domingo, 28 de marzo de 2021

LA BATALLA DE ARGEL - LA BATTAGLIA DI ALGERI

PROGRAMA 319 (05-03-2021)

 

SINOPSIS

 

Relato sobre los orígenes, el desarrollo y el fin del enfrentamiento entre el Frente de Liberación Nacional (FLN) de Argelia y las autoridades coloniales francesas. El protagonista, Ali La Pointe, es uno de los más destacados activistas de la Casbah de Árgel. (FILMAFFINITY)

 

EDITORIAL

 

Vaya uno a saber cómo será el mundo más allá del año 2000. Tenemos una única certeza: si todavía estamos ahí, para entonces ya seremos gente del siglo pasado, y, peor todavía, seremos gente del pasado milenio.

Sin embargo, aunque no podemos adivinar el mundo que será, bien podemos imaginar el que queremos que sea. El derecho de soñar no figura entre los treinta derechos humanos que las Naciones Unidas proclamaron a fines de 1948. Pero si no fuera por él, y por las aguas que da de beber, los demás derechos se morirían de sed.

Deliremos, pues, por un ratito. El mundo, que está patas arriba, se pondrá sobre sus pies:

-En las calles, los automóviles serán pisados por los perros.

-El aire estará limpio de los venenos de las máquinas y no tendrá más contaminación que la que emana de los miedos humanos y de las humanas pasiones.

-La gente no será manejada por el automóvil, ni será programada por la computadora, ni será comprada por el supermercado, ni será mirada por el televisor.

-El televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia y será tratado como la plancha o el lavarropas.

-La gente trabajará para vivir, en lugar de vivir para trabajar.

-En ningún país irán presos los muchachos que se nieguen a hacer el servicio militar, sino los que quieran hacerlo.

-Los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas.

-Los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas.

-Los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos.

-Los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas.

-El mundo ya no estará en guerra contra los pobres, sino contra la pobreza, y la industria militar no tendrá más remedio que declararse en quiebra por siempre jamás.

-Nadie morirá de hambre, porque nadie morirá de indigestión.

-Los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura, porque no habrá niños de la calle.

-Los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero, porque no habrá niños ricos.

-La educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla.

-La policía no será la maldición de quienes no pueden comprarla.

-La justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas, volverán a juntarse, bien pegaditas, espalda contra espalda.

-Una mujer, negra, será presidenta de Brasil, y otra mujer, negra, será presidenta de los Estados Unidos de América. Una mujer india gobernará Guatemala, y otra, Perú.

-En Argentina, las locas de la Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria.

-La Santa Madre Iglesia corregirá algunas erratas de las piedras de Moisés. El sexto mandamiento ordenará: ''Festejarás el cuerpo''. El noveno, que desconfía del deseo, lo declarará sagrado.

-La Iglesia también dictará un undécimo mandamiento, que se le había olvidado al Señor: ''Amarás a la naturaleza, de la que formas parte''.

-Todos los penitentes serán celebrantes, y no habrá noche que no sea vivida como si fuera la última, ni día que no sea vivido como si fuera el primero.

 

EDUARDO GALEANO.-

 

Canción elegida para la editorial

 


IMPRESIONES SOBRE LA BATALLA DE ARGEL


 

Alguna vez, un gran amigo de este programa, hablo del señor Jorge Wagensberg, aquel pensador español al cual citamos incansablemente, se pregunto si es el azar el producto de nuestra ignorancia o es una prerrogativa de la naturaleza. Por ignorancia cósmica o privilegio de la madre natura, apareció en mis manos retornando desde el mismo olvido, mi ejemplar de aquel libro maravillo llamado “Montoneros: La buena historia”. En sus primeras hojas, su autor Pepe Amorín a quien conocí en una actividad militante, tuvo la amabilidad de escribirme una breve dedicatoria que decía lo siguiente: y también para un Lucas: con el deseo de que no te “montonericen”. Con ser peronista basta y sobra. Ese “y también para” agregaba mi nombre con una amabilidad realmente inmerecida a una lista de personas de gran peso no solo para el movimiento sino también para la historia. Aquella lista, claro, la encabezaba José Sabino Navarro. Pensar mi nombre entre la talla de aquellos otros hizo que me pierda en un devenir desordenado de anécdotas y reflexiones. Tal vez comprender lo que nos pasa, entender un poco este mundo en el que vivimos, acaso sea solo comprender dos cosas: el cambio y la relación entre un todo y sus partes. Por aquellas épocas que narra la obra de Amorín el cambio era inevitable, un deber y un derecho. 



