miércoles, 29 de septiembre de 2021

NO MATARÁS - KRÓTKI FILM O ZABIJANIU (A SHORT FILM ABOUT KILLING)

 PROGRAMA 344 (17-09-2021)

 

SINOPSIS

 

Varsovia. Un taxista está lavando su coche. Jacek, un joven campesino de mirada turbia, vaga por la ciudad. Piotr, un estudiante de derecho, se prepara para hacer su último examen. Sus destinos se cruzan cuando Jacek coge un taxi para ir a los suburbios de la ciudad, donde asesina brutalmente al taxista golpeándolo con una piedra. (FILMAFFINITY)

 

EDITORIAL

 

La mirada perdida esquivaba cualquier contacto visual. La ropa se había convertido en harapos que deambulaban entre su delgado cuerpo. ¿A dónde se fueron esas sonrisas de cristal? La última imagen estaba ahí, nítida... El olor a sangre cada tanto aparecía de repente. El suspiro final todavía podía sentirse. El humo del cigarrillo mezclaría luego todos los olores. ¿Cuándo sucedió todo? Las preguntas se acumulan en los pasillos de la memoria. La muerte siempre estuvo ahí. Cercana. Distante. En ese caballo de campo sacrificado porque no podía correr más. En esa hormiga aplastada por unas zapatillas desvencijadas. En esa joven a la que le arrebataron los sueños y se transformó en la cara de muchas de ellas. En esa marcha que terminó con vidas que fueron a pedir justicia. En esa bala perdida de algún borracho en Navidad. En esa señora que cruza la calle sin imaginar que será la última vez. En ese joven que no se dio cuenta que discutir a veces no vale la pena. Pero ahí estabas vos y en el éxtasis del momento, la locura te envolvió por completo. Una reacción. Sólo un golpe. Y dos vidas que se apagaban de distinta manera. Ahora queda solo transitar un pequeño pasillo. El Estado se convertirá también en verdugo y se vestirá con tus mismas ropas harapientas en nombre de la justicia. Y serán semejantes, ambos asesinos pero con distinta investidura. Porque la muerte para ellos es sólo un trámite más. Y el que esté libre de pecado que tire la primera piedra, porque nadie podrá salir limpio quienes estén en el fango gritando No matarás.

 

Marcelo De Nicola.-

 

Canción elegida para la editorial

 


IMPRESIONES SOBRE NO MATARÁS

 


Ser humano no es nunca una tarea fácil. El ser humano, aquel animal que habla y por ello también es hablado. Subyugado enteramente bajo las fauces de un lenguaje impuesto, el peor de los virus, la piedra más pesada. Marx lo nombra como aquel animal que trabaja y lo piensa como el ser produciendo en su organización del trabajo con el otro. Entender entonces al humano es pensarlo en función de un entramado inmenso de poder cuyo objetivo final no es otro sino la organización propia del trabajo. El gran conflicto que encontrará Marx es que el ser ejerce un trabajo que no elige, que lo realiza para sobrevivir, el cual por ende no corresponde a su deseo, entonces el ser no se desarrolla jamás como humano. Si no hay desarrollo posible de ningún tipo entonces todo lo que hagamos carece de cualquier sentido. De todos modos, la ilusión de libertad siempre baila en cada descuido seduciendo la torpeza de nuestros sentidos. Aspiramos a ser libres, pero la libertad angustia. El hombre, bien sabemos, es pura posibilidad lo que implica claro una doble trampa, primero aquella construcción ilusoria de poder elegir algo, de ser libre de realizar aquel acto y segundo la obligación ineludible de tener que hacerlo. Nadie escapa a elegir. Nuestra historia quizás no sea otra cosa que el conjunto de aquellas elecciones. Elegir es siempre una negación. Optamos por esto o aquello y en ese mismo instante negamos aquello otro. Optamos por estudiar medicina negando un futuro de futbolista profesional. Elegimos hacer el bien, negando aquello que la moral indica que es el mal. Entender esta dinámica, cuestionarla y hacerla consciente angustia, y esta angustia es objeto directo de nuestra condición humana finita. 



