lunes, 18 de marzo de 2019

EL DULCE PORVENIR - THE SWEET HEREAFTER



SINOPSIS

Un autobús escolar se despeña montaña abajo y se hunde en un lago helado. En el accidente mueren todos los niños del pueblo. El abogado Mitchell Stevens se entrevista con los padres, reabre sus heridas del pasado y les propone llevar el caso a los tribunales.

EDITORIAL

“Todo era extraño y nuevo.
Donde las aguas corrían, 
 y los frutales florecían.
El temor pasa de hombre a hombre sin saberlo”.

Una hoja pasa su temblor a otra
encierra en ella redes pájaros desmayados.
Un terror continuo, un negro terror
va contra la frágil tierra humana.

El aire quedó ligeramente envenenado
(esparcido murmullo).
Se prolongó la aurora quieta,
Hasta que el sol se partió.



Los gritos rebotan lentos,
los árboles sangran,
(reflejo miedoso del rostro)
extendiendo sobre la fuente gris un sollozo.

Las llamas de las velas se cuajan
es falso todo diálogo que no sea.
Los días tienen la confusión
de la desolada imagen.

La lejanía de una montaña
La imperfección de su cima
hace que la luz huya de sí misma
hasta que la montaña quede atrás.

Las aguas en el sueño tienen otro ámbito, más pleno.
Y que las mariposas y los pájaros
vivan con nosotros
en el dulce porvenir.

Marina Rossetto.-

IMPRESIONES SOBRE EL DULCE PORVENIR

La moral es el maldito bozal de la existencia, es por esto que siempre resguarde a la ética en un lugar de mayor dignidad. Tal como decía Freud, la moral es un intervencionismo sexual que no se va a satisfacer nunca, la ética, en cambio, es solidaria y hasta en muchos casos desinteresada. En aquel catálogo de buenas costumbres que es la moral, se naturalizarán verdades, se jerarquizaran los cuerpos, se nombrara lo bueno y en su contraposición se dirá aun sin decirlo también lo malo. Quien tenga el valor de quebrar aquel código quedará naturalmente excluido, apartado, no contenido y en ese mismo sentido convertido en amenaza. Cualquiera fuera de la mismidad, de la masividad instalada por el código es siempre hostil al sistema. Borges decía que el cobarde muere muchas veces pero el valiente solo una. Uno puede optar quizás, si es que alguien opta realmente por algo alguna vez, por una vida larga y serena, es decir una vida burguesa, o por una vida quizás breve pero gloriosa, prefiriendo en tal caso la moral heroica, aquella moral que nos invita a vivir intensamente, sin esconder ninguna carta del mazo. Apostándolo todo lejos de la frialdad del cálculo, con la inocencia a flor de vida. Ortega y Gasset en su libro “La rebelión de las masas” decía que la criatura noble por oposición al hombre masa, hablamos de la criatura de selección, no encuentra la vida digna de ser vivida si no se impone unas conductas, unas tareas, unas misiones que le resulten antes que nada difíciles, que le obstaculicen aquel camino de la existencia. 


Allí estaremos entonces ante la criatura de selección. Por el contrario, el hombre masa es más exigente con la vida, no consigo mismo sino con la vida. Jamás se remite a instancias superiores asegurándose de esta manera una vida confortable y sin obstáculos. Optar por una moral heroica es también optar por una moral artística. Tal como señaló Alejandro Dolina alguna vez, la moral heroica gesta grandes obras, intensos libros épicos, historias dignas de ser contadas, mientras que la moral burguesa el noticiero de las 6 de la tarde. Si de una obra artística hablamos, uno debe decidir para su producción sin dudas el camino del héroe, aquel que tan bien describió nuestro amigo Campbell, pero a la hora de vivir, mis queridos compañeros, uno debe transigir y admitir que el héroe es un tipo peligroso. Aquellas personas que deciden por cuenta propia salvar al mundo son tipos temerarios que para lograr su objetivo llevaran a cabo también conductas temerarias, y allí el apostarlo todo se resignifica perdiendo todo su romanticismo si es que alguna vez lo tuvo. Muchas veces al apostarlo todo no solo estamos apostando lo nuestro sino también lo de los demás. De todas maneras siempre quedará la recompensa, que se instalará en el futuro cualquiera sea la elección que hagamos. 