Las partes, claro, buscaban revelarse de aquel todo que los oprimía, los cuartaba, los precarizaba, les imponía un modelo económico y por supuesto, los perseguía y mataba. Tal era la dinámica. Inyectar el miedo a una sociedad sometida. Otra vez Wagensberg: El conocimiento combate el miedo, escribió en uno de sus ensayos. El origen y objeto de todo conocimiento está en reducir el miedo, el miedo a existir. Y allí fue donde cayó gran parte de su ensañamiento, en los libros, en el saber y en los que buscaban fervientemente existir sin pedir permiso, existir sin el temor de hacerlo. Atacaron de esa forma entonces a la libertad, porque la libertad es la capacidad para pensar los propios límites, y cómo hacerlo, cómo reflexionar si los autores estaban silenciados, si los libros ardían en la hoguera misma del espanto.  Perder la libertad es más que perder el derecho a elegir, si es que alguna vez aquello fue un derecho, si es que alguna vez realmente elegimos algo. Perder la libertad, queridos amigos y amigas, es perder la privacidad, perder nuestra vida privada, es estar obligado a que todos nuestros actos sean públicos.  Perdemos claramente libertad también por temor al otro y es ante aquella presencia cuando preferimos entonces el dictado cobarde de leyes. El otro nos condiciona, nos limita: Sartre dice que un hombre es lo que hace con lo que hicieron de él



Entendemos así la libertad siempre condicionada por la otredad. Jean Paul fue más a fondo y dijo que un grupo es una serie de libertades que se unen, al formarse el grupo, lo fundamental es el juramento a lo que van a ser fieles, aún a sabiendas de que el destino de cualquier grupo es resquebrajarse y disolverse. Como fue el de Montoneros. Como fue el del Frente de Liberación Nacional narrado casi de forma documental en el film de Gillo Pontecorvo. La película narrará la génesis y la decadencia de aquel grupo revolucionario. Se servirá de una fotografía en escala de grises y notaremos en su devenir cierta búsqueda Eisensteana en la elaboración de algunos planos generales que recordaran sin mayor esfuerzo a aquella obra magistral que fue El Acorazado Potemkin. Contará la narración fílmica con actuaciones soberbias y naturales que  ayudaran a la construcción de un verosímil fuerte y aportaran indiscutidamente herramientas a la idea de género documental que la película intenta instalar. Estaremos frente a un relato valiente y doloroso, en el que el director y guionista planteara la teoría de los dos demonios a modo de trampa al espectador distraído para desbaratarla casi instantáneamente. Bien sabemos que el equilibrio es el estado de la materia en que ya ha ocurrido todo lo que podía llegar a ocurrir, y el drama de este film lo planteara terminando el tercer acto. Pero sucederá algo inesperado. Leeremos aunque no aparezca escrito jamás aquello de “Nos quisieron enterrar pero no sabían que éramos semillas”. Y entonces las semillas florecerán en el momento exacto, con la bella rebeldía de la naturaleza.  Florecerán libres, independientes, justas y soberanas, como aquella patria con la que tantos de nosotros aún soñamos.

Lucas Itze.-

 

Canción post impresiones

 


UNIVERSO PONTECORVO


 