El ser humano es un ser para la muerte decía Heidegger. Un ser para la muerte es un ser para la nada, y si todo conduce a la nada, entonces nada tiene sentido. La angustia es resultado y consciencia de que no hay escape, de que no hay salida alguna. De nada sirve ocuparnos, enamorarnos o hasta relacionarnos, porque en el fondo todo es nada, y esa nada es lo que angustia. Huir de la cotidianidad nos aconseja a los gritos un amigo. Huir de lo cotidiano porque allí está la trampa, allí es donde el plan opera. Lo cotidiano nos convence de alguna manera de que podemos realizarnos en sus prácticas, en sus instituciones, en los vínculos que propone, pero todo esto no hace más que postergarnos y esconder que al final todo se desvanece. Hay una molestia constante que vive en la muerte misma de cada sonrisa. Una sensación de vacío que nos acompaña y no deja completarnos, colmarnos, sentirnos plenos. Lo que molesta es la nada, somos esa molestia, somos la nada. La angustia nos devuelve a ese estado originario y primitivo donde todo se vuelve improductivo. La angustia es improductiva y nos detiene. Nos saca del mundo de vanos objetos donde estamos arrojados, esos objetos que hacen lo posible para que aquella sensación se disipe y así olvidemos, por fin, nuestra desesperante condición. A Short Film About Killing (No matarás), película del polaco Krzysztof Kieślowski, está narrada por personajes conscientes de esta angustia e invadidos fatalmente por una culpa insoslayable. 



Sus personajes estarán abrumados por un hastió insoportable que se representará maravillosamente por la pesada fotografía del film. La imagen que usará esta historia como lenguaje será de las más perturbadoras y particulares que este quien les habla haya visto nunca. Uno puede remitirse a varios films para describirla, pero todos quedaran a mitad de camino, hasta quizás los más experimentales. La dirección fotográfica trabajará en la secuencia inicial del metraje sobre la idea de la muerte, la idea profunda de la ausencia de cualquier futuro. El punto de vista estará siempre atravesado por algo más. Primero un vidrio, luego un espejo. Nunca será un punto de vista directo. Decía el propio director lo siguiente: mi problema no es dónde poner una cámara, sino por qué. Los planos con los que esta historia audiovisual está construida responden todos a ese por qué. Flotará por cada situación visual planteada esta idea de angustia, elección, muerte y nada desarrollada al comienzo de esta charla. Habrá una intención por marcar un punto de vista puntual difuminando los vértices del cuadro. Se trabajará con una paleta de colores sobre el sepia, con tonalidades duras disminuyendo la ratio cromática al mínimo. Todo será una cosa o la otra, nada habrá en el medio. Muchas veces los personajes accionarán desde la espesa oscuridad dando protagonismo al background de la imagen. En otras oportunidades todo será oscuridad y la visión estará concentrada en el centro mismo del cuadro. El relato narrará tres historias aparentemente separadas que se cruzaran por un crimen absurdo. 



Se desarrollará la historia de un taxista mal llevado, la de un abogado recién recibido y la de un joven problemático que pareciera haberse escapado de algún film de François Truffaut. El joven matará y allí se producirá el punto de encuentro. Aquello que pareció azar se convertirá luego en un sinuoso camino cuya dirección estará guiada por la culpa, a veces manifiesta y otras inconsciente, y el intento de lidiar con ella. El joven Jacek será sentenciado a muerte y agregara allí, a último momento de su vida (que casi coincidirá con el narrativo) una ficha importante que resignificará todo, su historia. Hablará de la muerte de su hermana y se preguntará si las cosas hubiesen resultado de la misma manera si él hubiera evitado su accidente. Pondrá de manifiesto con aquel simple cuestionamiento la causalidad de la génesis del crimen, su propia dinámica. La culpa y sus consecuencias quedarán expuestas. Jacek acumulará culpa de manera dosificada durante todo el film. Lo hará en la escena del café cuando ve a las dos chicas y les sonríe, quizás acordándose de su hermana, pero a pesar de eso mancha la vidriera dejando en evidencia aquella otra mancha de la que él es parte. Sumará culpa y maldad cuando tira la piedra a la autopista o cuando espanta adrede las palomas de la plaza. Esta misma dinámica se repetirá en el taxista, al cual se lo ve en todas las circunstancias planteadas por el guionista actuando maliciosamente, despiadadamente. El abogado en cambio vive su culpa por ser parte de un aparato judicial y estatal que está en decadencia y del cual evidentemente descree y hasta odia como sugiere al final del film. Un aparato punitivo que castiga un asesinato efectuando otro. Kieślowski planteará desde el comienzo de su relato un puñado de personajes que tomarán decisiones que parecerán ser azarosas. Decisiones que traerán consecuencias angustiosas y que no harán más que demostrarnos nuestra espantosa condición frente a lo ingobernable. Nuestro carácter finito en este absurdo viaje hacia la nada.

