miércoles, 29 de abril de 2015

EL PROYECTO BLAIR WITCH - THE BLAIR WITCH PROJECT


EDITORIAL

Cuando tenés 9 años, lo único que hay es el bosque. Es allí donde, con toda la inocencia a cuestas, se purgará, por un breve instante, nuestra existencia citadina. Allí aprenderemos a guardar secretos para siempre, como lo hacen los pinos bajo la rugosidad de sus pieles. O como hacen los pájaros, que se llevan nuestros nombres a pasear por el tiempo. Descubriremos que ningún camino es recto y que nunca nada fue hacia adelante. Entenderemos la importancia de correr repleto de sudor sin importar jamás hacia dónde. Correr por correr, correr porque sí. Correr rápido, hasta alejarnos al fin de este cuerpo torpe, sediento de certezas, tan familiarizado con la dinámica del diccionario. Naturalmente, cerca de mi casa, el asfalto era desafiado por la desbordante naturaleza del bosque. 


Bastaba con recorrer Córdoba hasta dar con Santa Rosa de Lima para encontrar que los árboles se erguían hasta ocultar al mismo cielo y el aire se perfumaba con un aroma proveniente de la cuidadosa mezcla de flores, madera y vida. No puedo asegurar que fuera verano, pero sí que aquella tarde era calurosa. Los viejos se habían entregado sin cuestionamientos al arte de la siesta, ese curioso ritual de la puerta cerrada. Aquel Ramallo del setenta y pico parecía espantar a los chicos y dejar que la gente envejezca hasta edades imprudentes. Hoy en día, aquella costumbre, parece seguir desvelando a sus parroquianos. Mi costumbre, en cambio, y más en aquella época, era quebrar siempre las reglas, entonces, fui chico en aquel Ramallo.


El loco Cincunegui y Naty Diaz también lo fueron. La cuenta se extendía a algunos pocos más: los gemelos Arrieta, Enzo, el hijo del herrero y el Fatiga. Se decía que más allá de la avenida Savio no había más chicos, y nosotros lo creíamos. El Fatiga retrasa, decía siempre entre risas uno de los Arrieta, jamás pude distinguir cual. Si nosotros teníamos 9 años, el Fatiga, para ese entonces rondaría los 14 o quizás los 15, mas no. Era bastante más alto que cualquiera de nosotros, algo gordito y sus pantalones siempre amenazaban ahorcarlo. Quizás era verdad que retrasaba. Naty era la única que le tenía un poco de paciencia. Ella decía que su pereza venia de los golpes que el viejo le daba. Cuando alguien te grita y te faja desde que te levantas hasta que te vas a dormir, terminas decidiendo no moverte más, no deseando más nada, como para evitar provocarlo. 


Te convertís, sin quererlo, en un fantasma. Se comentaba que de todos los chicos, solo Enzo había entrado una sola vez a su casa junto con su padre para soldar el elástico de una cama rota. Un día, mientras el sol bajaba, en voz bastante baja, Enzo narró lo que había visto aquel día. Todos escuchamos atentos. Dijo que las paredes eran altas y sin nada de pintura. Un pasillo largo y húmedo conducía desde la puerta a un patio que distribuía a dos piezas y un baño, luego una pequeña escalera llevaba a otra pieza pequeña, fría y desolada. La puerta entreabierta dejaba ver al Fatiga sentado en su cama, en cuero, mirando nada, haciendo nada. Su espalda estaba marcada con lonjas de un rojo furioso, tampoco lloraba. Esa noche, al irme a dormir, solo pensaba en una cosa: ¿Cómo lloraría un fantasma? Aquella tarde de calor, mientras todos dormían la siesta, Naty, el loco Cincunegui y yo nos internamos en nuestro bosque. El loco juraba haber encontrado las ruinas de una casa abandonada más allá de donde jugábamos siempre. A pesar de que me habían dicho ciento de veces que no me alejara mucho de la casa, menos con Cincunegui (demasiado pelirrojo, demasiado flaco, demasiados rulos, demasiado extraño, nunca entendí) convencí a Naty de que aquella aventura no estaba tan mal. Yo solo quería caminar tomado de su mano, esa era mi aventura en realidad.


