PROGRAMA 122 (13-11-2015)
EDITORIAL
En
la oscuridad densa de mi noche, se esconde un recuerdo. Escucho el eco de sus
pasos cuando miro absorto por las ventanas de los bares, al mundo seguir
intentando, o cuando camino sin rumbo alguno, por el empedrado gris de los
puertos. Caen unas lágrimas color sepia por mis mejillas, se abren paso urgente
por mi rostro surcado ya sin pedir permiso. Basta una melodía o la ausencia de
ella para que el frio cuchillo del tiempo corte mi carne cansada y me arranque
de este aquí y ahora, y me entregue en un descuido sabroso, al juego de tus
brazos, al baile de tu pelo, a los pliegues de tu falda.
Tiemblo en un suspiro
como la luna sobre el mar. Digo lo no dicho. Callo en aquel instante el dolor.
Somos aquella forma soñada, somos la fuerza inconcebible del universo, somos
fatalmente lo que fuimos. Ahora, espero más solo la muerte del día. El mundo se
derrumba a mis pasos y soy esta máquina que saluda y camina, que pide permiso y
que no le importa. Soy el que se olvidó en alguna esquina, el que jamás
regreso. Soy ese beso de papel, sobre una hoja amarilla que niega el olvido.
Soy aquel dolor dulce de tu boca y mi boca, de mis lágrimas en tu abrigo. Soy
el que camina distraído, una tarde cualquiera de domingo. Despabílate amor, y acaba de una
vez conmigo.-
Lucas
Itze.-
Canción elegida para la editorial
IMPRESIONES SOBRE
DESPABÍLATE AMOR
¿Qué
se habrá hecho de tus ojos y los míos? De aquellas miradas que se sabían. ¿Por dónde
flotaran nuestros suspiros o nuestras noches de amor que no fueron? ¿Qué habrá
sido de aquel lugar desde donde veíamos al mundo? Aquel lugar que daba espacio
a los torbellinos revolucionarios, aquel lugar que nos invitaba a enfrentar al
mundo en vez de soportarlo. Estarán resonando ¿sobre qué paredones? aquellas
carcajadas opulentas de dientes, de vientres que se hamacan, aquellas
carcajadas de reunión de noche, entre amigos y guitarras. Hecho luz sobre
aquellos retazos del tiempo caídos en cruel batalla, mis profundos honores a
aquellos otros que espero me iluminen desde otra pieza lejana. Mírame rápido, antes que en un descuido me
vuelva otro, suplica un Ernesto joven a su Ana. Allí, en aquella frase
huérfana, que naufragará en la muerte misma de la escena, captaremos el dolor.
Entenderemos en aquel susurro, la nostalgia misma de lo perdido, el
padecimiento de aquel grupo de fantasmas, que pueblan el film de nuestro gran
amigo Don Eliseo Subiela “Despabílate Amor”.
El relato tendrá una
estructura no lineal. Serán un grupo pequeño de raccontos, los encargados de graficar las anécdotas, aquel pasado
que se niega a morir, aquel ancla pesada repleta de reproches, ausencias y
promesas no cumplidas. Veremos la mano de Eliseo, aquel director exquisito, en
la unión poéticamente caprichosa, tal vez surrealista, que se dará en la
relación atreves del montaje del dialogo de espacios separados en forma y
tiempo, pero unidos, evidentemente, desde un lugar más profundo y sincero. La
cámara, estará supeditada a la narrativa del relato, evitando los subtextos.
Será la fotografía la encargada de diferenciar los tiempos narrativos, se optará
por los tonos marrones o sepia para el recuerdo y los colores más vivos para el
presente del relato. Notaremos con profunda satisfacción, aquel acento poético
delineado por la emotiva pluma de Mario Benedetti, ya trabajado en
otros films del director, particularmente en aquella obra maestra que fue “El
lado oscuro del corazón”.
Despabílate amor, será una súplica para un
grupo de almas atrapadas en un recuerdo. Tristes náufragos de historias que no
fueron. Quien les habla, apuesta la nada que llena sus arcas, al hoy y al
ahora. Manzi escribió alguna vez: “Si yo tuviera treinta condiscípulos y una
maestra y un chocolatín, iría de nuevo al Jardín. Entonces el purrete que llevo
en mi hombría, mataría a aquel hombre que hubo en mi niñez”. Planificar el
beso que daré, en vez de disfrutar plenamente del que estoy dando, es algo muy
cercano a lo nefasto. Nuestras sombras, mis amigos, deben ser cortas, aquella
luz que ilumina nuestros días, debe acompañarnos a nuestro lado y jamás ser
olvidada en el inalcanzable recuerdo. Besemos con los labios de hoy,
apasionémonos con las caricias actuales, dejemos que el camino se siga poblando
de anécdotas para tal vez mañana preguntarnos al abrir un cajón viejo… ¿A
dónde van?
Lucas
Itze.-
Canción
post impresiones
Algo que sonaba en el film
Un
día nos encontraremos
En
otro carnaval
Tendremos
suerte si aprendemos
Que
no hay ningún rincón
Que
no hay ningún atracadero
Que
pueda disolver
En
su escondite lo que fuimos
El
tiempo está después.
¡Vete...!
¿No
comprendes que te estás matando?
¿No
comprendes que te estoy llamando?
¡Vete...!
No
me beses que te estoy llorando
¡Y
quisiera no llorarte más!
Nos fuimos con todo...
FICHA TÉCNICA
Título
original: Despabílate, amor
Año:
1997
Duración:
98 min.
País:
Argentina
Director:
Eliseo Subiela
Guión:
Eliseo Subiela
Música:
Martin Bianchedi
Fotografía:
Daniel Rodríguez Maseda
Reparto:
Darío Grandinetti, Soledad Silveyra, Juan Leyrado, Gustavo Garzón, Marilyn
Solaya
SINOPSIS
Un
hombre con nostalgias de su época de adolescente ha descubierto en el rock que
practica todos los días un remedio contra el envejecimiento. Quiere volver a
ver a su antigua barra de amigos y pone en marcha el encuentro. Les propone un
asalto como los de antes. Así llega a dar con Ernesto, un periodista cuarentón,
ex militante y ex exiliado que anda detrás de una misteriosa cubana. El film
muestra dos caras: la evocación nostálgica y el retrato actual de los
personajes de ayer colmado de emoción.
PELICULA COMPLETA
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