 

Lucas Itze.-


Canción post impresiones

 


UNIVERSO KIESLOWSKI


 

Nacido en Varsovia, durante la ocupación alemana de Polonia el 27 de junio de 1941. Por la enfermedad de su padre (tuberculosis), de niño se trasladaba de ciudad en ciudad. Luego de terminar sus estudios, quiso ser bombero pero a los meses dejó el curso. Empezó a estudiar teatro donde su tío era el director. Allí comenzó como vestuarista de actores renombrados de la época. Luego ingresó en la Universidad de Cine de Lödz donde se graduó en 1970. La carrera cinematográfica de Kieślowski comenzó en 1966 con dos cortos de estudio: The Tramway, que cuenta la historia de un joven que persigue el vehículo del título y The Bureau, que es una sátira de la burocracia. En 1967 dirige Concert de vœux, un cortometraje sobre una salida de la empresa al campo, y en 1968 firma el documental Le Photographer. Su tesis final titulada De la ville de Łódź, escrita en 1969, está dedicada a la vida cotidiana de los habitantes de Lodz. Kieślowski pasó los primeros años de la década de 1970 realizando documentales sobre la sociedad polaca contemporánea en los que enfatizaba aspectos de la realidad a través de elecciones de edición, sonido y filmación, que insinuaban los engranajes implícitos del sistema y los sentimientos profundos de los individuos. “Lo que me interesó en Polonia durante la década de 1970 fue el mundo no representado. Quería describir este mundo. ". En esos años siguieron los documentales como L´Unsine, Antes del Rally, Le Refrain, y The Workers of 71. Casi todos dedicados a la mirada de los obreros. Su primer film de ficción fue el mediometraje Paso Subterráneo en 1974, la película es un profundo estudio sobre el comportamiento humano y las emociones derivadas de la ruptura de una gran historia de amor. Luego de una serie de documentales, llego su primer largometraje para TV: Personnel, que cuenta la historia de Romek, un joven idealista de 19 años, encuentra trabajo como sastre en el departamento de vestuario de una compañía de teatro de Varsovia. A ellos le siguieron otros film de crítica social como La cicatriz, El amateur (sobre un obrero que descubre en una cámara súper 8 una herramienta para visualizar el mundo) y La Calma, que lo empiezan a hacer reconocido en su país y en otras partes del mundo. 



En los ´80 dirige films como Un corto día de trabajo, Chance, Endless o El azar. A fines de esa década llegaría el momento donde se convierte en uno de los más importantes directores de su generación, gracias a la filmación de El Decálogo, hecha para la TV: se centra en unos residentes de un complejo residencial, en la Polonia del comunismo tardío, cuyas vidas están sutilmente entrelazadas. Irán encontrando dilemas emocionales tan profundamente personales como universales. Son diez episodios y cada uno de ellos está basado en uno de los diez mandamientos y están vinculadas por la música creada por Zbigniew Preisner. Dos de esos films fueron presentados como largometrajes: No Matarás que logra premios en Cannes y en el Cine Europeo y Una película de amor que gana en San Sebastián. 



En los ´90 dirige la coproducción franco-polaca La Doble vida de Verónica, que es una historia metafísica sobre dos mujeres idénticas que viven en Polonia y Francia, ambas interpretadas por Irène Jacob. Otro film que fue reconocido en varios festivales. Su próximo proyecto fue la saga Tres Colores: basados en los colores de la bandera de Francia (azul, blanco y rojo) y que cada una represente los lemas de la Revolución Francesa: Libertad, Igualdad y Fraternidad. Las tres películas son un éxito de crítica y público. En la conferencia de Rouge, la última parte de la trilogía, anuncia que se retira del cine: “Rodar es para mí un estrés demasiado pesado, demasiado desproporcionado en relación con la satisfacción que proporciona. El placer de hacer una película es muy caro, demasiado caro” fue una de sus frases. Quería dedicarse a la enseñanza y a la escritura de guiones. 



Tenía pensada una nueva trilogía (Heaven, Hell, Purgatory) pero en 1995 empezó con problemas cardíacos frecuentes. Su vida se apagó el 13 de marzo de 1996 luego de una cirugía cardiaca con solo 54 años. Quedaron dos guiones que luego se convirtieron en películas dirigidas por otros directores. En 2002 el alemán Tom Tykwer dirigió Heaven, que sería la primera parte de la fallida trilogía. La segunda fue dirigida por Danis Tanovic y se llamó L´enfer. Ninguna de las dos recibió buenas críticas pero el director polaco dejó un legado enorme, que hoy se ve en el cine europeo, como Cristian Mungiu, Nuri Bilge Ceylan y los directores polacos que lo siguen homenajeando hasta estos días.

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: Joel

Año: 2018

Duración: 99 min.

