Programa 6 (22-04-213)
EDITORIAL
Alguna vez leí una frase,
escrita ya en su madurez, por el creador de Peter Pan, Sir James Matthew
Barrie, quien desde unas melancólicas paginas confesaba lo siguiente: “El
horror de mi infancia era que yo sabía que se acercaba el tiempo en que debería
renunciar a mis juegos y eso me parecía intolerable. Entonces, resolví seguir
jugando en secreto” Nosotros, como Barrie, creemos que el juego es el gran
héroe que va a venir a rescatarnos de este teatro de estúpidas certezas que
supimos construir para desarrollar nuestra vida. Nosotros, decidimos que la
mente que juega es nuestra amiga, por que en ella cae como un telón pesado las
tristes redes del plan. Iremos por las calles disfrazados de banqueros, de
estudiantes de medicina, quizás de abogados, manteniendo charlas serias y
comprometidas.
Sabremos el precio del dólar, dividir con coma y hasta citaremos
de memoria el recorrido del subte A. Viviremos con el espantoso peso que nos
genera la idea burguesa del éxito. Haremos todo esto porque así nos enseñaron
que debía ser. Hasta lloraremos en silencio, aunque solo a veces logremos que
nuestras lágrimas sean sinceras. Miraremos tristemente el mundo continuar,
absurdo y sin sentido, desde la ventana de algún bar. Veremos como nuestra luz
se apaga lejos de aquellas aventuras que supimos crear bajo el sol de la tarde,
roñosos de vida. Sentiremos vergüenza de nosotros mismos, al vernos
traicionados entre estas paredes de realidad que es nuestro cuerpo de adulto.
Algunos pocos, seguiremos jugando en secreto. Jugaremos a que tus labios nos
salvan de la muerte, a que la música nos muestra imágenes y colores, a que un
Re es verde y un La es rojo, y jugaremos a no dar explicaciones ni a exigirlas.
A que un poema tiene tu nombre, y entre sus palabras descubro tu cuerpo y te
rescato de la muerte.
Cuando esto suceda nos reiremos, pero lo haremos despacito,
para que aquella luz no se extinga en el huracán de la muerte. Nos
encontraremos en ese juego, en aquel patio largo de nuestra niñez y te daré la
mano fuerte. Y sabré tu nombre, mi amada inmortal…
Lucas Itze.
Canción post editorial
IMPRESIONES SOBRE AMADA
INMORTAL
Ludwig Van Beethoven, el
hombre que heredó y aumentó la fama inmortal de Handel y Bach, de Hayden y
Mozart, acaba de morir… Una luz de un trueno nos ilumina la cara del músico
consumida por el tiempo, marcada por las filosas espinas del mundo. Luego el
ataúd, llevado por fulanos, que parecían llevar, no la vencida carne de un
hombre muerto, sino la materia sutil de un poema concluido (salud Leopoldo)
Así, el comienzo de la película Amada Inmortal, entre el llanto de violines, el
gruñidos de chelos y murmullos de pianos respetuosos. Bernard Rose, director
del film, sirviéndose de una estructura narrativa no lineal, decide empezar su
obra enseñándonos la muerte del héroe. Use varias veces esta película para
ejemplificar los conceptos de Relato e Historia. Vamos unas vez más: cito para
esto el gran libro de Santiago Carlos Oves, “El Guion: Principio de Todo”, en
cuyas páginas explica que la historia se compone de hechos registrados
cronológicamente, sean comprobables o inventados, mientras que el relato es la
manera de contarlos. El relato es el problema y la historia es el hallazgo. La
historia depende de la oportunidad que se presenta para poder captarla,
mientras que el relato depende de nuestra sensibilidad, nuestras condiciones
artísticas y nuestra particular concepción del mundo que nos rodea. Recordemos
que cualquier obra de arte evidencia una percepción del mundo, en ella
expondremos tanto nuestras utopías como nuestros desengaños. El relato es el
que se va conectar con el receptor y la historia es su materia prima. Así, esta
historia sobre la vida amorosa del genial músico, decide ser relatada,
inicialmente, desde la muerte del mismo.