Nacido en Pisa el 19 de noviembre de 1919, siguió los pasos de Bruno, su hermano que fue uno de los grandes físicos nucleares (de allí el premio Pontecorvo a las Investigaciones Nucleares) y se licenció en química. Pero cambió de planes y empezó a ejercer el periodismo, siendo enviado como corresponsal a Francia para trabajar en diferentes periódicos. Sus primeros pasos en el cine fueron gracias a Yves Allegret, que lo contrató para ayudante de dirección. La vinculación entre el periodismo y el cine, lo hizo interesarse por los documentales. Mientras tanto, era un anti fascista declarado y miembro del Partido Comunista Italiano de quien fue parte de la resistencia italiana hasta 1943. En su vuelta a Italia, compró una cámara 16 mm y empezó a realizar reportajes. El cineasta Joris Ivens le ofreció participar como co-director del filme de episodios llamado La rosa de los vientos, con lo que fue su primera vez detrás de cámaras con el episodio titulado Giovanna, corría el año 1956. Era un documental sobre la lucha de las mujeres trabajadoras en Italia, Brasil, la Unión Soviética, China y Francia. En 1957 dirige su primer largometraje: El gran camino azul, sobre la novela de Franco Solinas, un drama social sobre un pescador con actores de la talla de Yves Montand, Alida Valli o Francisco Rabal. En 1960 se hace conocido en el mundo cuando filma Kapó, la historia de una mujer judía enviada a un campo de concentración que para salvarse acepta la misión de vigilar a los demás presos. Logra la nominación como mejor película extranjera en los Oscar. En 1966 filma La batalla de Argel y tres años después Queimada, con Marlon Brando en el rol de un agente inglés que tiene que formar una revuelta contra los portugueses en una isla del Caribe para obtener la colonia de la isla. 



En 1979 filma Operación Ogro, en la que relataba el atentado contra el presidente del Gobierno de España durante la dictadura franquista —y posible sucesor—, Luis Carrero Blanco, por parte de ETA en 1973. Ese fue su último film de ficción por lo que después se dedicó a documentales como por ejemplo El adiós a Enrico Berlinguer, 12 registi per 12 cittá, donde 12 directores italiano muestran 12 ciudades del país. Pontecorvo filma sobre Udine y además aparecen directores como Antonioni, Bertolucci o Monicelli, entre otros. Un mundo diverso es posible, La primavera del 2002 y finalmente, Firenze, il nostro domani, todos sobre sucesos que pasaban en su país y en conjunto de varios directores. Además entre 1992 y 1996 presidió la Mostra de Venecia, uno de los más importantes festivales cinematográficos del mundo y desde cuya plataforma defendió con ardor el proteccionismo cultural frente a la industria norteamericana. Fue en esa época donde se dio algo muy particular: durante la edición número 50 de la Mostra, Pontecorvo galardonado con Steven Spielberg con un León de Oro por toda su carrera, coincidiendo con la publicación de la lista de Schindler, dirigida por Spielberg. En un momento de la ceremonia, Spielberg sorprendió a los espectadores al contar una anécdota: "era un estudiante de cine, me encontré con un famoso director europeo. Fue esa reunión la que me decidió a seguir este trabajo. Esa vez le dije: "Eres tan bueno, me gustaría hacer buenas películas como las tuyas". Ese director era Gillo. Años mas tarde, cuando Scorsese para la campaña a favor de la conservación y recuperación del cine de ayer, pidió ayuda a cineastas de todo el mundo para enviarle un guión, un vestuario para una de sus películas, cualquier cosa que pudiera subastarse y recaudarse para financiar la campaña, Pontecorvo puso a subasta el León de Oro conquistado con la batalla de Argel. Y tal vez no supo hasta esa vez que fue Spielberg quien lo compró: "No para quedármelo", dijo "porque el talento no se compra. Sino para dárselo, para que no acabe en otras manos. Este es el León de Oro que le compré. Ahora, Gillo, te lo devolveré. No se puede comprar la obra de un autor". Un Pontecorvo sorprendido y emocionado respondió:" ¡Quédatelo! ¡Está en buenas manos!” El 12 de octubre de 2006 falleció por una insuficiencia cardiaca, años antes, cuando le preguntaron porque dirigió tan pocas películas respondió: porque tengo que estar totalmente enamorado del proyecto, es la manera de darlo todo...

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: La battaglia di Algeri

Año: 1966

Duración: 120 min.

País: Italia

Dirección: Gillo Pontecorvo

Guion: Franco Solinas, Gillo Pontecorvo

Música: Ennio Morricone

Fotografía: Marcello Gatti (B&W)

Reparto: Jean Martin, Yacef Saadi, Brahim Haggiag, Fusia El Kader, Samia Kerbash, Ugo Paletti, Mohamed Ben Kassen, Michele Kerbash, Tommaso Neri

 

PELÍCULA COMPLETA

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