País: Argentina

Dirección: Carlos Sorin

Guion: Carlos Sorin

Música: Nicolás Sorin

Fotografía: Iván Gierasinchuk

Reparto: Victoria Almeida, Diego Gentile, Joel Noguera, Ana Katz, Gustavo Daniele, Emilce Festa

 

PELÍCULA COMPLETA

lunes, 20 de septiembre de 2021

THIS IS ENGLAND

PROGRAMA 343 (10-09-2021)

 

SINOPSIS

 

Cinta británica independiente. Durante las vacaciones de verano de 1983, Shaun, (Thomas Turgoose), un niño solitario cuyo padre ha muerto en la guerra de Las Malvinas, es adoptado por un grupo de cabezas rapadas (skinheads). Con sus nuevos amigos, Shaun descubre las fiestas, su primer amor y las botas Dr. Martens. Uno de sus amigos es Combo (Stephen Graham) un skin racista que acaba de salir de la cárcel. (FILMAFFINITY)

 

EDITORIAL

 

Entender al ser nacional es aceptar un conjunto común de cualidades que comparten un grupo de personas bajo una misma circunstancia. Entender al ser nacional es aceptar la construcción de un conjunto de valores, un conjunto de estéticas y de costumbres que pretenden nombrarnos y definirnos. Que pretenden convocarnos en una unidad que nos designe, nos categorice y nos oponga. Si el somos es ser, eso indica entonces que hay un otro. Un otro que es todo aquello que el ser nacional no es. Una otredad hostil y por cierto siempre inabarcable, inaprensible e inconquistable. Entendiendo de esta manera entonces que hay un ser que esta siendo al que se le opone un otro inalcanzable, ese otro cuya esencia es comparable a la de una isla solitaria e incomunicada reflejándose incansablemente como un espejo obstinado, cómo entonces, me pregunto, es que el ser puede derivar en un ordenado y prolijo somos, en un somos acumulativo que lo contenga. Cual será la mano autoritaria y feroz que desaparezca de un solo movimiento aquellas aristas que nos diferencian. Junto a que hojas muertas se barrerán nuestras individualidades, quién será aquel que apagará los colores para ofrecernos un arcoíris monocromo. 



El somos es el grito desesperado del miedo. El somos, al igual que todo idealismo, tiene como condición fundante el asesinato mismo de la lógica y de la razón humana. Toda doctrina idealista es opresora y explotadora. El poder se organiza en la palabra y entonces nos nombra. Y es bajo aquel nombre que peleamos las luchas que otros provocan. Bajo aquel nombre nos emocionamos y hasta conocemos usando los valores y categorías que esos mismos otros crearon por nosotros. El somos nos oculta bajo las sombras de la masa que nos marca el paso y nos convida con aquel dulce licor de la pertenencia en medio de un océano infestado de terribles soledades y ausencias. Pertenecer tranquiliza y quita penas. Pero no queremos soluciones sino problemas. Preferimos las individualidades a los fríos gentilicios. Preferimos el mundo a las fronteras y nuestros propios errores a las locuras impuestas. Optamos siempre por la aventura revolucionaria de aquel cambio de paradigma en donde el otro es nuestra propia patria. Optamos por ser, negando siempre aquello que dicen que somos.

 

Lucas Itze.-

 

Canción elegida para la editorial

 


IMPRESIONES SOBRE THIS IS ENGLAND

 


Sin dudas, los primeros años de un niño son los más importantes. Allí empiezan a relacionarse y absorber conocimientos con mayor naturalidad. Son esas enseñanzas las que nunca olvidan. Luego llegará el colegio y por consecuencia, las amistades. Pero también los conflictos. Muchos son los inconvenientes que pueden tener en esos jóvenes años. El status social, los cambios en el cuerpo, los problemas familiares, todo puede ser una sumatoria de cosas que terminan, indefectiblemente, en el bullyng. Es entonces cuando empiezan a florecer ciertos miedos y también la soledad como fiel compañera. Y cuando uno está con las defensas bajas, cuando uno es invisible a los ojos del resto, una pequeña palmada en la espalda puede transformarse en algo vital y ser el fruto de una nueva etapa. Aunque también puede ser un cambio radical. En carne propia eso lo vive Shaun, el joven protagonista de This is England, la cinta de Shane Meadows. Ambientado en el año 1983, el film abre con un reggae de Fred Hibbert y sus Toots and the Maytals mientras se ven imágenes relacionadas a Inglaterra, desde la Reina Isabel y Lady Di hasta violentos enfrentamientos con la policía. 



Una voz (¿Margaret Thatcher?) será justamente la que aparezca luego de los créditos y oficie de despertador para el protagonista. Un comienzo con una metáfora encerrada: “un pueblo dormido que quiere despertar”. Estaremos ante un guión lineal, conformado por los tres actos aristotélicos que todos conocemos: introducción, nudo y desenlace. Allí nos enteraremos que el joven es un solitario que sufre la reciente pérdida de su padre en la Guerra de Malvinas. Mientras avanza el metraje nos vendrán a la mente otras obras independiente británicas, como Full Monty, Trainspotting, Billy Elliot y porque no, el cine social de Ken Loach o Mike Leigh. Meadows beberá sin dudas de todos ellos para completar su obra. La película no necesitará planos grandilocuentes ni técnicas exquisitas. Habrá un gran trabajo de fotografía y de edición. Notaremos desde el comienzo la especial atención que le puso a la banda musical. A las composiciones de Ludovico Einaudi le agregará una gama de géneros y artistas que suenan durante todo el film. El reggae, el ska, el rock y el punk aparecerán de la mano de artistas como los ya nombrados Toots and the Maytals, Lee Perry, The Specials, UK Subs o Clayhill, por nombrar algunos. Por momentos, cada tema parecerá formar parte de un video musical. Y habrá un gran trabajo de dirección de actores. 



