lunes, 19 de mayo de 2014

LA ANTENA

Programa 4 (08-04-2013)

Incluye una entrevista con el autor de la banda musical de la película: Leo Sujatovich




EDITORIAL


Nos han quitado la voz, pero tenemos las palabras…aunque a veces no sólo nos callan la voz, sino también nos matan las palabras.
Estamos inmersos en un juego, en un reality infinito, donde todos somos participantes. Alguien nos controla, nos observa y decide que es lo que tenemos que ver, consumir o hasta hacer con nuestras míseras vidas.
La monopolización de medios, la idealización del consumo, la pena capital a la decisión propia y a la pluralidad de voces nos está arrinconando contra un paredón.
Un paredón que divide lo bueno de lo malo. Y aca se me escapa una pregunta… en ese mundo, el de la llamada caja boba, ¿Qué es lo bueno y qué es lo malo? ¿O quienes son?
Hoy ese aparato de diferentes tamaños y formas, nos alimenta y nos va matando de a poco… Pero claro, no es el artefacto en sí el que termina con nuestras vidas, sino quienes están dentro del mismo.
Para muchos de ellos, vos sos un punto más de rating, son los que se desviven por encontrar la primicia para ser los “mejores”, o por vender un producto para ganar dinero, para que el termómetro del morbo estalle hasta límites insuperables.
Somos marionetas dentro de un sistema capitalista que nos invade minuto a minuto, segundo a segundo. Los medios se convierten en una dictadura, como muchas a las que ellos mismos apañaron (nadie resiste a los archivos).



Entonces, nuevamente aparecen las palabras, siempre justas, para articular ideas y así llenar la ciudad de voces que no quieren callarse, que necesitan tener un pensamiento propio, para que esas voces, actúen como si fueran nuestros ojos.
Es hora de que empecemos a manejar el control remoto de nuestras vidas, de desconectar el cable, y acordarse de que ahí afuera puede haber una vida mejor, a pesar de los desolados paisajes de la tristeza y de la abundancia, que vemos a cada paso, en cada casa, cada auto, cada vida.
Empecemos a lograr que nuestra mente sea la antena que logre mejorar nuestra imagen, para que la voz de la conciencia grite más fuerte que nunca.
Es el tiempo de encontrarnos con uno mismo y dejar de lado lo mediático, volver a la simplicidad de las cosas, esas pequeñas cosas que nos hacen felices, como cuando eramos niños…
Así que te lo digo, sin más preambulos: Apagá la tele, prepará la antena.

Marcelo De Nicola


Canción elegida para la Editorial



IMPRESIONES SOBRE LA ANTENA



Unas manos aparecen, como de la nada. El fondo es negro, todo es negro salvo ellas, que están iluminadas levemente por una luz cenital, esto es una luz que cae de forma vertical al piso. Estas manos son pálidas e inertes, quizás muertas. De pronto, el movimiento irrumpe. Salvaje y veloz. Los dedos empiezan la danza típica de quien toca un piano. La música, sumisa, acude y responde a cada movimiento. La música es caótica, cruel, violenta y pronto las imágenes asumen estas cualidades. El piano es suplantado por una máquina de escribir sobre la cual las manos parecieran construir cada sonido que la orquesta interpreta. Entonces… las palabras. Aparecen por frases sueltas y nos introducen al relato: Había una vez una ciudad sin voz. Alguien se había llevado las voces de todos sus habitantes. Pasaron muchísimos años y a nadie parecía preocuparle. El silencio. Luego la tapa de un libro cuyas letras gigantes nos dicen “La Antena”. Otra vez una mano ingresa a plano, abre el libro y en él se construye una ciudad tridimensional. La película comienza. Con este magistral inicio, Sapir nos da algunos datos de lo que va a venir. 


Ya desde los títulos descubrimos que la estética elegida por este gran director es la de las películas pertenecientes al periodo mudo del cine, esto es desde 1888 hasta el estreno de la película “El cantante de Jazz” en 1927 dirigida por Alan Crosland. Aquel nostálgico parpadeo de los fotogramas pasando, aquella poca definición en la imagen, nos introduce en un mundo sabroso para los que amamos aquel periodo. Sé que mañana es mejor, pero también sé que mi corazón, o parte de él, todavía está sentado en una sala sorprendiéndose con los viajes de Mellie o con aquellos inolvidables cortos de los hermanos Lummier. La antena, está repleta de citas y guiños a distintas corrientes artísticas. Tomaremos solo algunos de ellos, quizás los más evidentes, como para hacer más dinámico el análisis. Volvamos al comienzo, a aquellas manos. Desde aquí ya se plantea una relación de sumisión. Hay alguien que propone y otro que ejecuta. No pude dejar de pensar también en la labor del guionista y director, ambos desarrollados en este caso por el mismo Sapir. El guionista, desde su máquina de escribir, esboza un mapa (bastante preciso en algunos casos) de lo que será el relato y la mano del director ejecutara y terminara de moldear el mismo frente a los técnicos y actores. Ambos funcionaran quizás como la mano de un director frente a la orquesta conformada por el equipo de filmación. 


