EDITORIAL
Veo
allá a lo lejos las viejas valijas gastadas que alguna vez pertenecieron a mis
abuelos. Esas que protegieron del frio y del olvido sus ropas, sus nombres y
sus sueños. Aquellos baúles añosos revelan en su polvo denso el peso de algunas
luchas, los restos de escasos laureles. Relatan en la elegancia de su vejez,
adioses desesperados, abrazos demasiados cortos para distancias tan largas, las
sinceras promesas de borrar las huellas ya pisadas para nunca jamás encontrar
el camino de vuelta a casa. Todavía parecen oírse resonar entre sus rincones
los ecos de montones de ilusiones prematuras, acribilladas a la vuelta de
cualquier esquina. La casa grita los nombres de mis padres. Las paredes vomitan
sus credos, el moho verdoso de su humedad insiste en darme consejos. Veo su belleza
opacada por el fatigoso empeño de construirme un futuro.
Los grifos aúllan por
los deseos fusilados y cada pasillo insiste en mantener lejos cualquier puerta.
Una mano cocina buenas intenciones, siento por allí el perfume de mi madre, que
me convida con ciertas seguridades que ya no me conmueven. Voy a tirar paredes.
Voy a buscar mis propias heridas. Voy a construirme cada día y a emborrachar
mis sueños para no creérmelos jamás. Siento en mi piel el mapa que trazaron
otros, sé que mi sombra camina sobre pasiones ya sufridas. Acompañaran este
viaje con un prudente silencio, recordando su existencia en cada descuido.
Cultivare mi jardín en otras tierras, bajo nuevas reglas. Caerá de una vez este
disfraz, dejando mi cuerpo desnudo, ardiendo, bajo un sol verdadero. Derribaré
la casa definitivamente y tomaré mi propio camino. Mancharé mis pies descalzos
con su barro y estará bien. Brillaré al fin, aunque la herida sea profunda y
dolorosa, como el tajo que deja un tango feroz.
Lucas
Itze
Canción
elegida para la editorial
IMPRESIONES SOBRE PERSEPOLIS
El
malandra puede arrepentirse, el fanático no. La colonización ideológica del
hombre sobre el hombre, siempre me resultó un hecho nefasto y preocupante.
Nuestra única herramienta ante tales atropellos, ante tales sometimientos
alarmantes, no es otra que la educación. De su mano, con seguridad, llegará
aquel espíritu crítico que lo inundará todo de preguntas, y hará de nosotros
personas más complejas, más bellas. Aparecerán, entonces, los instrumentos
necesarios para decodificar de manera más completa la realidad que nos rodea.
Amanecerá la posibilidad de escapar a ser sujetos pensados, héroes deglutidores
de verdades establecidas. Será el cuestionamiento, el martillo que derrote a la
verdad absoluta. Será la argumentación su afilado ejército. Marjane, aquella
adorable chica que nos lleva de la mano a través del arco dramático que
estructura el relato fílmico Persepolis, poseía, afortunadamente, estas armas.
Como ya dijimos con anterioridad, su cuestionamiento permanente a lo
establecido, a las leyes, a sus costumbres, distinguirá sus ojos con un brillo
cada vez más seductor.
Persepolis será un film de animación y trabajará la
estética de historieta en honor, quizás, a sus orígenes. La linealidad temporal
del relato se verá afectada por el uso frecuente de raccontos, momento en que
el film se instala en el pasado del presente relatado para narrar desde allí
parte de la historia de Marjane. Conoceremos, de esta manera, la semilla de la
lucha social sembrada por su familia. Asistiremos a terribles pérdidas,
dolorosos desengaños. Le gritaremos fuerte en la cara a dios su incompetencia.
Oiremos entre sus lecturas a grandes amigos de esta casa. Pasará Bakunin,
Sartre, Freud y de todo ese cultivo surgirá la apuesta más fuerte, la rebelión
a su propia cultura.
La película será narrada desde el tierno punto de vista de
Marjane. Veremos a través de sus ojos cómo su mirada se viste de cinismo y
descreimiento hasta casi apagar la bella llama de la niña que fue. Pero saldrá
de aquellas sombras con la furia de quien fue enseñado a no bajar jamás la
guardia. Le jurará a sus muertos la integridad. Se irá, entonces, con el mismo
doloroso consejo que Alfredo le diera a Toto en Cinema Paradiso. Andáte y no
vuelvas nunca, si lo haces, no vengas a visitarme. Atravesará Marjene aquel
umbral, con sueños nuevos, con lágrimas viejas, con las herramientas listas
para reconstruir su vida lejos de casa. Se alejará sin voltear, como lo hacen
los que se van seguros de no dejar ninguna deuda. Se alejará de todos al pisar
el aeropuerto una vez más, tomando nuevamente su condición de pasajera
en trance.
Lucas
Itze.-
Canción
post análisis
También sonó otro tema de Charly
Y Bob Marley no podía quedarse afuera
Nos fuimos con los que crearon una revolución...
FICHA TÉCNICA
Título
original: Persepolis
Año:
2007
Duración:
95 min.
País:
Francia
Director:
Marjane Satrapi, Vincent Paronnaud
Guión:
Marjane Satrapi, Vincent Paronnaud (Cómic: Marjane Satrapi)
Música:
Olivier Bernet
Sinopsis
Narra
la conmovedora historia de una niña iraní desde la revolución islámica hasta
nuestros días. Cuando los fundamentalistas toman el poder, forzando a las
mujeres a llevar velo y encarcelando a miles de personas, y mientras tiene lugar
la guerra entre Irak e Irán, Marjane descubre el punk, ABBA y Iron Maiden.
Cuando llega a la adolescencia sus padres la envían a Europa, donde conoce otra
cultura que nada tiene que ver con la de su país. La protagonista se adapta
bien a su nueva vida, pero no soporta la soledad y vuelve con su familia,
aunque eso signifique ponerse el velo y someterse a una sociedad tiránica.
Voces originales en francés de Catherine Deneuve y Chiara Mastroianni.
Trailer
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