La potente interpretación de Thomas Turgoose, de sólo 12 años, es de las mejores de los últimos años. Tanto actor como personaje van transformándose de una manera asombrosa a medida que avanza la curva dramática del film. Lo veremos reír, enfurecerse, explotar en llanto o ponerse rojo de vergüenza con la misma facilidad. El solitario Shaun encontrará en un grupo de skinheads mayores que él una nueva vida. Será por fin tenido en cuenta y se sentirá parte de un grupo, que sólo busca la libertad. La llegada de un nuevo integrante llamado Combo, luego de tres años en prisión, pondrá contra las cuerdas ese grupo y empezarán las diferencias. El director nos mostrará la otra cara del país, la de un país que también mandó a morir a miles de jóvenes en otra guerra sin sentido. Un país que se desangraba con una de las mayores tasas de desempleo de la historia y donde el futuro de los jóvenes era una incógnita. De ahí a las disputas de las bandas por poder territorial y luego, por poder de clase, había solo un paso. Y  Combo llegó para arrasar con todo. Encontraremos en su personaje el típico racista de clase media, que sólo sabe culpar a los demás y ese es el principal peligro de las mentes nacionalistas. 



Será la clara diferencia entre los primeros skins y los fascistas de la llamada National Front. También nos mostrará que el racismo no es algo solo de blancos o de ultraderecha por lo que el director va directo al punto. Quizás no estemos ante una obra mayor pero Meadows apela a la sinceridad y a la crudeza del relato. Y cuando nos queramos acordar, nos pasará como a Shawn. Ya no habrá risas sino llanto. El juego llegó demasiado lejos. Nos quedan entonces las palabras de ese ejemplo que fue Nelson Mandela. Madiba alguna vez dijo “Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel. La gente aprende a odiar. También se le puede enseñar a amar. El amor llega más naturalmente al corazón humano que lo contrario”. La realidad nos da otro cachetazo cuando hoy vemos que todo eso puede volver a pasar, fogoneados desde ciertos medios y sectores de la sociedad. El final vendrá con ese homenaje a Los 400 golpes de Truffaut, con Shawn mirando el mar, quizás en ese horizonte encontremos la esperanza de ese futuro mejor que tanto anhelamos.

 

Marcelo De Nicola.-

 

Canción post impresiones

 


UNIVERSO MEADOWS

 


Shane Meadows nació el 26 de diciembre de 1972 en Uttoxeter , Staffordshire . En 1982, su padre Arty, un conductor de camiones, descubrió el cuerpo de una niña llamada Susan Maxwell. Este fue inicialmente sospechoso hasta que finalmente se reveló que el asesino fue Robert Black, uno de los pedófilos y asesinos en serie más famosos del Reino Unido. Shane era intimidado en la escuela cuando habían involucrado a su padre, por lo que esa etapa lo marcó a fuego y lo llevó al cine en diversas cintas. Empezó luego a estudiar artes escénicas, donde conoció a Paddy Considine, con quien forjaría una gran dupla más adelante y con quien armó una banda de rock en ese momento llamada She Talks to Angels. Fue Mean Streets de Martin Scorsese el film que lo inspiró a convertirse en cineasta “obviamente se trataba de personas que Scorsese comprendía y con las que había crecido. Fue la primera vez que pensé: "Tal vez no tengas que hacer una película sobre un género, tal vez puedas hacer una película sobre tu propia vida". De ahí que mucho de su cine sea de cosas que vivió de joven. Su primer corto fue en 1996 titulado Where's the Money Ronnie! Ese año lanza el mediometraje Small Time. Un año después llega su primer largometraje: 24/7, con Bob Hoskins como un hombre que decide abrir un club de boxeo en un barrio marginal para ofrecer una salida digna a los jóvenes con problemas de drogas y delincuencia y afrontará situaciones muy conflictivas. El film fue premiado en Venecia y le dio a Hoskins el premio a mejor actor del cine europeo. En 1999 llega A Room for Romeo Brass, una comedia sobre dos amigos de doce años que tiene que lidiar con un excéntrico y peligroso personaje que está enamorado de la hermana de uno de ellos. En 2002 filma Once Upon a Time in the Midlands, con Robert Carlyle como protagonista de un triangulo amoroso en un pequeño pueblo británico. En 2004 lanzó Dead Man’s Shoes, la historia de dos hermanos, el menor, con discapacidad mental, de quien se aprovechan los traficantes de drogas de la zona. El hermano mayor vuelve del ejército en busca de venganza. 



