de humo, parece
salida de un oscuro cuento infantil.
De
la montaña de vapor, emerge la rocosa figura de un anciano, con un sombrero de
los de antes, una camisa oscura y una valija empapada de recuerdos. Sus lentos
pasos, son devorados rápidamente por el sonido del tren, que se va dejando miles
de anécdotas en el camino.
A
medida que avanza, nuestro héroe empieza a notar que el pueblo está igual, pero
a la vez distinto. El viejo motel fue reemplazado por uno más luminoso, aunque
seguramente menos amigable. Los autos largos y de chapa dura, fueron cambiados
por modelos raros o camionetas con ruedas más altas que los autos de su
infancia. La plaza del barrio, donde antes estaban las señoras charlando quien
sabe de que, fue enlazada por pintorescas rejas, y por jóvenes asesinos de
sueños, que emergen como fantasmas, entre el humo del cigarrillo, y otros
olores más alucinógenos.
“La
vejez en los pueblos. El corazón sin dueño. El amor sin objeto. La hierba, el
polvo, el cuervo. ¿Y la juventud? En el ataúd.” Decía Miguel Hernández, y él
recordaba esas palabras en la voz de su viejo, a medida que recorría las
diferentes arterias del poblado, y no dudaba en sentirse identificado y dándose
cuenta quizás tarde de ese significado.
Porque
el pueblo está arruinado, ya que esas vías que antes le daban vida al lugar,
hoy no son más que simples pedazos de hierro, que sólo sucumben una vez cada
tanto. Porque ese corazón quedó olvidado en un punto sin retorno, ya que el
amor fue vencido, por el desagradable pero eficaz puñal de la muerte. Porque la
hierba que rodeaba los campos se secó, dejando al polvo huérfano de donde
apoyarse, y al cuervo mendigando algo de piedad, alargando el final de sus
días. Y finalmente, porque la juventud encontró en esos viejos, a las presas
más fáciles, mientras empuñan la bandera de la inconciencia.
Y
así fue llegando a la vieja estancia, con maderas destruidas, árboles más
añejos y el perfume de esos olores que hacía tiempo no sentía. A lo lejos,
esperaba el viejo sillón, se acercó lentamente, apoyó la valija en el piso y se
sentó a mirar pasar las horas, repitiéndose para sus adentros: “el
final es en donde partí”.
Marcelo
De Nicola
Canción
elegida para la editorial
IMPRESIONES PARA NEBRASKA
Ojala
que el final de esta absurda aventura, nos encuentre, por lo menos, aun deseando.
Desear, por ejemplo, ser mejores que aquel imbécil que afeite por la mañana y
que apuro con cobardía su café, en aquella rápida huida hacia los escombros del
tiempo. Desear un último amanecer desvelado, para descubrir en él todavía
nuevos colores. O Desear también no olvidar jamás tus ojos, ni sus pequeñas
manos cuando tomaron las mías con las pocas fuerzas que le quedaban, luego de
enfrentarse cara a cara a la cólera de algún dios, en aquel naufragio que es el
nacimiento. Desear una última página más, con algún texto que nos sorprenda,
para volver a derribar con dudas aquel polvoriento mundo que nos rodea. Desear
una última copa, un último brindis con aquellos canallas que caminaron
inexplicablemente a mi lado hasta la fría hora de las cuentas. Escupir con
ellos sobre la maldita tumba del mundo. El deseo, no es otra cosa que la
reafirmación de un futuro, un chantaje del tiempo, la promesa que impulsa el
próximo paso.
La vivencia parcial y anticipada de una acción, que nos reclama
desde las inciertas sombras del porvenir. Y fue a partir del deseo, que nuestro
amigo Woody Grant comenzó dejo su sillón y comenzó aquel camino que
dio sustancia al film “Nebraska” del director Alexander
Payne. La película comienza planteando la idea del retorno. Las frías
nieves del tiempo decoran sutilmente el camino, Woody camina lento, tambaleante
aunque decidido. Su dirección no es la lógica, aquella que nos convidaría a
pensar en el futuro, aquella que nos empujaría a la idea fantasiosa del correr
del tiempo. Muy por el contrario, Woody vuelve, avanza sobre las estelas de un
camino ya transitado, hacia un pasado lejano, tan lejano como la posición de
aquel objetivo de cámara que lo narra. El viaje de nuestro protagonista será
interrumpido reiteradas veces primero por la policía, luego por su esposa y
hasta por su hijo quien terminara cediendo ante el profundo deseo de su padre
de viajar para cobrar un premio fraudulento que promete una suma absurda de
dinero. Comenzará allí cierto juego entre padre e hijo que nos recordara aquella
otra maravillosa película del amigo Burton,
que este humilde foro tuvo el honor de tratar, hablo de “El gran pez”. Tanto allí como aquí, el hijo descreerá de su padre,
de sus fantasías y caerán ante la realidad de saberse unos desconocidos. David,
hijo de Woody, utilizara aquel viaje, desandará aquel largo camino que también
es el suyo, para encontrar ciertas respuesta a esa terrible incógnita que es su
padre.
