EDITORIAL
Las voces ni se escuchan.
A veces se aprende a hablar en silencio. El motor de las máquinas penetra
fuertemente en los oídos, mucho antes que cualquier palabra. Las paredes son
testigos de todo lo que pasa. Los pasos de los jerarcas retumban por los pasillos.
Están ahí, aunque no los veamos. Cada gota de transpiración es un segundo de
vida que se pierde. Cada minuto que pasa es una nueva oportunidad que
desaparece. El tiempo no será de ellos, sino de sus dueños. Para ellos no habrá
hijos, padres, maridos ni esposas. No habrá lunes o domingo. Habrá sueños
enjaulados esperando huir despavoridos. Habrá llantos o gritos de dolor ante
cada accidente inevitable.
Las manos más importantes dejarán una palmada en la
espalda para luego lavárselas en sus lujosas casas. Serán solo datos, frío
números estadísticos que solo sirven para llenar sus bolsillos. Así será hasta
que alguien grite más fuerte que las máquinas. Hasta que la dignidad venza al
poder. Hasta que los que sufran al ver sus manos ensangrentadas, sean los que
antes se reían de los derechos. Y cuando las voces de los olvidados gritan, no
hay silencio que pueda callarlos. Porque fueron ellos quienes cambiaron la
historia. Ellos, que se animaron a enfrentar a los poderosos, más allá de las
consecuencias. Serán tiempos de lucha, para no perder lo que tenemos. Para
dejar en claro que la esclavitud, fue abolida por siempre. Que lucharemos por
una causa justa, como nos enseñaron hace más de un siglo atrás. Para no volver
al pasado, y afianzar el futuro, y mientras siguen resonando los ecos de la
revolución.
Marcelo De Nicola.-
Canción post editorial
Seguimos con algo de
Charly y Nito
IMPRESIONES
SOBRE EL ACORAZADO POTEMKIN
La noche se llena de
sinsabores y ya no hay un sol que calme ninguna pena. El cielo es furia que
avanza sin detenerse. El hedor enferma la tierra que se ahoga en un solo
quejido. La tempestad ha llegado, los arboles lo susurran en la conversación de
sus hojas con el viento, los animales salvajes lo advierten en la oscura espuma
que inunda sus hocicos desesperados. Se aproximan los pasos de aquel malón
embravecido, sus muecas escupen un único sonido, aquel aullido estremecedor
húmedo de silencio. Van todos juntos con la certeza de saber que son uno solo.
Van avanzando hacia la muerte, porque saben que allí también hay una victoria.
La revolución es guerra, es la única guerra legítima, justa y grande de todas
las guerras conocidas. Sera así, con aquella frase contundente de Lenin, que
abrirá esa joya invaluable que es el film de nuestro gran amigo Sergei Eisenstein “El acorazado Potemkin”. Cada uno de sus fotogramas poseerá la
complejidad necesaria para poder ser analizados exhaustivamente. Se recaudará
allí información indispensable para el desarrollo de lo que hoy conocemos como
lenguaje cinematográfico. Habrá algo en la construcción del relato que excederá
a la simple narración que busca reivindicar la Revolución de 1905.
El film hablará desde su puesta en escena,
desde su fotografía, desde la caligráfica precisión de sus encuadres. Tomaremos
atentos apuntes del complejo método de montaje con que cada fragmento será
organizado dentro del relato fílmico logrando una organicidad similar a la
construcción por fonema de una oración, a la utilización del signo para la
lingüística. Explotará Eisenstein aquel concepto trabajado por el “Laboratorio de Cine Experimental” o
también conocido como “El grupo Kuleshov”
mediante el cual se explica que no importa tanto el contenido de los fragmentos
sino como es que están unidos entre sí, entendiendo así al plano como una letra
del alfabeto. Sera su colega Pudovkin
unos de los integrantes de aquel ingenioso grupo que comenzó en la década del
20 del siglo pasado con los primeros estudios sobre el montaje cinematográfico.
Dirá un crítico de la época que el cine de Pudovkin equivale a un canto
mientras que el de Eisenstein a un grito. Será aquel grito, áspero, tajante y
revolucionario el que guie el desarrollo de la cinta destinada a homenajear no
solo el levantamiento del Potemkin sino también el asesinato descarnado a causa
de la salvaje represión en manos de las fuerzas del zar a los huelguista de Odessa.
Se creará sentido mediante la
yuxtaposición de los distintos planos, generando de esta manera, a través del
discurso fílmico, otro discurso, el intelectual, similar al monólogo interno de
la literatura, concepto que el director tomará de Dujardin primero y luego de Joyce.