Elegido el mejor film británico. En 2006 llega su film más reconocido; This Is England, donde vuelve a lograr el premio a mejor film británico, además de reconocimiento en diferentes festivales. Su siguiente film es Sommer Town, la historia de dos amigos, uno que vagabundea por la zona y otro que es inmigrante polaco y se dedica a fotografiar todo lo que encuentra a su paso. En 2009 llega Le Donk & Scor-zay-zee, un falso documental en el que vemos las aventuras y desventuras de Le Donk, músico frustrado interpretado por Paddy Considine, un habitual en las películas de Meadows. Le Donk, de gira con los Arctic Monkeys, pretende lanzar a la fama a su amigo Scor-zay-zee (artista en la vida real) al que cree la última sensación del hip hop. 



En 2010 creó la secuela de This is England pero en forma de miniserie. Estas son ´86, 88’ y ´90, lanzadas en 2010; 2011 y 2015 respectivamente, donde siguen la historia de Shaun, Combo, Woody y compañía. Las 3 temporadas fueron un éxito de crítica y público y que cosechó varios premios en su país. En el medio lanza el documental The Stone Roses: Made Of Stone, sobre la legendaria banda británica. Lo último que ha hecho es otra miniserie, The Vitues, la historia de un hombre (Stephen Graham) que vuelve a Irlanda para enfrentar sus recuerdos de la infancia. Solo 4 capitulos que le dieron nuevamente a Meadows el premio a mejor miniserie de TV y otro gran apoyo de la crítica.

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: This Is England

Año: 2006

Duración: 100 min.

País: Reino Unido

Dirección: Shane Meadows

Guion: Shane Meadows

Música: Ludovico Einaudi

Fotografía: Danny Cohen

Reparto: Thomas Turgoose, Stephen Graham, Jo Hartley, Andrew Shim, Vicky McClure, Joseph Gilgun, Rosamund Hanson, Andrew Ellis, Perry Benson, George Newton, Frank Harper, Jack O'Connell, Kriss Dosanjh

 

PELÍCULA COMPLETA

lunes, 6 de septiembre de 2021

EL COCINERO, EL LADRÓN, SU MUJER Y SU AMANTE - THE COOK, THE THIEF, HIS WIFE AND HER LOVER

PROGRAMA 342 (03-09-2021)

 

EDITORIAL

 

El banquete está listo. Los comensales se irán situando depende el orden de jerarquía. En una punta de la mesa los veremos a ellos, sabios burgueses empilchados con suaves pieles degustando vinos añejos. En la otra punta estarán los hazmerreíres del poder. Ellos, amontonados unos al lado de otros, esperarán las sobras, que llegarán cuando ya no haya más nada alrededor. La carta será piramidal. No todos pueden probar las mismas delicias, no vaya a ser cosa que cierta gente entienda un poco de comida gourmet. En ese sector donde abundan vestidos de etiqueta y trajes a medida, también se escucharán voces por lo bajo, secretos que no pueden ver la luz. Habrá sonrisas de cotillón y unas marcadas risas artificiales. La naturalidad vendrá desde la otra punta. Allí no necesitarán champañas francesas ni aromas sutiles. Allí habrá deseo, habrá corazón, habrá empatía. Todo será de todos. Compartirán lo poco que les llega y brindarán esperando una buena porción mientras los rufianes se autocomplacen. 



Unas carcajadas invadirán la armonía. Romperán la monotonía de esas charlas donde el único problema es como repartirse la torta. Y molesta esa naturalidad. “El burgués es el hombre que puede ya sentarse a descansar” dijo una vez Víctor Hugo. Porque así piensan. Sólo ellos tienen derecho al descanso como si fueran los únicos que trabajan. Ellos que te quieren aplastar para no permitir que disfrutes de unas vacaciones o elijas comer en el mismo restaurante. Allí estarán juzgándote depende del lugar de donde seas. Porque algunas cosas se pueden hacer en unos lugares pero en otros no. Y no les entra en la cabeza que puedan recorrer el mundo o divertirse de la misma forma que ellos. Hasta que un día se cambien los lugares en la mesa. Y serán ellos quienes quedarán en el fondo, peleándose en el lodo. Y brindamos para que llegue ese día, cuando la alta sociedad, se transforme, como dijo Andrés, en Alta Suciedad.

