PROGRAMA 129 (29-01-2015)
EDITORIAL
Un
hombre, gastado por el tiempo, mira absorto por la ventana del bar. Un hombre
cuyos pálidos cabellos denuncian más años que los que sus zapatos han logrado
caminar. Un hombre que sabe de la espera, que se ha acostumbrado a las
ausencias, que ha sabido reparar en los ínfimos instantes de felicidad que le
ha regalado la vida, y que se ha aferrado a ellos en cada noche oscura. Un
hombre que con sus pocas astucias ha evitado muertes absurdas, accidentes
domésticos, ha logrado el uso del transporte público, cierta dignidad tras un
empleo. Ha agradecido, ha dicho por favor y gracias. Su cara agrietada, sus
manos pulcras sobre una mesa ordenada, aquellas piernas casi emancipadas, tan a
punto de desmayarse como las hojas de un otoño que hiere inexorablemente de muerte
al sol. Su mirada ausente, se pierde en el devenir del mundo, en aquel orden
recto de veredas y paredes, de luces rojas, amarillas y verdes. Cree encontrar
cierto patrón en todo aquello, cierta danza esquizofrénica que guía los
cuerpos, que conduce los objetos, que dirige sus caídas, sus notables roturas
espontaneas. Ve con cierta melancolía ese bar que habita, ese hogar nómade, tal
vez el último bastión del peligro, en donde todas las mujeres son nuestras
mujeres, en donde la vida vale 50 pesos servida hasta el borde en un vaso bien
helado. Ve, el banquete del mundo, con su apetito caníbal sembrando los hombres
que servirá en su propia cena.
El gran error fue jamás entender que somos
nosotros la ofrenda de este maldito mundo. Son nuestras propias vidas las
sentenciadas a morir en aquel traidor silencio del progreso, en aquel
cementerio del deseo que son las leyes y el orden que promueven. El hombre
limpia extraviado algunas pocas migas sobre la mesa, y vuelve lentamente su
mirada al interior del bar. Lejos de sentir liberación, reconoce la llegada de
la angustia. Ensaya en silencio aquel verso de Lorca: Agonía, siempre agonía. Se levanta trabajosamente, con sus
manos temblorosas sujetando mesas y respaldos. Siente el malestar de cada año
desperdiciado rechinar en sus vertebras, siente cierto ardor en los ojos, aquel
del que ha mirado directo al sol. Pero ciertos brillos, a pesar de las edades,
continúan bailando en la polvareda del misterio. Ver la claridad sobre el
camino es solo el principio para salir de esta caverna de sombras, pero no es
el viaje. El hombre se aleja arrastrando sus pies por el pasillo en dirección a
la puerta, en su rostro curtido, se mezclan lágrimas y sudor. Se retira lento,
una vez más, con el punzante dolor del sueño postergado, con la cobardía
empujando cada paso de sus torpes piernas. Se aleja, esquivando trabajosamente
cada baldosa rota, tal vez soñando con aquel día en que por fin decida dar
muerte a ese yo patético de la obediencia, aquel día en que el sol ya no
lastime los ojos sino marque el norte para aquel viaje, el viaje hacia
las rutas salvajes.-
Lucas
Itze.-
Canción elegida para la editorial
IMPRESIONES HACIA RUTAS
SALVAJES
Caminar
con cuidado sobre esta tierra infestada de cadáveres. Alertar a nuestra mirada
de la existencia de aquel telón detrás del cual el mundo esconde sus miserias.
Correr más rápido que el ángel de la muerte. Morir en cualquier incendio que
propongan nuestros deseos y guardar de aquella incandescente llama, el reflejo
de ese dios que fuimos, de aquel capaz de caminar la tierra en intima comunión
con la naturaleza. Dejar aquel teatro de sombras al que asistimos a diario,
aquel que repite sus funciones hasta el hartazgo a través de los medios de
comunicación, para asegurarse de que la lección sea bien aprendida. Olvidarse
para siempre del miedo, aquel estúpido sentimiento gestado en una sociedad
basada en el control. Volver a la ruta, a empaparnos de nuevas experiencias, a
buscar que nos sucedan cosas que no estén escritas ni caratuladas en ningún
manual. Volver al camino, antes de que sea demasiado tarde. Espero que nos
encontremos todos allí, caminando detrás de la misma luna, disfrutando de la
única posesión realmente necesaria: nuestra propia vida.
