EDITORIAL
Esta
mañana
hay
en el aire la increíble fragancia
de
las rosas del Paraíso.
En
la margen del Eufrates
Adán
descubre la frescura del agua.
Una
lluvia de oro cae del cielo;
es
el amor de Zeus.
Salta
del mar un pez
y
un hombre de Agrigento recordará
haber
sido ese pez.
En
la caverna cuyo nombre será Altamira
una
mano sin cara traza la curva
de
un lomo de bisonte.
La
lenta mano de Virgilio acaricia
la
seda que trajeron
del
reino del Emperador Amarillo
las
caravanas y las naves.
El
primer ruiseñor canta en Hungría.
Jesús
ve en la moneda el perfil de César.
Pitágoras
revela a sus griegos
que
la forma del tiempo es la del círculo.
En
una isla del Océano
los
lebreles de plata persiguen a los ciervos de oro.
En
un yunque forjan la espada
que
será fiel a Sigurd.
Whitman
canta en Manhattan.
Homero
nace en siete ciudades.
Una
doncella acaba de apresar
al
unicornio blanco.
Todo
el pasado vuelve como una ola
y
esas antiguas cosas recurren
porque
una mujer te ha besado.
Jorge
Luis Borges
Canción
post editorial
IMPRESIONES SOBRE EL CIELO
SOBRE BERLIN
¿Cómo
sería decir "por siempre" "para siempre" "amén" y
que así sea? Si atendemos a lo que Jorge
Luis dice en "Los inmortales", en cada "amén" confluyen
la totalidad de los estadios posibles. Es posible que sea la interpretación más
acertada de la inmortalidad, de la infinitud, de lo eterno. Lo infinito es
todas las cosas. ¿Cómo sería entonces ser todas las cosas? Sería ser padre, madre e hijo a la vez. Sería haber
tenido todos los nombres. Haber luchado todas las batallas, en todos los
puestos. Sería haber sido rey, peón, amante, amado, pastor, lobo y oveja. Sería
haber tenido todos los deseos, todos los asombros, todas las certezas, las
angustias... "lo imposible (dice Borges)
es no componer, siquiera una vez, la Odisea".
En
ese mismo relato se expone la tesis de lo absurdo de las pretensiones de la
vida eterna. Si lo eterno, lo infinito fuese nuestro estadio, entonces nos
habríamos suicidado de todas las formas y por todos los motivos posibles. Y
hasta la posibilidad de no ser, de no haber nacido nunca, sería inherente a este estado de eternidad.
Lo
eterno es "ser" porque nos pone en "armonía" con el cosmos.
Y la gran pregunta es, cuándo se "es", cuando uno está siendo.
Heidegger en uno de sus escritos en los que habla sobre "qué es la
filosofía" nos dice que el ser es inherente, siempre se "es", es
inherente al humano el hecho de "ser". Pero desliza que hay que
preguntarse por el ser verdadero, el ser auténtico... Julio Cabrera en "Cine: 100
años de filosofía" piensa, en dialogo con pensadores, como el ya
nombrado Heidegger, que el componente afectivo "ha dejado de ser un
objeto de estudio (…) para transformarse en una forma de encaminamiento (...)
esencial en el acceso al mundo".
La
película de la que hoy hablaremos es nada más ni nada menos que "El cielo sobre Berlín" o
"Las alas del deseo", como se la llamó en la traducción
latinoamericana, del director Wim
Wenders. Película narrada en un contexto de pos segunda guerra mundial. En
un contexto, agreguemos, de una Alemania desviada, carente de ideales y de
sentido, despojada y angustiada por la incertidumbre del por -venir. A esto
puede sumársele el muro de Berlín que cae como un hacha sobre el pueblo alemán
y de lo que se dirá esto de lo que significó para esta sociedad: “El pueblo
alemán estalló en tantos estados como individuos.”. Es decir división,
aislamiento y ensimismamiento de los de las personas...
No habrá raccontos,
porque la perspectiva de la narración estará centrada en la vista de unos
ángeles que observaran a la humanidad desde el estadio de la eternidad. Más
bien será lineal la historia, y digo más bien porque será de difícil
cronologización. La cámara observará la vida humana casi todo el tiempo
horizontalmente cuando no lo hace desde arriba. Tomas que propondrán al
espectador el asombro de los ángeles cuando atestiguan la sensibilidad humana
(que ellos no comprenden) cuando las tomas son horizontales y la abstracción de
esto cuando es vertical. La cámara captará imágenes asimétricas y simétricas.