Apostemos mucho o poco depositaremos el milagro allá lejos, en el dulce por venir. Y será este mismo el nombre del film de nuestro amigo Atom Egoyan, o en su traducción más fiel pero menos sonora El dulce de aquí en más. En su libro La dramaturgia Audiovisual, nuestro querido Santiago Carlos Oves escribió aquello de que la historia es el hallazgo, el problema es el relato. En el caso del film de Egoyan, la historia hallada es una oscura y doliente, estremecedora y angustiante. Tras un accidente, un pueblo ha quedado casi sin niños y por sus calles caminan silenciosos de pena, casi sin rostro, sus padres. El problema del relato por su parte fue resuelto de manera artística e inteligente, logrando una dosificación del conflicto capaz de generar la tensión necesaria para que la narración fluya y crezca sin sobresaltos ni mesetas. Estará trabajado durante todo el film aquel concepto Hitchcockiano del suspense el cual se genera a través del manejo de la información dada al espectador. Aquí, en contraposición de lo que se trabaja para generar sorpresa, el espectador es poseedor de ante mano de la información clave del conflicto: el accidente. El guionista, que es el propio director del film, optará por una estructura narrativa no lineal para presentar a sus personajes, la locación y el conflicto. Instalará de esta manera el verosímil de la obra, construirá una moral en sus personajes, una dolencia. 


Apostará inteligentemente a narrar muchas veces desde el silencio, logrando hacer avanzar el relato no por lo que dicen sus personajes sino por lo que callan. Lo hablado se convertirá en susurro para luego ser silencio y sellarse así en un secreto. Todos ocultaran algo. Todos tendrán intereses. Todos serán egoístas y todo esto los hará humanos. Egoyan hará un paralelo entre su historia con la del flautista de Hamelin comparando así sus personajes y motivaciones. Habrá entonces músicas que endulcen mágicamente los oídos de otras personas, habrá mentiras pero también habrá castigos. Uno es lo que es aunque los demás digan otra cosa y con esto podríamos definir tal vez la sustancia del manojo de personajes obsesionados por contar esta historia. Podemos pensar en Nicole, aquella niña rubia de cara angelical, aquella que tenía un futuro próspero esperándola al final del camino, aquella que aun ardiendo en su propio infierno sonreía y continuaba con optimismo cumpliendo con todo aquello que los demás esperaban de ella. Pero el optimismo no es más que un disfraz del miedo y del fracaso. Quien puede ser optimista sino un mentiroso. Desde el momento en que descubrimos la existencia de la muerte no queda otro camino más que el pesimismo.  Allí el castigo querida Nicole, allí el castigo.-       

Lucas Itze.-

UNIVERSO EGOYAN


Atom Egoyan es un hombre de múltiples nacionalidades. Nació el 19 de julio de 1960 en El Cairo, cuando pertenecía a la República Árabe Unida (duró tres años y unía a los actuales estados de Egipto y Siria). Sus padres eran armenios y dos años después de su nacimiento se mudaron a Canadá, ciudadanía que terminó adoptando. Sus primeras influencias fueron los escritores Samuel Beckett y Harold Pinter. Pero fue a los 14 años gracias al film Persona de Ingmar Bergman que se decidió por el cine. Empezó escribiendo en semanarios de la Universidad de Toronto y a finales de los ´70 y principios de los ´80 dirigió sus primeros cortos. En 1984 dirige su ópera prima Next of Kin, donde trata la vida de un joven de 23 que vive discutiendo con sus padres. En terapia se entera que una familia armenia dio a su hijo en adopción cuando llegaron a Canadá, el joven decide ir a visitarlos y hacerse pasar por el hijo. Su segundo film llegó en 1987 y se llamó Family Viewing, la historia de un joven que quiere sacar a su abuela de una residencia para jubilados. Allí se enamora de una enfermera, quien hará todo lo posible para ayudarlo. Elegida la mejor película canadiense en el Festival de Toronto. Dos años después llegó Guiones cambiados (Speaking Parks) sobre un actor secundario que trabaja como gigoló y empieza un romance con una guionista. Nominada a mejor película en su país. La nueva década arrancó con todo ya que gracias al film El liquidador empezó a ser más reconocido fuera de su país. 