Dejamos nuestras bicicletas justo al comienzo de la arboleda. Caminamos hasta el viejo aljibe, en donde solíamos tirar piedras pidiendo deseos. Naty quiso detenerse con una pequeña roca en la mano, pero el Loco no la dejó. La tironeó de la mano y empezó a correr con ella. ¡Sigamos! Gritaba. Yo quede atrás, veía sus espaldas solamente, los pastos altos y las ramas me impedían ver con claridad. Corrían muy rápido, escuchaba la respiración fuerte de Naty, la escucha pidiendo que parara. Como en la más trillada de las películas de terror me tropecé cayendo estúpidamente sobre el pastizal. Al levantarme, todo era silencio, pasto y árboles. Como pude, comencé a caminar en la dirección que creía venia corriendo. Intente primero con su nombre, llamé a Naty con un grito ahogado, quizás por la agitación, quizás por el miedo. Me respondió el bosque con su indiferencia de grillos y pájaros. Aceleré mi paso hacia la nada, no hay nada más absurdo que apurarse cuando uno no sabe hacia dónde va, pero lo hice. Escuché un murmullo, algo parecido a mi nombre. Corrí más rápido, corrí sin mirar, corrí ya sin nombre. Entonces, algo detuvo mi marcha con fuerza y caí nuevamente al piso. Era el loco Cincunegui, su pelo parecía más rojo que nunca, su mirada estaba completamente descolocada, sus manos poseían una fuerza que le desconocía hasta entonces. Intenté gritar, pero tapo mi boca con velocidad. 


A un costado, estaba Natalia, sus ojos estaban tan abiertos que pensé que jamás los volvería a cerrar, sus puños estaban cerrados con fuerza, todo su cuerpo se había tensado presa del pánico. Tenía la vista perdida, sus lágrimas bañaban un rostro ya sin gesto. Cincunegui buscó mi mirada con sus ojos e intentó tranquilizarme. Hizo señas de que no hablara y su mano comenzó lentamente a descomprimir mi boca. Me levanto del piso con cuidado, mis ojos no se movían de los suyos. Muy despacio giro mi cuerpo y señalo a unos metros. Entonces, pude distinguirlo. A los nueve años, el bosque marca tu vida de alguna manera para siempre. Las cosas verdaderas, las más reales, sucederán ahí, donde la vida es naturaleza y salvajismo. Donde nadie pide ningún permiso y no existen leyes que enderecen los caminos. En aquella tarde de Ramallo, Cincunegui, Naty y yo, nos juramos el silencio de los pinos, regalamos los nombres a los pájaros para que los lleven lejos, tan lejos como para que nadie pueda recordarlos nunca. En aquella tarde de calor, a algunos metros nuestros, pude distinguir al Fatiga. Allí estaba él, de rodillas, en cuero, con su espalda aun marcada, con sus manos con sangre, con su padre muerto entre sus brazos. Jamás encontramos la casa en ruinas que había prometido Cincunegui, pero ahora sé cómo lloran los fantasmas.

Lucas Itze.-

Canción post editorial



IMPRESIONES PARA EL PROYECTO BLAIR WITCH


El origen de todos nuestros miedos reside en saber que un día, nadie sabe cuándo, definitivamente nos vamos a morir. El miedo es una cosa hecha de tiempo, ocurre en el tiempo. Nos acecha desde el futuro, como amenaza desestabilizadora de nuestro presente, de este manojo de nada que creemos custodiar. Nos observa desde allá, con paciencia, prometiéndonos que todo va a empeorar. Recordándonos, a cada instante aquella verdad que se sabe en silencio, aquella verdad que bien conoce el viento y nos la susurra a cada instante… nos vamos a morir, y lo que es peor, también morirán los que nosotros queremos. Entonces, la tristeza vendrá a darle una mano al miedo para seguir jodiendo este estofado. Hasta nuestras alegrías serán puñaladas en el tiempo. Recordaremos, cuando la fiesta se haya acabado, todas las sonrisas, las mismas que hoy mueren para llenarme de silencio y en aquella memoria del desamparo aparecerá, con su caricia fría, la angustia. El bosque es grande compañeros, y estamos solos. Y fue el miedo, la tristeza, la angustia, la soledad el verdadero recorrido realizado por aquellos chicos del Proyecto Balir Witch, impactante film dirigido por Daniel Myrick y Eduardo Sánchez en el año 1999. El film tendrá cierta reminiscencia al dogma 95, sin llegar a serlo. Carecerá de iluminación artificial, no habrá trípodes ni banda musical. Todo esto ayudara a construir la idea de realismo dentro del relato fílmico. Ese será el juego que planteará el film, ese será su paño. 


