SINOPSIS
En un instituto, el último día de clase, una profesora se despide de sus alumnos y, además de anunciarles que deja la escuela, les confiesa que su hija de cuatro años que, aparentemente, murió ahogada en la piscina de la escuela, fue en realidad asesinada por dos estudiantes de esa misma clase. También les hace saber que ya ha puesto en marcha su venganza contra ellos. (FILMAFFINITY)
EDITORIAL
Confesar es el acto de decir una verdad. Pero en definitiva ¿qué es una verdad? Y en el mismo sentido podríamos preguntarnos tal vez ¿qué es lo definitivo? ¿Será que la verdad necesita de definiciones? ¿Será que en la verdad conviven necesariamente los límites? La frontera, sin dudas es la palabra. El lenguaje limita. El lenguaje da forma. Al nombrar, se dice lo que algo es, pero a su vez también se dice lo que no es, y allí queda. Se necesitará del tiempo, de las revoluciones, de la no forma para que el volante dictatorial de la significación vire su timón algunos grados y entonces, lejos de liberarse la palabra encuentre otra forma, otra jaula, otro límite. El lenguaje, aquella dictadura sin rebelión. Pirandello sostenía que es imposible conocer a alguien.
Somos islas incomunicadas en medio
de un naufragio inconsolable hacia la nada. El conocimiento, la verdad, tal
como nos lo describía Bresson, se da
como un destello, un relámpago en la noche más oscura. Nuestro lugar en este
mundo tal como lo conocemos (o creemos conocerlo) no es sino desesperante.
Vivimos atravesados por la angustia más abrumadora de sabernos finitos,
queremos comunicarla, pero el lenguaje nos ha traicionado. Nuestras palabras no
son oídas o son tal vez tergiversadas. El lenguaje es una sombra del mundo que
intenta expresar vanamente lo que sucede en nuestro interior. Nietzsche decía que solo pensamos en la
forma del lenguaje. Si queremos salir del lenguaje dejamos de pensar. Allí,
entonces, solo queda la acción. La acción, que será traducida a palabras para
su conocimiento, para su interpretación, la acción que se le otorgará una forma
y será verdad, y claro, también una confesión.
IMPRESIONES SOBRE CONFESIONES
El film que nos convoca el dia de hoy es Kokuhaku (Confesiones en español/latino) del año 2010 dirigida por Tetsuya Nakashima. Va a ser el primero de sus realizaciones en ser elegida como mejor película de habla no inglesa para los Oscar del mismo año representando al país oriental. El director va a trabajar de manera impecable la tonalidad elegida para narrar desde los colores en los que se van a destacar los grises y azules acompañando la frialdad del relato. El guión, si bien desarrolla la venganza cómo temática, va a estar preparado para interpelarnos sobre la invisibilidad. En esta modernidad que predica el éxito por mérito propio, el individualismo, la imagen ha pasado a ser condimento fundamental para lograr el reconocimiento entre individuos aunque en una sociedad que perdió la capacidad de ver.
¿Qué podríamos acaso esperar cuando la suma de estos factores da como resultado a un montón de gente afuera? La respuesta inmediata será entonces la agresividad. Las confesiones de los protagonistas, adolescentes involucrados en una muerte, una madre y una profesora, irán construyendo este film con forma de video clip musical, una hipnotizante historia de estilo thriller psicológico que abarcará por fuera la historia de una venganza y por dentro lo antes mencionado. El hecho de plantear la discusión de la imputabilidad de los menores de 14 años no dejará de llamar la atención. No solo porque podría haber muchas otras motivaciones más acordes al cuidado milimétrico de los planos sino que además ese detalle logra abstraerte y ponerte a reflexionar acerca de cómo el discurso de mano dura resuena cada vez con más fuerza en cada rincón del planeta.
Ese "ruido" debilita la tensión lograda en unos primeros 30 minutos impecables, pero luego se diluye en el trabajo impecable de cámara, montaje y sonido. Confesiones, el título elegido. Confesiones porque será la suma de cada una de ellas quienes vayan ampliando el porqué. Confesiones porque la palabra al final será la pincelada que nos muestre el cuadro completo. Vamos entonces con nuestros ojos ciegos en busca de esas palabras. Hay pibes gritando y sabiendo poner palabras donde antes había silencio. Dale Wosito, habla...
Canción post impresiones
UNIVERSO NAKASHIMA
Tetsuya
Nakashima nació en Fukuoka, Japón, el 2 de septiembre de 1959. Luego de la
secundaria, se graduó en
En
2006 filma Memories of Matsuko, con
la que consigue 9 nominaciones de
En 2014 dirige Kanaku, sobre la desaparición de una
joven. Lo último que ha dirigido es Kuru
(It Comes), un film de terror sobre un extraño que aparece en la vida de
una pareja recién casada.
FICHA TÉCNICA
Título original: Kokuhaku (Confessions)
Año: 2010
Duración: 106 min.
País: Japón
Dirección: Tetsuya Nakashima
Guion: Tetsuya Nakashima (Novela: Kanae Minato)
Música: Toyohiko Kanebashi, Radiohead
Fotografía: Masakazu Ato, Atsushi Ozawa
Reparto: Takako Matsu, Masaki Okada, Yoshino
Kimura, Yukito Nishii, Kaoru Fujiwara, Makiya Yamaguchi, Soichiro Suzuki,
Kinuwo Yamada, Ai Hashimoto, Hirofumi Arai, Ikuyo Kuroda, Mana Ashida
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