“La felicidad solo es real si es compartida” reflexiono desde la
intimidad de su libreta, Alex Supertramp, aquel personaje
representado en el film “Into the Wild” que tuvo la valentía
de arrebatarle su vida a la sociedad enferma que la poseía para decidir su
muerte y así poder renacer bajo sus propias reglas. La película, escrita y
dirigida por Sean Penn, logrará un relato estremecedor sobre la vida de Christopher McCandless. Contará con
una fotografía excelentemente lograda, repleta de paisajes memorables,
deliciosas tonalidades de colores intensos, recortada con belleza por encuadres
precisos y significativos. Logrará hacernos ver la naturaleza con ojos nuevos y
asistiremos nosotros también, a aquel proceso interno donde McCandless debe dar un paso al costado
y dar lugar a aquel imprescindible nacimiento del nuevo yo, aquel umbral hacia
un mundo, aunque visible, completamente desconocido. Allí, entonces, nacerá
ante nuestros ojos, Alexander Supertramp. Alguna vez, charlando con el gran poeta y
dramaturgo, el amigo Vicente Zito Lema, me dijo con
apasionante claridad que destruir es
fácil. Destruir y construir es la gran aventura. Construir sin destruir, no
supera la ilusión. Allí, tal vez, la fuerza motora de nuestro protagonista,
allí su búsqueda, su objetivo dramático.
Dejar caer definitivamente aquel
disfraz de falsas seguridades que era Christopher, dejar atrás su terrible
historia, para comenzar escribir una nueva bajo su propia pluma. Podríamos
detenernos en un análisis profundo sobre la estructura dramática del relato,
sobre el proceso de desarrollo de los personajes, podríamos charlar un buen rato
sobre el esquema actancial y analizar entonces los objetivos que movilizan a
cada personaje y hasta hablar sobre las decisiones de dirección de Sean Penn,
ya que el film soportaría con amplia soltura aquella lupa inescrupulosa, pero
sabremos detenernos a tiempo. No caeremos, por lo menos ahora, en aquella
trampa de las reglas, en la frialdad analítica de las teorías. Nos quedaremos
en la esencia del film, en aquella paz de ver a la naturaleza y saberse, por
fin, parte de ella. En las lágrimas de emoción de Alex al ver la belleza de los
animales salvajes. En la inefable importancia de construir un plan, de definir
un objetivo que realmente sea nuestro y no impuesto por terceros. De saber que
la felicidad es tal, solo si estas a mi lado. Ese, mis queridos amigos, es el
verdadero umbral.-
Lucas
Itze.-
Canción post impresiones
UNIVERSO SEAN PENN
Nacido
en 1960, hijo de Leo Penn, actor y director de cine, entre sus series más
conocidas figuran Star Trek y Starky & Hutch.
Sus
primeras apariciones fueron en series, dirigido por su padre, y también en
películas para televisión.
Su
primer film en el cine fue en Taps,
junto a jóvenes que luego serían estrellas, entre los que se encontraba Tom
Cruise.
Un
año después obtiene su primer papel protagónico, haciendo de un surfista en la
comedia adolescente Fast Times at
Ridgemont High (Picardías estudiantiles).
En
1983 empieza a demostrar sus dotes de actor en Bad Boys, donde se muestran la delincuencia juvenil y las drogas en
que estaban inmersos los jóvenes en los años 80.
Sigue
con películas relativamente exitosas como Crackers,
Hombres frente a frente, Adiós a la inocencia y la pésima Shangay Surprise, pero no le importaba
mucho ya que ahí conoce a Madonna, que estaba en mejor momento
musical, y con quien durante 4 fueron una de las parejas más llamativas de
Hollywood.