La película abrirá con una placa anunciando que lo que veremos a continuación es el material crudo filmado por el grupo de estudiantes de cine encontrado luego de un año, allí empezará a correr aquel pacto ficcional, aquella ingenuidad consentida necesaria para cualquier hecho artístico. Quien no acceda a ese pacto, deberá apagar el film al instante. La estructura narrativa será estrictamente lineal, lo que ayudará al espectador a ir sumergiéndose de manera dosificada dentro del terror que planteara la cinta. La fotografía será naturalista, repleta de planos mal encuadrados, deficientemente iluminados, lo que nos hará recordar que el relato está enfocado en el atrás de cámara, en aquel momento donde la ficción termina. Se trabajará el plano subjetivo en la mayoría del film, lo que agregara al terror una sensación de asfixia. Uno de los tantos aciertos del film será el no mostrar jamás al antagonista, convirtiendo al conflicto dramático en uno interno. Mostrar al monstruo, mostrar a la bestia, implicaría aniquilar de un solo plano aquel objeto del terror generado por nuestras mentes. Será el trabajo del espectador darle forma al miedo, proyectar en esa imagen aquello que nos recuerde que, un día cualquiera, vamos a morir. Demos paso en silencio, a un gran amigo de este programa quien trabaja este concepto en una de sus bellas canciones. Para este grupo, que está sentado alrededor de esta fogata, contando historias de miedo, canta “Algo flota en la laguna” nuestro querido Luis Alberto Spinetta.-

Lucas Itze.-

Canción post impresiones


De tanto pensar en el brujo,
creo que el amanecer,
podrían ser sólo dibujos,
que van recorriendo mi ser.


Piel de oro, rojo enfermo, el amor ambidiestro..
De la luz hacia lo obscuro MAGIA VENENO..
De lo obscuro hacia la luz, todo nuevo..
Respirarse, emborrachar, morir y seguir viviendo.


 Nubes de angustia cubren mi cielo
lluvias oscuras de pensamientos,
cuando no quedan salidas
cuando no hay nuevas entradas
cualquier recurso que alivie el dolor.


También sonó la magia de Santana


Y como es eso de que me amas
eso yo nunca pude entenderlo
o es que quizás, tal vez deba ser
que soy uno de esos que no cree
en los fantasmas.


Nos fuimos con el gran Hendrix...



FICHA TÉCNICA

Título original: The Blair Witch Project 
Año: 1999
Duración: 81 min.
País: Estados Unidos
Director: Daniel Myrick, Eduardo Sánchez
Guión: Daniel Myrick, Eduardo Sánchez
Música: Antonio Cora
Fotografía: Neal Fredericks
Reparto: Heather Donahue, Michael C. Williams, Joshua Leonard, Patricia DeCou, Sandra Sánchez


SINOPSIS


El 21 de octubre de 1994, Heather Donahue, Joshua Leonard y Michael Williams entraron en un bosque de Maryland para rodar un documental sobre una leyenda local, "La bruja de Blair". No se volvió a saber de ellos. Un año después, la cámara con la que rodaron fue encontrada, mostrando los terroríficos eventos que dieron lugar a su desaparición.

martes, 28 de abril de 2015

PHILADELPHIA


EDITORIAL

Caminamos por las saladas aguas del mar. Imaginamos como será navegar en el más bello de los océanos. Descubrimos la tiranía de la tristeza, que invade vilmente los anticuerpos de nuestra propia felicidad. Recordamos ese instante en que nuestros cuerpos se fundieron en una horda de pasiones y deseos irrefrenables, para luego dar paso al placer más profundo. Encontramos en esos pequeños actos la belleza más pura. Descubrimos que a pesar de que la vida nos patee la cara vergonzosamente, no podrá doblegar esas memorias. Serán nuestras. Serán guardadas en el arcón de los recuerdos como si fuera nuestro tesoro más preciado. Y será ayer. Y hoy. O tal vez mañana. Siento miedo por el mañana. Por no llegar a descubrir que decía ese papel mojado por la lluvia. Por entender que somos aves de paso, un simple número de documento, un nombre más en un cementerio añejo. Nos entregamos al salvaje bocado del ostracismo, que nos desgarra con toda su maldita furia. Somos presas del odio y de la mentira. Actores secundarios de nuestra propia película, producidas por la sociedad y dirigidas por los medios más infames. Escapemos de este guión de telenovela. Hundámonos en el bar más lúgubre del barrio. Bebamos de la copa menos brillante de todas. Escuchemos al anciano que siempre está sentado hablando sólo, que seguro tendrá una buena historia para contar. Dejemos que las risas vuelen al compás de la música. Incitemos a acabar con la dictadura de las palabras y logremos que ese silencio hable más que nosotros mismos. Juguemos con nuestros deseos aunque nos griten que es demasiado tarde. 


