jueves, 9 de febrero de 2017

ENTREVISTA CON NORA NAJLES


EDITORIAL

En el oscuro filo del cordón de cualquier esquina él limpia, con su ánimo aún roto, la suela de sus viejos timbos. La noche es un lobo oscuro que lo devora todo, todo menos aquel dolor que ahora ahueca su pecho. Aquel dolor frío de tantas lunas, herido de esperas y faroles. El quinto pucho cae vencido sobre la vereda y toda su pena lo ahoga contra la baldosa, consumiendo así sus brasas para siempre. Para siempre, piensa él que ahora sacude el olvido de las solapas curtidas de su saco. Para siempre… para siempre fue joder el futuro, fue extrañarnos mañana pensando en antes de ayer. Fue el presentimiento que bailo en nuestras espaldas en aquel primer beso, para luego hacerse sombra en nuestros ojos apesadumbrados.
El tipo, finalmente mira las estrellas y las ve muriendo allá en la lejanía, sobre la inmensidad del cielo. Las observa apagarse lento como un poema que concluye, triste como la última estrofa que intenta vencer sin éxito a la certera muerte. Decide entonces alejarse de aquel farol, de aquella esquina y hasta de aquel recuerdo para consumirse finalmente en la noche de su existencia. Se sumerge en la oscuridad agonizante de la noche no sin antes recordar en ese otoño de sus días, que en el eco de cada uno de nuestros pasos nos acecha, inevitable, el olvido.

Lucas Itze.-

Algunos de las canciones que nos hicieron emocionar...

Nieblas del Riachuelo


Los cosos de al lao


Muchacha ojos de papel, homenaje a Spinetta


Pedacito de cielo


Basta de jardín de infantes


Atenti pebeta


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