Luego
de ahí su carrera empieza a dar un gran giro al trabajar en filmes acompañando
a grandes actores de Hollywood, como Robert
De Niro en No somos ángeles, Michael Fox en Pecados de guerra, Robert
Duvall en Colores de Guerra, Gary Oldman en Estado de gracia, donde conoce a su segunda esposa: Robin Wright, antes de ser la Jenny de
Forrest Gump, y Al Pacino en Carlito´s Way, donde por primera vez
fue nominado a un Premio importante, en este caso, al Globo de Oro como mejor
actor de reparto.
Pero
sin dudas, su papel que cambiaría definitivamente su carrera, es el de un preso
condenado a la pena de muerte en Mientras
estés conmigo (dirigida por Tim
Robbins), una historia real y un alegato contra la pena capital. Fue su
primera nominación al Oscar.
Luego
apareció en en grandes films por los que también fue nominado a diversos
premios y a trabajar con grandes directores de la época: David
Fincher en The Game, Terrence Malick en La delgada línea roja, Woody
Allen en Dulce y melancólico, Iñarritu en 21 gramos, Thomas Vinterberg
en It's All About Love, también
aparece en un papel importante en su carrera como el de Yo soy Sam, hasta que en
2004 logra por fin su primer Oscar de la mano de Clint Eastwood en el film Río
Místico. Cinco años después gana su
segundo premio de la Academia en el film de Gus Van Sant, Milk, donde
interpreta al primer político declarado abiertamente homosexual.
En
cuanto a la dirección, su primera vez detrás de la cámaras fue con el film Extraño vínculo de sangre, un film
sobre dos hermanos que obtuvo buenas críticas pero fue rápidamente olvidada,
con un reparto interesantísimo conformado por Viggo Mortensen, David Morse,
Dennis Hopper, Patricia Arquette, Charles Bronson, y Benicio del Toro.
En
su segundo film dirige a Jack Nicholson en The
Crossing Ward, y ya empieza a demostrar un poco más de su talento. Angelica
Huston fue nominada a los Globos de Oro por su papel en este film.
Nuevamente
se junta con Nicholson en Código de
honor, donde además trabajan su ex mujer, Robin Wright, Benicio Del Toro y
Mickey Rourke, entre otros. El film fue nominado a la Palma de Oro en Cannes.
Luego
de Into The Wild no ha dirigido más nada, pero este año saldría su quinta película,
titulada The Last Face y
protagonizada por su actual mujer: Charlize Theron, que va a interpretar a una
doctora que lleva a cabo labores humanitarias en un país africano dominado por
la violencia. Allí conoce a otro médico (Javier Bardem) que está en la misma
situación que ella.
EDDIE VEDDER
Nacido
en Illinois en 1964, Eddie Vedder es uno de los músicos más respetados en la
actualidad.
De
chico era un fanático del surf y su madre le regala su primera guitarra a los
12 años, uno de sus primeros albumes en tratar de tocar con su nuevo regalo fue
Quadrophedia, de The Who. Hace poco reflejaba así su adolescencia: Cuando tenía
entre 15 o 16... Me sentía solo... Estaba solo por completo, excepto por la
música.
Luego
de tocar con algunas bandas, en 1988 empieza a cantar en la banda Bad Radio,
inspirada en la música de Duran Duran. En ese momento empezaba a sonar una
banda llamada Mother Love Bone, pero el vocalista pero cuando el vocalista
muerte, los otros integrantes son llamados por Chris Cornell, cantante de
Soungarden, para homenajear a su amigo fallecido y crean Temple of the Dog, a
donde Vedder se suma como segundo vocalista. La banda sacaría un solo disco. En plena expansión de ese nuevo género
llamado Grunge, donde bandas como Nirvana, Soungarden, Alice In Chains estaban
generando un éxito enorme, Vedder decide convocar a sus mismos compañeros (Matt Cameron, Jeff Ament, Stone Gossard y
Mike McCready) para la creación de una nueva banda: Mookie Blaylock (nombre de un jugador de la NBA) y con ese nombre
debutan en vivo un 22 de noviembre de 1990.