El film poseerá una fotografía extraordinaria, en blanco y negro, con
planos pictóricamente compuestos que con seguridad nos harán recordar al cine
de los hermanos Coen. Tanto el montaje, como los movimientos de
cámara, estarán pensados según el punto de vista del protagonista, y lo
acompañaran desde la lentitud de sus movimientos o la inmovilidad misma, propia
de la cámara fija. Woody volverá a su pueblo, se encontrará con viejos
rostros conocidos, visitará los desgastados escombros de la casa de su niñez y
no hallará más que dolor en todo aquello. Habrá allí, entonces, el destello de
una película quizás mejor, o por lo menos, más profunda. Captaremos en la insuperable
actuación de Bruce Dern, que interpretará a Woody, la potencia de lo
sugerido. Veremos en su accionar ínfimo, casi nimio, aquel profundo dolor
bailar en sus entrañas. Veremos la muerte de su hermano, repetirse intacta en
aquellos ojos perdidos. Sentiremos la inexistencia del cariño en el
ensordecedor silencio entre él y su hermano. Tomaremos nota de su derrota
familiar al ver su constante ausencia en el aquí y ahora. A pesar de todo esto,
Woody transitará su infierno con el noble objetivo de dejarles algo a sus
hijos. Desde este mismo foro, hemos repetido reiterada veces la idea de la
imposibilidad del retorno. Nadie vuelve a ningún lado. El camino recorrido
murió de la misma manera que lo hizo aquel que comenzara el viaje. Ir para
atrás, muchas veces es una forma de ir hacia adelante. Retornar es quizás la excusa
perfecta, para seguir caminando.-
Lucas
Itze.-
Canción elegida para las impresiones
UNIVERSO PAYNE
Nacido
en Nebraska en febrero de 1961, descendiente de una familia griega, comenzó con
un pequeño corto titulado Carmen en
1985, mientras estudiaba en la Universidad de California de Los Angeles. Es una
comedia muda, sobre un deficiente mentas que trabaja en una gasolinera y se
enamora de una chica llamada Carla.
Su
segundo film, co-escrito con Jim Taylor (como todos sus films, excepto
Nebraska), fue Citizen Ruth, con
Laura Dern en el papel de una chica drogadicta y pobre que se convierte en el
centro de atención mediático cuando queda embarazada y su situación la lleva a
decidir abortar: en ese instante, abortistas y anti-abortistas entrarán en
batalla campal y la utilizarán para conseguir imponer su postura.
En
1999 se pone detrás de cámara para el film que lo empezó a hacer reconocido en
el mundo del cine: Election, una
sátira sobre una candidata que hace cualquier cosa para ganar en las elecciones
en un instituto americano. La película
fue nominada al Óscar al mejor guion adaptado, a los Premios Globo de Oro en la
categoría de mejor actriz (Witherspoon) y Independent Spirit Award a la mejor
película en 1999.
En
2002 filma Las confesiones del Sr.
Schmidt, con un magnífico Jack Nicholson en el papel de un anciano que se
quiere jubilar y no sabe qué hacer con su vida. Lo único que quiere es cruzar
todo Nebraska para impedir que su hija se case con quien él considera un
imbécil. En el medio, queda viudo y como si esto fuera poco, mantiene una
relación epistolar con un huérfano de seis años que vive en Tanzania y al que
acaba de apadrinar. Ganó el Globo de Oro
al mejor guion y mejor actor y fue nominada a la Palma de Oro en Cannes.
Terminó
de confirmar su gran momento dos años después con el film Sideways (Entre Copas), la historia de dos amigos de alrededor de
40 años que deciden ir a despedir la soltería de uno de ellos recorriendo
viñedos, pero que no tienen nada en común, sólo tratan de escaparse la crisis
de la mediana edad. Nominada a mejor
película, se llevó el premio a mejor guión adaptado en el Oscar, y a mejor
película de comedia y mejor guión en los Globos de Oro. Así como también arrasó
en el Festival de Cine Independiente, donde ganó todos los premios a los que
estuvo nominado (película, director, guion, actor, actriz y actor secundario).
En
2006 dirige en último corto de Paris Je Táime, y cinco años después llega Los Descendientes, otro éxito, donde
George Clooney, vive en Hawai y es padre de dos hijas adolescentes, sufre un
recambio en su vida cuando su mujer queda en coma por un accidente. En el
medio, debe definir con su familia, unos primos que malgastaron una fortuna
heredada, qué hacer con una propiedad que tienen en Hawai, que posee un valor
incalculable. Nuevamente el tema de la ambición, eje central de la película. Nuevamente se llevó el Oscar a Mejor guion y
el Globo de Oro a Mejor película. Además del guion de cine independiente.
Nebraska
sigue el mismo camino lleno de nominaciones y dándole a Bruce Dern un merecido premio a mejor actor en Cannes.
Lo último que se viene es
Downsizing, con Matt Damon y Reese Witherspoon y
que se centra en un tipo que se da cuenta de que tendría una vida mejor si
encogiese.
Conocimos Desaparecidos, una banda de Nebraska
Y nos fuimos con el clásico Convide Rutero de Almafuerte
FICHA TÉCNICA
Título
original: Nebraska
Año:
2013
Duración:
115 min.
País:
Estados Unidos
Director:
Alexander Payne
Guión:
Bob Nelson
Música:
Mark Orton
Fotografía:
Phedon Papamichael (B&W)
Reparto: Bruce Dern, Will
Forte, Stacy Keach, Bob Odenkirk, June Squibb, Missy Doty, Kevin Kunkel, Angela
McEwan, Melinda Simonsen
SINOPSIS
A
Woody Grant, un anciano con síntomas de demencia, le comunican por correo que
ha ganado un premio. Cree que se ha hecho rico y obliga a su receloso hijo
David a emprender un viaje para ir a cobrarlo. Poco a poco, la relación entre
ambos, rota durante años por el alcoholismo de Woody, tomará un cariz distinto
para sorpresa de la madre y del triunfador hermano de David.
TRAILER
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