No amigos, nunca es tarde. Siempre quedará esa pequeña luz que nos trae la luna para que no nos perdamos en ese laberinto de los pasos perdidos. Siempre tendremos a alguien que nos enseñará a dar la vida por nosotros. Siempre lo sabremos al final del show… Siempre. Aunque nunca nos demos cuenta. Aunque estemos parados sobre la vía, mientras suena la bocina del tren. Aunque caminemos por el borde de un edificio, mientras las piernas tiemblan. Crucemos esa vía, bajemos de esa orilla, volvamos a envolvernos de los recuerdos más poderosos, inmortalizando esa sonrisa, o quizás, alguna mueca de felicidad luego de un fugaz roce de miradas. Subamos nuevamente a la montaña rusa de emociones para dejar atrás los túneles más oscuros. Seamos felices hasta el final, haciendo oídos sordos a los cultores del pesimismo. Es tarde, el reloj de arena de la vida empieza a llegar a su final. Todo tiene un maldito final… Ya no siento más miedo, el mañana llegará, lo imaginamos de varias formas, pero ya me he decidido… lo esperaré con una sonrisa en la cara, y una copa en la mano, recordando los maravillosos momentos que transitamos por las calles de Filadelfia.

Marcelo De Nicola

Canción elegida para la editorial



IMPRESIONES SOBRE PHILADELPHIA


Fue nuestro querido Jorge Luis quien escribió en aquel cuento maravilloso titulado “There are more Things” que el hombre olvida que es un muerto que conversa con muertos. Si nuestras charlas desfallecen en la velocidad aparente de un mensaje de texto. Si mis ojos se conmueven con las luces de estrellas ya muertas hace tanto. Si el deseo nos olvidó un día, para convidarnos con aquella cicuta que es la rutina. Entonces, en su lugar, apareció la fantasía, esa zanahoria que nos mantiene caminando repletos de promesas, jurándonos no apartarnos jamás de aquel camino que nadie, nadie recuerda haber elegido. Me resulta absurdo negar la muerte, ocultar canallescamente sus pequeños triunfos elaborando mascaras que ya no nos convencen ni a nosotros mismos. Temerle a aquel cuervo oscuro que nos acompaña incondicionalmente a nuestra izquierda es el miserable resultado de una vida abnegada. Deberíamos recibir aquel final con el festejo que se merece. Deberíamos vivir la vida buscando llegar a aquel punto repletos de luz, habiendo besado los labios que queríamos, habiendo apartado a la gente que creímos debería estar lejos, habiendo dicho te amo con sinceridad, mirando directo a los ojos. 


Habiéndonos equivocado todo lo que podíamos, repletos de barro y de historias. Bajo aquellas circunstancias, no habrá lugar para el miedo. Nos tocará el hombro, aquella compañera, y le daremos la mano con dignidad, la misma dignidad que le vimos en la mirada a Andy, aquel abogado interpretado inolvidablemente por Tom Hanks en el film “Philadelphia” devorado cobardemente por esa fiera hambrienta que es el Sida. La película planteará dos grandes temas que enferman en el corazón mismo a toda sociedad: la discriminación y los prejuicios. El relato será riguroso en su cronología, salvo algún que otro flashback carente de importancia. Esta linealidad temporal, estará supeditada tanto al desarrollo del juicio por despido sufrido por el protagonista como por el avance de su enfermedad. El film se servirá del deterioro del personaje para potenciar más aquella lucha. Andy peleará junto a Miguel, su pareja, hasta el último momento, con el final de sus fuerzas, con la entereza de alguien que muere con decoro. 


Viviremos el desarrollo de aquel personaje a través de su curva dramática, tan de cerca que desearemos abrazarlo en aquella despedida. El film, quizás nos sirva de espejo y logre ponernos en frente alguno de todos nuestros prejuicios, algunos de todos esos miedos absurdos que nos convierten en tipos comunes, capaces de perderse en aquel mar de anónimos que es la sociedad. Nos quedará rebotando en la mente, quizás, aquella pregunta directa elaborada por Miller, el abogado defensor de Andy, al jurado y a los testigos: ¿Sos gay? Y en aquella consulta, directa y a los ojos, dejando de lado los preámbulos somnolientos de quien intenta no ofender al otro, creo que está la clave de la película. El día que aquella pregunta no nos incomode, no necesitaremos más Philadelphias, habremos dado un importante paso y seguramente pasaremos a formar parte del grupo de los que esperan su muerte llenos de festejos y buenos recuerdos. A los hipócritas dejamos las muertes oscuras y tristes, repletas de buenas intenciones. Verán llegar aquellos tipos entre lágrimas, el solemne planear del Pájaro Negro.-