En
1991 salen de gira por la costa californiana como teloneros de Alice In Chains
mientras grababan su primer demo. También de la mano de Cameron Crowe, aparecen
en el film Singles, que representó
una excelente forma de dar a conocer al mundo lo que en ese entonces pasaba en
Seattle. Eddie Vedder, Stone Gossard y Jeff Ament actúan en la película como
miembros de la banda ficticia Citizen Dick, liderada por el protagonista Matt
Dillon.
Después
de firmar con Epic Records, el grupo se ve obligado a cambiar su nombre por
problemas comerciales. Aquí comienzan una serie de teorías acerca del origen
del actual nombre de la banda, que ahora ya es un símbolo en la historia
musical moderna: Pearl Jam. El más
famoso de esos mitos proviene del propio Vedder, que cuenta cómo su bisabuela,
de nombre Pearl, estaba casada con un nativo americano al que ella le preparaba
una jalea (jam en inglés) hecha a base de peyote. A pesar de ser considerada
como verdadera por mucho tiempo, esta historia es en realidad una broma de
Vedder.
En
la revista Rolling Stone aparece un reportaje en el que se menciona una
historia diferente acerca del origen del nombre. Se cuenta que el grupo tenía
entre sus posibles nombres la palabra «Pearl». Después, durante un concierto de
Neil Young, cuentan que éste comenzó a realizar unos jams (improvisaciones) que
impresionaron al grupo. En ese momento fue Jeff Amentt el que comentó que el
grupo podría llamarse Pearl Jam, idea que fue aceptada por los demás
integrantes que estaban escuchando el concierto como parte del público.
Su
primer disco salió en agosto de 191 y se llamó Ten (en homenaje al dorsal de Blaylock). El disco resulta un éxito
rotundo, y junto con Nirvana se presentan como el movimiento más importante de
Seattle. Canciones como Alive, Even Flor
o Jeremy ya son clásicas de la historia del rock mundial.
En
1992 graban el MTV Umplugged, que
sigue el camino del éxito. En 1993 sale a la venta Vs. Que también es un éxito. Luego de ese disco, vienen períodos
oscuros con peleas internas durante los lanzamientos de Vitalogy y No Code. Los próximos años, son los que sin duda
demuestran el exponencial crecimiento del grupo que siguió sacando discos como
fueron Yield, Binaural, Riot Act, Pearl
Jam, Backspacer y Lightning Ball.
Por
su parte, Vedder también se dedica a su carrera en solitario, como lo demuestra
en la banda musical de Into the Wild, o en su disco Ukulele Songs, hechas únicamente con el ukelele.
FICHA TÉCNICA
Título original: Into the Wild
Año:
2007
Duración:
140 min.
País:
Estados Unidos
Director:
Sean Penn
Guión:
Sean Penn (Libro: Jon Krakauer)
Música: Michael Brook, Eddie
Vedder, Kaki King (Canciones: Eddie Vedder)
Fotografía:
Eric Gautier
Reparto: Emile Hirsch, Marcia
Gay Harden, William Hurt, Jena Malone, Brian Dierker, Vince Vaughn, Kristen
Stewart, Catherine Keener, Hal Holbrook, Thure Lindhardt, Signe Egholm Olsen,
Zach Galifianakis, Haley Ramm, R.D. Call
SINOPSIS
Christopher
McCandless, joven e idealista, acaba de recibirse, algo que sus padres siempre
desearon. Sin embargo, las peleas y las formas de ver la vida de ellos, es algo
con lo que Christopher no quiere lidiar más. Por eso, decide donar todos sus
ahorros a un centro de beneficencia y sumergirse en un viaje en solitario a
Alaska, para encontrar el sentido de la vida. Durante la marcha, cambiará su
nombre al de Alexander Supertramp, y encontrará hermosos personajes que lo
ayudarán en busca de hacer realidad su sueño.
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