La estructura del film es lineal y responde claramente a los tres actos aristotélicos. Aristóteles, en su poética, nos planeta la división en tres actos de la tragedia. En el primero se trabajara la presentación de los personajes y del conflicto principal que estos deberán enfrentar. El segundo acto, el más largo, se ocupara del desarrollo del conflicto y de cómo los personajes lograran superar o serán superados por el mismo. Finalmente, el tercer acto trabajara la resolución del conflicto principal y expondrá las conclusiones. La antena posee claras influencias del expresionismo alemán y del surrealismo. Ciertos planos tienen aquel aroma característico del cine de Cocteau. Pero volvamos a estos dos movimientos artísticos. El expresionismo alemán surge a comienzos del siglo XX. La Primera Guerra Mundial había arruinado a Europa y Alemania era uno de los países más afectados. Había crisis económica, estaba aislada del resto de los países europeos y como consecuencia una ola de pesimismo invadía el país. Nace el Romanticismo que se levanta en rebeldía al Realismo del siglo XIX y pone de manifiesto la realidad subjetiva de las cosas, las percepciones profundas de cada uno. El expresionismo va a tomar esto, como también se nutrirá del arte gótico y tratara en sus obras de no preocuparse de la realidad externa sino de la naturaleza interna de las emociones. Tomara dos grandes ejes que serán la muerte y la oscuridad, temas que le permitirán jugar con la deformación de la forma externa por la ruptura de lo interior. Respecto al surrealismo, podemos decir que nace en Francia en 1924 con aquel manifiesto maravilloso escrito por André Bretón y que tiende a representar aquel mundo oscuro y simbólico del inconsciente. Hay dos fuerzas que imperan en las obras surrealistas, que no son otras que las del inconsciente: condensación y desplazamiento. El arte surrealista es inmediato, irreflexivo y esta despojado de toda referencia a lo real. De estas dos estéticas, se nutre Sapir para trabajar su relato. Recordemos el blanco y negro contrastado de todo el film, aquellas fugas vertiginosas, aquellos planos aberrantes, donde se busca la oblicuidad del horizonte. La representación surrealista del Dr Y, cuya boca es un televisor que muestra un primerísimo primer plano de una boca la cual queda fuera de escala respecto al cuerpo. 


Recordemos al personaje de La Voz, aquella bella mujer que es uno de los dos personajes que pueden hablar aunque carece completamente de rostro. El asistente del Sr TV, que posee cola de rata y rostro desfigurado. Hay otra influencia, que también se respira claramente dentro del relato, y es la del mundo del cómic, mundo con el cual Sapir está íntimamente relacionado. Ya en su primer largometraje “Picado Fino” introduce de manera siniestramente perfecta características pertenecientes a este tipo de arte. Podemos notar la relevancia que le da el director en ambos films a los objetos, los cuales muchas veces toman un peso igual que el de los personajes. También vemos al cómic en el tipo de encuadre que hace, en los cuales muchas veces deja aire en la parte superior del cuadro, como dando lugar al globo de dialogo. El manejo en ciertas secuencias con el paso del banco y negro al negativo como para subrayar el dramatismo o el uso artístico de las placas de diálogos formando parte de la acción. Todas estas estéticas las vemos fluir con total naturalidad dentro de La antena. Es un film en donde, creo yo, no sobra nada. Es preciso y exacto. Es modernamente antiguo. Es un film que nos viene a plantear que sin voz y sin palabras no hay pensamiento y sin pensamiento estamos jodidos. 


Propongo volver a esta película y analizar con más tiempo, tal vez,  el mensaje. Pensar quizás en el valor que le damos a la imagen que el otro nos devuelve de nosotros. Pensar seriamente quien es ese otro que nos devuelve nuestra imagen, en el poder que posee para distorsionarla y pensar en que quizás sus intereses no sean los nuestros. Y pensar también en nuestra inocencia para aceptar esa imagen deformada, que nos viene a contar, a uno que es morocho y ha llevado una morocha vida, que peina cada mañana unos hermosos rizos rubios. Alguien dijo alguna vez, no me den armas, denme medios de comunicación y creo que no se equivocaba.       

Lucas Itze

Canción post análisis

También sonó


Y porque las palabras importan, cerramos con este genio...


FICHA TÉCNICA

Título original: La antena
Año: 2007
Duración: 87 min.
País: Argentina
Director: Esteban Sapir
Guión: Esteban Sapir
Música: Leo Sujatovich
Fotografía: Cristian Cottet   (B&W)
Reparto: Valeria Bertuccelli, Alejandro Urdapilleta, Julieta Cardinali, Rafael Ferro, Florencia Raggi

Sinopsis

Una ciudad se ha quedado sin voz, la nieve hiela la sangre de sus habitantes. El inefable Sr. TV (Alejandro Urdapilleta), es el dueño de la ciudad, un autoritario hombre que impone que imágenes se ven en las pantallas de la metrópoli, y dueño de una cadena de productos que utiliza para el alienamiento de su población.
Todo esto lo logra a través de una máquina que transmite imágenes hipnóticas en todos los televisores de la ciudad, y con el que consigue que así, sólo consuman sus productos.
La máquina funciona gracias al cantar de una voz de una hermosa mujer que es la única que ha conservado el don del habla, por lo que el Sr. TV decide secuestrarla. Este tiene un hijo (Valeria Bertucelli) que de a poco se va dando cuenta de su maquiavélico plan.
El Inventor (Rafael Ferro), es testigo del secuestro y hará todo lo posible para salvar a Tomás, el hijo de la mujer secuestrada, un niño ciego que heredó el don del habla, y el único capaz de contrarrestar el poder de la máquina.

PELÍCULA COMPLETA



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