 

Marcelo De Nicola.-

 

Canción elegida para la editorial


 

IMPRESIONES SOBRE EL COCINERO, EL LADRÓN, SU MUJER Y SU AMANTE

 


La advertencia la había dado Brecht hace ya un tiempo. El poeta con deslumbrante acierto sentencio que No hay nada más parecido a un fascista que un burgués asustado. La moral burguesa es aquella que se construye sobre un sistema que busca evitar riesgos, que se esfuerza apasionadamente en neutralizar cualquier contratiempo o problema. Gran parte de sus esfuerzos están destinados a la realización de acciones concretas diseñadas con el único objetivo de alejarlos de cualquier peligro. La apuesta burguesa siempre es cautelosa y bien lejana a cualquier riesgo debido a que su preocupación está dirigida siempre sobre la prosperidad y jamás sobre el honor. Las soluciones son prosperas, los problemas no. Arriesgar poco para asegurar alguna victoria por menor que esta sea es la estrategia del pequeño burgués. Arriesgar poco para ganar poco, aquello es por lo que brindan los muchachos del bar de enfrente. Los que esta mesa ocupamos, y esto lo hemos señalado en otras oportunidades, nos declaramos siempre a favor del conflicto caótico que del problema surge. Preferimos así perder de verdad, jugándolo todo sin ningún reparo antes que vivir la comodidad que ofrece la más común de las mentiras. El mundo está pensado para el burgués no para el que arriesga su vida según dicta la moral heroica. 



En este mismo sentido vale decir entonces que el mundo del arte y el del pensamiento están estrictamente regidos por las leyes del caos, del riesgo y de los problemas. Es el artista el que ve el problema allí donde todos juran haber visto una solución. Es su propia vida la que arriesga al desafiar a la estética, al desnaturalizar conceptos impuestos y llevarlos a una instancia superadora, al encontrar una relación que antes no existía, al desestabilizar con una pregunta los duros cimientos de las verdades. Vaya que en este país sabemos que son ellos los que arriesgan su vida, los que lo apuestan todo aun sabiendo que se irán de aquella mesa sin ningún premio que festejar. En este bar, las copas que se levantan son siempre por ellos, por sus aventuras que nos han llenado de problemas nuestra triste existencia. Peter Greenaway ha planteado esta problemática burguesa en su película El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante. Ya desde la longitud de su título plantea aquel riesgo del que hablábamos hace solo un rato. De la solución burguesa hubiera resultado un nombre bien distinto al planteado por el director. Se hubiera pensado tal vez en evitar la confusión del espectador al recordarlo, la sonoridad al decirlo, su diseño en los afiches de venta. Greenaway planteó el problema, no la solución. El film expondrá la idea de acartonamiento y falsedad que la vida burguesa experimenta. 



Comenzará diciendo la verdad al mostrar en los primeros segundos de película una estructura que se eleva y lleva al espectador al set de filmación donde la historia se desarrollará. Otra vez la aventura heroica de exponer en una sola mirada a la mentira. La estructura del relato será completamente lineal y seguirá con exactitud el desarrollo de los tres actos aristotélicos. La fotografía será uno de los puntos fuertes del metraje. Trabajará mayormente con cámaras realizando travellings laterales manteniendo un punto de vista algo distante que recordará a aquel utilizado al comiendo de la historia del cine mediante el cual se buscaba simular la visión de un espectador teatral. Trabajará fuertemente los matices rojos intensos, los verdes esmeraldas y la pureza inmaculada de los blancos. El guion estará construido sobre la base tonal del grotesco utilizando ciertos tintes surrealistas. Habrá economía de locaciones y de puesta de cámaras. No se dará esto en lo que al diálogo concierne, el burgués hablará todo el tiempo, no soportará jamás el riesgo ni la tensión que el silencio ejerce. Por otra parte, claro, estará su antagonista. El hombre de letras y de libros, el hombre del pensamiento y del silencio. Spica, el burgués, demostrará ser una persona detestable, impune, con una violencia que por momentos recordará a Alex aquel drugo protagonista de La naranja Mecánica. Creará poder sobre el miedo que genera. Destruirá todo sin importar las consecuencias. 



Por otro lado, Michael, el hombre de letras, el amante de su mujer, representará la sensibilidad del artista y arriesgará sin metáforas de por medio su propia vida por un amor prohibido. Michael sabrá que la apuesta del amor es siempre una apuesta perdida. Nos demostrará que el amor es siempre entrega y que no hay beneficio alguno que nos haga prósperos en aquella transacción. Decía un amigo de esta casa que lo bueno del amor es que es tan maravilloso que uno quiere que dure para siempre, y eso es justamente lo malo del amor. Allí estará el capricho burgués de Spica, la peligrosa pretensión de defender con tiranía un capital y no un amor. Aparecerá en el film representada la niñez como la única pureza genuina a la cual se buscará someter sin llegar a lograrlo. La película estará cargada de imágenes fuertemente metafóricas, de intensos simbolismos que buscarán muchas veces el impacto visual, el dramatismo pictórico. Greenaway se arriesgará completo en este relato audiovisual y eso es después de todo lo que hacen los buenos artistas. Formularnos grandes preguntas para deconstruir pequeñas verdades.    