Lucas Itze.-

CANCIÓN POST IMPRESIONES


La noche ha caído, yo he quedado despierto
Puedo sentir a mi mismo desvanecer
Pues recíbeme hermano con tu beso infiel
O nos dejaremos uno al otro así
En las calles de Filadelfia



UNIVERSO DEMME


Jonathan Demme nació en 12 de febrero de 1944 en Nueva York y estrenó su primer film a los 30 años, cuando rodó La cárcel caliente. La vida de una chica que es enviada a la cárcel y allí, por intermedio de la superintendente, quien castiga duramente a las reclusas con violaciones, y salvajes electroshocks.
En 1975 dirige Crazy Mama, situada en los años 50, sigue la ola de crímenes de un grupo de hombres y mujeres entre California y Arkansas.
Un año después rueda Luchando por mis derechos, donde un granjero de Arkansas pelea contra un grupo inmobiliario que quiere echarlo de su tierra.
En 1977 diirige Handle with Care, un reparador de radio que salva a un camionero de un accidente.
En 1978 dirige un capítulo de la famosa serie Columbo y un año después filma El eslabón del Niágara, con Roy Scheider en el papel de un agente secreto que termina en una institución mental luego de ver como asesinan a su esposa.
Empieza a ser reconocido por la crítica cuando filma el oscarizado guion de Bo Goldman titulado Melvin y Howard: La trama nos narra la vida de un propietario de una gasolinera de Utah, Melvin Dummar que recoge a un anciano que dice llamarse Howard Hughes.
En 1984 llega la comedia Chicas en pie de guerra, donde dos vecinas, viejas enemigas, empiezan a trabajar juntas debido a la falta de mano de obra por la Segunda Guerra Mundial.
Ese año dirige el aclamadísimo documental titulado Stop Making Sense, sobre tres recitales de la banda Talking Heads. Para muchos, marcó el inicio de los grandes recitales filmados.
En 1986 dirige Algo salvaje, la vida de un rutinario hombre de negocios (Jeff Daniels) que se enamora de una mujer exactamente diferente a él (Melanie Griffith).
En 1987 dirige Nadando a Camboya, donde el actor Spalding Gray da cuenta de todos los pormenores que situaron mientras filmaba el film Los gritos del silencio. Nos habla de la convulsa situación política, drogas y sexo por doquier, que había en el país asiático.
En 1988 dirige una comedia sobre la mafia titulada Casada con todos, donde Michelle Pfeiffer es la femme fatale que atrae a un grupo de mafiosos.
Tres años después llegaría su obra maestra. Basada en un guion de Ted Tally y en una novela de Thomas Harris, filma El silencio de los inocentes. La actuación de Anthony Hopkins como Hannibal Lecter quedó en la historia. El film logró algo que sólo otros dos filmes lograron, ganar los 5 Oscars principales.


En 1993 llega otro éxito de la mano de Philadelphia. Cinco años tardó para volver a dirigir, esta vez con drama sobre el racismo Beloved, ambientada durante la Guerra Civil estadounidense.
En 2002 dirige La verdad sobre Charlie, una remake del film de 1963 Charada. Cuenta la historia de Reggie, una mujer que luego de volver de Paris, descubre que su cuenta está vacía y su marido asesinado. Aunque hay gente que sospecha de ella.
En 2003 dirige el documental The Agronomist. La verdadera historia de Jean Dominique, periodista de radio haitiano y activista de derechos humanos.
Un año después dirige otra remake, esta vez El embajador del miedo.  Protagonizada por Denzel Washington como Bennett Marco, un tenaz y virtuoso oficial del ejército quien sospecha del Sargento Raymond Shaw, que es manipulado para convertirse en candidato a la vicepresidencia.
Sigue con dos documentales, uno sobre Neil Young y su concierto en Nashville en 2006 y otro sobre los intentos de Jimmy Carter de conseguir acordar la paz entre Israel y Palestina del año 2007.
En 2008 rueda La boda de Rachel, donde una ex modelo regresa a su casa luego de varias crisis personales para asistir a la boda de su hermana, y lo que iba a ser una fiesta termina en una disputa familiar debido a las viejas tensiones entre los integrantes.