Curiosamente, no es el personaje interpretado
por Gary Oldman, o sea el mismo Beethoven, el que nos va ir llevando a través
de la curva dramática ideada por el guionista. El recorrido del héroe, tampoco
responderá a una búsqueda interna del personaje, como señala Joseph Campbell en
su libro el “Héroe de las mil caras”. Por el contrario, el personaje de
Schindler, el secretario privado y fiel amigo del músico, será el encargado de
llevar el relato adelante. Será él, motivado por la misteriosa carta
encontrada, el que vaya entrevistando a cada uno de los amores del genial
compositor. Es en cada una de estas entrevistas, de estos encuentros, donde la
linealidad del relato se quiebra para pasar a los raccontos. Mediante este
recurso, el director, ira poniendo luz sobre ciertos aspectos desconocidos de
la vida de Beethoven y de esta manera se ira construyendo este exquisito
personaje, tan lleno de pasiones, tan golpeado por la maldita vida.
Recuerdo
aquel pasaje casi en el final de la película, más precisamente en la última
entrevista que hace Schindler antes de dar con la Amada Inmortal ,
donde casi entre lagrimas, reflexiona ante la amante de Beethoven: “Le falle,
todos le fallamos. Nos dio tanto. Ni siquiera pudimos hacerle la vida
tolerable” La película posee una ambientación excelente, así como también un
casting meticuloso. El trabajo de la fotografía es impecable, entregándonos
planos de un contenido pictórico realmente bellos. El personaje no girara
nunca, no llegara modificado al final de la película, no traerá ninguna
enseñanza luego de recorrer aquella curva dramática propuesta por el relato.
Seremos nosotros, los espectadores, los que al ver la palabra fin impresa en la
pantalla habremos sido modificados. Descubriremos quizás que de nada sirve
vivir una vida carente de pasiones, porque en ellas encontraremos la verdadera
aventura de la vida.
Lucas Itze.
FICHA TÉCNICA
Título original: Immortal
Beloved
Año: 1994
Duración: 125 min.
País: Estados Unidos
Director: Bernard Rose
Guión: Bernard Rose
Música: Ludwig Van Beethoven
Fotografía: Peter Suschitzky
Reparto: Gary Oldman, Isabella
Rossellini, Valeria Golino, Jeroen Krabbé, Johanna Ter Steege, Marco
Hofschneider, Leo Faulkner, Miriam Margolyes, Claudia Solti
Sinopsis
Tras la muerte de Ludwig Van
Beethoven (Gary Oldman), en 1927, se encuentras tres cartas de amor dedicadas a
una misteriosa mujer, a quien la llamaba su amada inmortal y a quien le deja la
posesión de todos sus bienes. Por lo que su secretario Anton Felix Schindler
(Jeroen Krabbé), inicia una búsqueda para dar con el paradero de la heredera. A
pesar de la presión del hermano de Beethoven, Jonathan, Anton decide ir hasta
el hotel Karisbad, donde el músico se alojó hace mucho tiempo atrás con una
mujer, según cuenta una secretaria y consigue la ilegible firma de la “amada”
en un libro de registro. Luego empieza la recorrida buscando a las mujeres de
Beethoven, empezando por la joven Giuletta Giucciardi (Valeria Golino),
mientras los flashbacks van mostrando la vida de Beethoven.
Luego Schindler siguió su
camino para encontrarse con la condesa Anne-Marie Erdody (Isabella Rosellini),
y ahí es donde se va desarrollando más sobre la vida del genio, su perdida de
la audicióin y su relación con su sobrino Karl, de quien era el encargado luego
de la muerte de su hermano Caspar.
Finalmente es la condesa quien
le hace saber a Schindler que la mujer de su vida no era otra que Joanna Reiss
(Johanna ter Steege), su cuñada, y que Karl no era su sobrino sino su hijo,
informándole a Anna los últimos deseos de Ludwig.
TRAILER
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