Cuenta la historia de un ajustador de cuentas que se ve envuelto en una relación con uno de sus clientes. Aunque al principio parece querer ayudarle, luego empieza a ser víctima de su propia situación. Ganadora del premio a mejor película en los festivales de Valladolid y TorontoEn 1993 dirige Calendar, sobre una pareja de fotógrafos de origen armenios, que vuelven allí para fotografiar iglesias y hacer un calendario. Allá sufrirán una gran crisis matrimonial. Un año después llega una de sus películas más valoradas: Exótica. La historia gira alrededor de una bailarina de striptease y otros cuatro personajes que se van entremezclando en un logrado rompecabezas. Premio de la crítica en Cannes y mejor película canadiense, entre otros premios. 


En 1997 adapta por primera vez un guion para filmar El dulce porvenir. La película obtuvo 2 nominaciones a los Oscar (mejor guion y mejor dirección), logró el Gran Premio del Jurado en Cannes y además recibió premios y nominaciones tanto en su país como en América y Europa. En 1999 dirige El viaje de Felicia, quien es una adolescente irlandesa embarazada que sigue a su novio quien se va a trabajar a Birmingham. Allí acepta la ayuda de un hombre mayor que parece servicial, pero que oculta grandes secretos. Llega en 2002 su film más político y más polémico: Ararat. Fue el segundo film que habló abiertamente sobre el genocidio armenio y particularmente de la Defensa de Van en 1915. La película se centra en un cineasta de origen armenio que en la frontera canadiense es sometido a un interrogatorio por un funcionario local que se convertirá en un examen psicológico que revela sus conflictos del pasado.  Protagonizada por Charles Aznavour y Christopher Plummer logró el premio a mejor película en su país. 


Tres años más tarde llega Where the Truth Lies, un drama de cine negro ambientado en los ´60 sobre una joven periodista que quiere averiguar el porqué de la ruptura de dos amigos, ambos estrellas de Hollywood de mediados de los ´50. En 2008 llega Adoration, que narra la historia de un adolescente huérfano que intenta reconstruir la verdad sobre su padre fallecido. Un año después llega Chloe, sobre una ginecóloga que sospecha que su marido la engaña y decide contratarla para que la provoque. Los profundos relatos de la joven despiertan en la mujer su redescubrimiento sexual. Con Julianne Moore, Amanda Seyfried y Liam Neeson. Después de años de descanso volvió con un film estadounidense y basado en una historia real, hablamos de Condenados. Habla sobre la muerte de tres niños de 8 años en 1993 en la ciudad de Memphis y la presión popular para encontrar a los culpables. Tres jóvenes interesados en el satanismo eran los sospechosos perfectos para la opinión pública pero ni la madre de una de las víctimas, ni uno de los investigadores estaban tan convencidos. Un año después lanza  Captives sobre Cassandra, una mujer que desapareció misteriosamente y ocho años después aparecen indicios de que está con vida. Su último film data de 2015, hablamos de Recuerdos secretos que cuenta la historia de un judío superviviente del Holocausto ya de 90 años y con alzheimer que busca a Rudy, un criminal de guerra nazi que fue responsable de la muerte de su familia, con el objetivo de asesinarlo.

FICHA TÉCNICA

Título original: The Sweet Hereafter
Año: 1997
Duración: 110 min.
País: Canadá
Dirección: Atom Egoyan
Guion: Atom Egoyan (Novela: Russell Banks)
Música: Mychael Danna
Fotografía: Paul Sarossy
Reparto: Ian Holm, Sarah Polley, Bruce Greenwood, Arsinée Khanjian,  Earl Pastko, Tom McCamus, Caerthan Banks, Gabrielle Rose, Alberta Watson, Maury Chaykin, Stephanie Morgenstern.

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