Luego llegan otros dos documentales, uno sobre Carolyn Parker, la última mujer que decidió dejar su vecindario cuando emitieron la orden de evacuación cuando el Huracán Katrina se acercaba a Nueva Orleans, en verano de 2005. Y en el otro vuelve a filmar un concierto de Neil Young, titulado Journeys.
Durante estos años se alejó del cine para dirigir capítulos de diferentes series como En cuerpo y alma, Iluminada o The Killing.
Hace poco terminó de filmar A Master Builder, una adaptación de la obra de Henrik Ibsen. Y está terminando de filmar Ricki and the Flash, donde Meryl Streep encarna a una mujer que deja a su familia para convertirse en una estrella de rock.

Apocalipsis, fin del mundo, castigo de Dios.
Pretextos fascistas que confunden a la población.
Cubrir el sexo es la mejor opción
pero cubrir no es la solución.
Nada se cura con miedo y discriminación


La sangre es para siempre nada podes hacer


Alguien me está hablando,
Llamándome por mi nombre
Me dice que no tengo la culpa
No me avergonzaré de amar.


Y tu vida va pasando,
tenés menos cartas que los demás pero no bajés la guardia,
si hay gente sana que no vale nada
y tu sinceridad va a ser tu nueva atracción
Enséñale al mundo, hermana!
viviendo con él...




FICHA TÉCNICA

Título original: Philadelphia
Año: 1993
Duración: 119 min.
País: Estados Unidos
Director: Jonathan Demme
Guión: Ron Nyswaner
Música: Howard Shore
Fotografía: Tak Fujimoto
Reparto: Tom Hanks, Denzel Washington, Antonio Banderas, Joanne Woodward, Jason Robards, Mary Steenburgen, Ron Vawter, Robert Ridgely, Charles Napier, Roberta Maxwell, Lisa Summerour, Roger Corman, Bradley Whitford, Anna Deavere Smith

SINOPSIS

Andrew Beckett, un joven y prometedor abogado de Philadelphia, es despedido del prestigioso bufete en el que trabaja cuando sus jefes se enteran de que ha contraído el sida. Decide entonces demandar a la empresa por despido improcedente, pero en un principio ningún abogado acepta defender su caso.


TRAILER


jueves, 16 de abril de 2015

LA VIDA SECRETA DE LAS PALABRAS - THE SECRET LIFE OF WORDS


EDITORIAL

Crucé la línea de fuego. Palpita, aun, mi corazón herido de sorpresivos perdigones. Busco con la mirada mis manos y allí están. Desearía no poder verlas y, sin embargo, se muestran, laten incómodas, me dicen que algo no está bien. Intento sobrellevar ese momento refugiándome en la tibieza de algunas páginas que me enseñan lo necesario que son aquellas heridas. Intento purgar mi sangre en la muerte lenta de mi bolígrafo pero la tristeza reniega ante la escasez de la tinta y entonces me hundo. Pruebo con apagar la luz y lo logro. Aquella habitación oscura me recuerda esas manos generosas que abandoné en una marea de recursos inútiles y lloro ante la certeza de saberlas inalcanzables. Pude haber arañado dos latidos más. Lo sé. Pero ya las puertas de este cementerio cargado de víctimas del egoísmo se encuentran cerradas. Quien pudiera ser héroe manco en la oscuridad. Quien pudiera resucitar aquel instante de gloria en la noche. Yo no puedo. Por eso volveré a observar mis manos. Y si dejan verse, esta vez no habrá salvaciones, solo un adiós a tiempo.


Seguramente vuelva a despertar tarde y saldré corriendo a la calle a treparme a aquella nave hastiada de gente sin calma. Llegaré tarde a los reproches que recibo a diario. Caminaré las mismas cuadras una y otra vez con los 90` sobre mi espalda y saldrán mis lágrimas ignorantes acusando a los malditos años que ataron mi mente a la perdición de lo concreto. Estas manos, condenadas a posarse en el plástico elaborado, querrán estrellarse contra la mandíbula más firme del bar para enseñarme que acostarse sobre el tiempo puede doler demasiado. Pero ya no más. La neblina de una nueva mañana se borrará alguno de estos días y por fin veré a mis manos brindar por el nacimiento de un nuevo olvido. Por un hasta luego a aquella austeridad clarificadora. Por una canción más junto a mi profesor de la lucha por la vida. Las veré convidarle un vaso a la sombra que acecha mi existencia para luego invitarla a matarnos en la calle. Me iré y quedará para siempre el eco de estas manos jugando con la vida secreta de las palabras…