 

Lucas Itze.-

 

Canción post impresiones

 


UNIVERSO GREENAWAY

 


Nacido en Newport, Reino Unido el 5 de abril de 1942, su primera formación se dio en las artes plásticas, más precisamente en la pintura, algo que lo acompañaría a lo largo de su filmografía. Poco a poco empezó a interesarse por el cine europeo, más precisamente en directores de la talla de desarrolló un interés por el cine europeo, particularmente por las cintas de Michelangelo Antonioni, Ingmar Bergman, Jean-Luc Godard, Pier Paolo Pasolini y Alain Resnais. En 1962 inició estudios en el Walthamstow College of Art, donde compartió cursos con el músico Ian Dury con quien posteriormente trabajaría en El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante. Allí realizó su primer cortometraje titulado Death of Sentiment y que se desarrollaba alrededor de objetos del patio de una iglesia: cruces, ángeles volando, tipografía esculpida en la roca. La película fue filmada en cuatro cementerios londinenses. En 1965 se unió a la Oficina Central de Información (COI), donde trabajó durante 15 años como editor y director. En 1966 dirigió Train, con fragmentos de la filmación del último tren de vapor que llegó a la estación de Waterloo, que estaba ubicada justo detrás de su lugar de trabajo en el COI. Una cinta de estilo abstracto influenciada por Fernand Léger y su Ballet mécanique, todo montado por cortes sobre una banda sonora de música concreta. En 1966 también dirigió Tree, siendo el protagonista un árbol del Royal Festival Hall de Londres que se encontraba completamente rodeado de cemento. La década de 1970 verá un Greenaway más serio que desarrollará en 1978 Vertical Features Remake y A Walk Through H. La primera, un estudio sobre formas con estructuras aritméticas, y la segunda, un viaje a través de varios mapas. 



En 1980 Greenaway producirá su más ambicioso trabajo hasta ese momento, titulado The Falls: un monstruo fantástico, una enciclopedia de lo absurdo de material asociable con el vuelo, con la ley de la gravedad, 92 víctimas de algo que denominó (VUE) "Violent Unknown Event" o Evento Violento Desconocido: La película está ambientada en un extraño futuro después de un suceso violento que ha cambiado la vida tal y como la conocemos ahora. La película recoge el testimonio de 93 víctimas del suceso, elegidas porque sus apellidos comienzan con las letras "FALL". Greenaway utiliza en su primer largometraje un formalismo que lo acerca a la vanguardia y cuenta con la colaboración musical de Michael Nyman y Brian Eno. Los años 80 vieron las mejores películas de Greenaway: El contrato del dibujante en 1982, A Zed & Two Noughts (Titulada Zoo en español) en 1985, la sorprendente El vientre del arquitecto en 1987.



Conspiración de mujeres en 1988 y El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante en 1989, su película más conocida por el público. Los noventa nos dieron las más atractivas a nivel visual: Los libros de Próspero, basada en una obra de Shakespeare en 1991, la controvertida The Baby of Mâcon en 1993, Escrito en el Cuerpo en 1996 y 8 ½ Mujeres en 1999. 



Las tres películas de Las maletas de Tulse Luper de 2003, 2004 y 2005 que cuenta la enigmática historia del escritor Tulse Luper (JJ Feild), que abarca desde 1928, con el descubrimiento de una sustancia llamada Uranio, hasta la caída del muro en 1989. Luper se pasa la vida de prisión en prisión (en total 16) y las visitas a diferentes ciudades a lo largo de 60 años y Nightwatching de 2007, sobre el cuadro La ronda de noche de Rembrandt. En la última década llegaron Goltzius and the Pelican Company en 2012, Eisenstein en Guanajuato, un biopic sobre el cineasta ruso cuando vivía en México para rodar el film ¡Qué viva México! Y su último film fue el año pasado titulado Walking to Paris, sobre el escultor rumano Constantin Brâncusi.


FICHA TÉCNICA

Título original: The Cook, the Thief, His Wife and Her Lover

Año: 1989

Duración: 123 min.

País: Reino Unido

Dirección: Peter Greenaway

Guion: Peter Greenaway

Música: Michael Nyman

Fotografía: Sacha Vierny

Reparto: Richard Bohringer, Michael Gambon, Helen Mirren, Alan Howard, Tim Roth, Ciarán Hinds, Gary Olsen, Ron Cook, Ian Dury, Ewan Stewart, Diane Langton, Liz Smith

 

PELÍCULA COMPLETA