La simetría será observable detrás del desorden este entendido como lo
sensible, como lo incomprensible por parte de los observadores. La película se
proyectará en blanco y negro cuando estos ángeles, que pululan en la ciudad,
estén atestiguando desde la pura racionalidad, la vivencia terrenal de los
personajes. El color, por supuesto, estará presente cuando las pasiones y los
sentimientos llamen al espectador desde las experiencias del ángel Cassiel.
La
narrativa, poco a poco, se centrará en el deseo de uno de estos ángeles de
atestiguar estas vivencias en carne propia.
Hablamos de Cassiel, éste se
enamorará de una bella y espiritual acróbata y no podrá resistir a la idea de vivir
lo que ha atestiguado e incomprendido eternamente: lo sensible y efímero que
extrañamente para estos ángeles participa de la eternidad. Desde su perspectiva
la cámara comenzara a poner al observador desde abajo y las tomas comenzarán
mezclarse entre grises y color exaltando las pasiones que han empezado a
surgir, al menos desde la racionalidad, en el espíritu de Cassiel
Ahora...tomemos
este concepto, "lo efímero", y relacionémoslo con las nociones de
eternidad anteriormente esbozadas... ¿Qué es lo que el director nos quiere
decir con que los carentes de una existencia terrenal posiblemente deseen
existencia terrenal? A su vez lo contrario, o la contrapartida, ¿Qué quiere
decir que nosotros como humanidad deseemos lo eterno? Todo parece inclinarse a
lo que el deseo propiamente es. ¿Y qué es? Más arriba, quiero decir,
anteriormente, coloqué una palabra que seguramente habrá pasado desapercibida
porque no se le dio un lugar privilegiado, pero lo tiene: es el
"encaminamiento", el estar en camino "hacia"... Lo eterno
no nos es posible, solo el "encaminamiento" lo es. Así como tampoco,
al menos desde nuestro punto de vista, está la posibilidad de la
"completud" en el deseo, solo el ponerse en camino hacia… Ahí está lo
divino, ahí está el ser "auténtico", en armonía con el cosmos.
Christian
Soria
Canción
post impresiones
Subido
al límite
del
viejo edificio
Angelito
sonríe y se excita
de
pensar en caer.
Caer
caer
borde
del atardecer
todo
por un precipicio
se
está haciendo tarde
y
parece que va a llover.
Nick Cave, la música que suena en vivo
Otro temazo para el final
FICHA TECNICA
Título original: Der Himmel
über Berlin (Wings of Desire)
Año:
1987
Duración:
128 min.
País:
Alemania del Oeste
Director: Wim Wenders
Guión: Wim Wenders (Novela:
Peter Handke)
Música:
Jürgen Knieper
Fotografía:
Henri Alekan (B&W)
Reparto: Bruno Ganz, Peter
Falk, Solveig Dommartin, Otto Sander, Curt Bois, Hans Martin Stier, Elmar
Wilms, Lajos Kovacs, Bruno Rosaz
SINOPSIS
Damiel
y Cassiel son dos ángeles que sobrevuelan Berlin, separada por el Muro de la
Vergüenza. Ambos divagan por una ciudad gris, tenue, casi abrazada a la
depresión. Damiel ya no siente felicidad por ser un ángel, no quiere “vivir” así
hasta la eternidad. El ángel, sin embargo, se encuentra con un actor que lo
sorprende al reconocerlo. Pero es su amor por una bailarina, lo que lo hará
capaz de sacrificar su inmortalidad…
Buenas, muy buena reseña, gracias por compartir. Me preguntaba la opera del principio de la película... como se llama o es música original de la misma, sería chévere escucharla sin el ambiente de la película, gracias.
ResponderEliminarAvier... disculpá la tardanza en la respuesta. La mayoría de la banda musical es de Jürgen Kniepper. Seguramente se encuentre sin el sonido de la película ya que está el album de la banda musical, que incluye temas de Nick Cave que se hicieron para el film. Gracias por tus palabras!
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