Alan Beneitez

Canción elegida para la editorial



IMPRESIONES PARA LA VIDA SECRETA DE LAS PALABRAS


Alguna vez Oscar Wilde nos desafió diciendo: “Dame una máscara y te diré la verdad”. Intentamos, vanamente, huir del dolor, convenciéndonos de pasados apócrifos, fingiendo presentes improbables, proyectando futuros que nos traicionan al doblar la primera esquina. Transitamos por aquellos caminos ficticios a merced, quizás, de uno de los miedos más temibles y espantosos. No hablo de otra cosa, sino del temor de que aquella mascara caiga y nos descubramos, finalmente, unos impostores. Para acercarle tranquilidad al que esté del otro lado, este que les habla, tuvo la prudencia de servirse de otras mascaras por si tal deshonroso acontecimiento sucediera. Después de todo, quizás la gente no sea más que eso, un devenir de máscaras cayendo, una continua narración de excusas y mentiras, cuyo punto final se escribirá aquel día en que de una vez y para siempre, nos olvidemos de nosotros mismos. 


A pesar de todo aquel extenuante esfuerzo, más tarde o más temprano, el dolor encontrará nuestra puerta. Reconocerá nuestro olor detrás de todo el maquillaje. Danzará a nuestro lado, en aquella comparsa lúgubre y colmará de invierno todo nuestro bosque. Caeremos lentamente en la oscuridad de nuestra noche, como una hoja que se despide de su rama. Abrazaremos a nuestros tertulianos, en aquel liberador ritual del llanto. Sufrientes de finitud, espantados de tiempo. Lloraremos con fuerza, con el mismo temor de Hanna de no poder parar de hacerlo nunca más, y así colmar la habitación y ahogarnos junto a nuestro acompañante. Hanna, aquel personaje, que como cualquiera de nosotros, construyo sus máscaras para huir de sus sombras. La vida Secreta de las Palabras, tendrá una estructura narrativa clásica, respetando los tres actos aristotélicos. Su primer acto, hablo de aquel en el que el guionista se ocupa de presentar a su personaje y el conflicto, será preciso. Veremos un comienzo en donde Isabel Coixet, directora del film, nos dará la información a través de una gran variedad de recursos, todos ellos interesantes. Hanna, y esto se extenderá a casi todo el film, narrará no por lo que dice, sino por lo que calla. 


Allí, en su silencio, arderá su infierno. Veremos, sí, sus máscaras, sus rituales, aquella rutina ineludible, único ancla para encontrar su eje y poder seguir adelante. Coixet metaforizará sus locaciones y trabajará aquellas imágenes retóricas desde el encuadre. Será en ese mismo primer acto, donde la directora nos anticipará el derrumbe que transitará la protagonista con el correr del drama. La veremos salir del trabajo, luego de que la invitaran amablemente a tomarse vacaciones. Caminará hacia su casa. Ella pasará y de fondo se verá incrustado en la tierra, un enorme casco de barco oxidado, la cámara la acompañará en un travelling horizontal hasta detenerse y dejar en cuadro un montículo de escombros. El personaje continuara caminando y saldrá por derecha de pantalla. Luego de unos segundos, fundirá a negro. El mismo juego de imágenes se repetirá al final del film. El fuego que todo lo quema, quizás convierta en una suerte de infierno aquel escenario solitario y lúgubre que es la base en donde transcurre el segundo acto del film. Allí aparecerán nuevos personajes, todos ellos sin nada que perder, sin nada que ganar. Tan estancados como aquel barco que nos hizo pensar en Hanna. Cada uno tendrá su pena y parecerá estar purgándola en aquel sitio olvidado, en aquel lugar sin tiempo ni espacio. Cada uno se jactara de su silencio, y como Hanna, nos contaran sobre ellos sin hacerlo. Finalmente, Hanna hablará y nos contará la historia más triste del mundo. Y lo hará de la peor manera, desde la ternura. Algunas barreras se destruirán convirtiendo ciertas angustias en escombros, dejando infinitas lágrimas. Creando tal vez, nuevas máscaras para mantener lejos esa tristeza.-

Lucas Itze.-

Canción post impresiones


Cuentan que cuando un silencio
aparecía entre dos
era que pasaba un ángel
que les robaba la voz.


Ella hizo un pacto de sangre
a pesar de mí
No tengo que volver
sangre en la calle, calle


UNIVERSO COIXET


Nacida en Barcelona, estudió Historia Contemporánea en Barcelona, pero fue su trabajo como periodista en la revista Fotograma la que la hizo acercarse al mundo del cine.
Su primer corto fue titulado Mira y verás y fue rodado en el año 1984. Con solo 24 años ruda su primer largo en 1988: Demasiado viejo para morir joven. La historia de dos amigos que se ganan la vida como pueden, siendo mensajero y taxista, respectivamente.
En 1996, ochos años después viaja a Estados Unidos para realizar su segundo film: Cosas que nunca te dije, una historia de amor que tuvo excelentes críticas y fue elegida la mejor película española del año.
Dos años después se interna en el Siglo XVII para filmar A los que aman, otro drama romántico que no tuvo el mismo suceso que el film anterior.
En 2003 dirige el documental Viaje al corazón de la tortura, donde la directora se dirige a diferentes países para entrevistar a víctimas de la tortura.
Ese año dirige Mi vida sin mí, la historia de una joven con una enfermedad terminal que decide elaborar una lista de las cosas que quería hacer antes de morir. El film tuvo excelentes críticas en todo el mundo.


En 2004 participa en el documental Hay Motivo, sobre una crítica al Partido Popular español y luego filma La Vida secreta de las palabras.
En 2006 forma parte del homenaje a Paris en Paris Je T´aime y un año después rueda otro documental titulado Invisibles, junto Wim Wenders, Fernando de Aranoa, entre otros. El segmento de Coixet habla sobre el Mal de Chagas.
Vuelve a la ficción en 2008 cuando filma Elegy, con Ben Kingley y Penélope Cruz, volviendo nuevamente al amor, esta vez entre un profesor y una alumna.
Su amor por Japón la lleva a filmar en 2009 Mapa de los sonidos de Tokio, acerca de una asesina a sueldo interpratada por Rinko Kikuchi.
En 2010 vuelve al documental al hacer un corto titulado Aral, el mar perdido, sobre el cada vez más desierto mar de Aral.
Sigue con documentales en los años siguientes, primero con Escuchando al Juez Garzón, en una entrevista al juez hecha por un periodista, y luego con Marea Blanca, sobre unos trabajadores que fueron a limpiar vertidos tóxicos que dejó un petrolero hundido.
En 2013 dirige Mi otro yo, un thriller sobre una chica que es perseguida por otra que tiene sus rasgos idénticos, y además quiere apropiarse de su propia vida.
También dirige Ayer no termina nunca, un film ubicado en una España hundida en crisis y el reencuentro de una pareja cinco años después de perder a su hijo por una negligencia hospitalaria por culpa de los recortes.
En 2014 filma Aprendiendo a conducir, la historia de una mujer en crisis matrimonial y decide sacar su carnet de conducir. Su profesor, es un hindú que está con los mismos problemas que ella…
Este año se estrena su último film: Nadie quiere la noche, donde una mujer rica va al Polo Norte para encontrarse con su marido explorador y la acompaña una humilde esquimal. Ambas tendrán que unirse para sobrevivir a las bajar temperaturas. Con Juliette Binoche y Rinko Kikuchi.

Todos somos estrellas
Nos vamos desvaneciendo
Solo trata de no preocuparte
Nos verás algún día
Solo toma lo que necesitas
y sigue tu camino,
Y deja de hacer llorar a tu corazón...


Como un borracho necesita un bar
como un preso libertad te necesito.
como un mendigo un poco de pan
como un ciego imaginar te necesito.
y que más , y que más
y que más por este amor


¿Dónde habrá luz en la ciudad?
capaz de iluminar tus sombras
¿Qué habrá detrás de tanta crueldad?
podrán desactivar las bombas


Somos fantasmas peleándole al viento.


FICHA TÉCNICA

Título original: La vida secreta de las palabras (The Secret Life of Words)
Año: 2005
Duración: 120 min.
País: España
Director: Isabel Coixet
Guión: Isabel Coixet
Música: Varios
Fotografía: Jean-Claude Larrieu
Reparto: Sarah Polley, Tim Robbins, Javier Cámara, Sverre Anker Ousdal, Steven MacKintosh, Julie Christie, Eddie Marsan, Christine Inge, Daniel Mays, Dean Lennox Kelly, Danny Cunningham, Emmanuel Idowu, Reg Wilson, Leonor Watling

SINOPSIS

En una plataforma petrolífera, aislada en medio del mar, donde sólo trabajan hombres, ha ocurrido un accidente. Una mujer solitaria y enigmática que intenta huir de su pasado (Sarah Polley) va hasta allí para cuidar de un hombre (Tim Robbins) que se ha quedado temporalmente ciego. Entre ambos nace una extraña intimidad, llena de secretos, verdades, mentiras, humor y dolor. Ninguno saldrá indemne de esta relación que marcará sus vidas para siempre. Una película sobre el peso del pasado.


TRAILER