La imagen es presentada como la manifestación sensorial de la abstracción del
lenguaje. En esta misma línea se basa el concepto sobre la relación del cine
con la realidad de otro maestro del medio como Pier Paolo Pasolini, quien toma a la realidad como lenguaje y
reflexiona sobre la idea del cine como una escritura de esa realidad a la cual
carga de sentido. Sobre esta lógica se construirá gran parte del cine de Eisenstein,
logrando piezas que aun hoy son novedosas. De la imagen al sentimiento y del
sentimiento a la tesis, ese será su legado, sobre esa idea se volcará su pasión
por la construcción de la imagen y su capacidad comunicativa dentro del
lenguaje cinematográfico. William Blake
escribió alguna vez: Si no creo un
sistema, seré esclavo del de otro hombre. Aquel será el grito que sonará en
nuestras gargantas siempre que digamos basta. Cuando la tempestad llegue nos
encontrará organizados y hermanados, solo así seremos infalibles ante la
opresión burguesa que inevitablemente nos empuje al naufragio. Allí, se oirá
entonces la voz de cualquiera de nosotros gritando con una furia incontenible: Todos
a los botes.-
Lucas Itze.-
Canción post impresiones
Bombas de aquí para allá
Puede ser, es irreal
UNIVERSO
EISENSTEIN
Nacido en Riga, lo que hoy es Letonia, pero en ese momento era el Imperio Ruso, hijo de padre judío y
madre eslava, era parte de una familia de clase media y vivió varias mudanzas
en su juventud. Luego estudió arquitectura y bellas artes antes de enrolarse en
las milicias populares que participaron en la Revolución de Octubre.
En el Ejército Rojo entró en contacto con el teatro donde trabajó como
responsable de decorados y también director e intérprete de pequeños
espectáculos para la tropa. Su experiencia como director de escena del Teatro Obrero (1920) lo impulsó a
estudiar dirección teatral en la escuela estatal, donde desarrolló una personal
concepción del arte dramático basada en la yuxtaposición de imágenes de fuerte
contenido emocional.
Su primer contacto con el
cine fue el rodaje de un pequeño cortometraje incluido en el montaje de la obra
teatral El sabio que llevaba por
título El diario de Glomov. Empezó a
interesarse activamente por el nuevo medio artístico y rodó el largometraje La huelga (1924), con una famosa
secuencia en que utilizó la imagen de ganado sacrificado en el matadero
intercalada con otra de trabajadores fusilados por soldados zaristas.
En 1925, como homenaje a
los 20 años de la Revolución, dirige El
Acorazado Potemkin, donde crea imágenes que se utilizan para entender el
cine hasta el día de hoy. Luego realizó la genial Octubre (1927), reconstrucción de los decisivos acontecimientos de
1917, basada en la obra del periodista estadounidense John Reed “Los diez días que
conmovieron al mundo”. En 1929 llega Lo
viejo y lo nuevo, donde se mete en la vida de los campesinos y su relación
con las nuevas técnicas de trabajo en la granja. Se va a occidente, donde en
Suiza y Francia dirige dos cortometrajes: Miseria
y fortunas de las mujeres y Romance
Sentimental, respectivamente.
Comenzó entonces a tener
serios problemas con la censura soviética, que le llevaron a firmar un contrato
con la Paramount y trasladarse a
Estados Unidos. Sin embargo, no consiguió el permiso de residencia ni poner en
marcha ningún proyecto. Marchó entonces a México, donde rodó el incompleto ¡Que viva México!, filme en el que
ensayó diferentes montajes aproximativos. La Metro adquirió en una subasta
parte de los negativos, que luego utilizó en ¡Viva Villa!, mientras otra parte pasó al productor Sol Lesser, quien con ellos realizó Tormenta sobre México. Una amiga del
propio Eisenstein, Mary Seaton,
utilizó otra parte en la película Tiempo
al sol, de influencia decisiva en el posterior desarrollo del cine
mexicano.
Tras su poca exitosa
experiencia como cineasta en el exilio, decidió regresar a la Unión Soviética.
De nuevo tropezó con grandes dificultades para desarrollar su trabajo; el
rodaje de El prado de Bezhin, basada
en un cuento de Iván Turguénev, fue
interrumpido por la censura y quedaron algunos restos pero no el film completo.
Se dedicó entonces a la redacción de brillantes textos teóricos, mientras
arreciaban los ataques políticos contra su obra y su persona; ataques que no
impidieron que rodase Alexander Nevski
(1938), su primera película sonora (con música de Serguéi Prokófiev), con la
que ganó el Premio Stalin. El film
relata los días del príncipe que defendió victoriosamente el norte de Rusia del
ataque teutón.
Con Iván el Terrible (1943) inició un ambicioso proyecto biográfico en
torno a la figura del zar Iván IV de
Rusia, cuya estructura original se componía de tres partes; la obra fue
interpretada por la burocracia soviética como una denuncia al culto a la
personalidad de Stalin.
La segunda parte del proyecto, La conjura de los boyardos, estuvo prohibida hasta la muerte del
dictador en 1953, cinco años después del fallecimiento del propio director
cinematográfico. En 1948, Eisenstein sufrió una terrible hemorragia a causa de
un infarto, y murió a los 50 años de edad.
Algunas de sus
características en su obra fueron:
Es fundamental su
aportación teórica, como su hipótesis sobre el «montaje de atracciones», donde
postula el empleo en el cine de técnicas provenientes del circo y del
music-hall.
Eisenstein repudiará el
montaje clásico, tal como lo concibe D.
W. Griffith, a pesar de haberse inspirado para sus teorías en la película
Intolerancia de este director, y derivará sus teorías sobre el montaje del
estudio de los ideogramas japoneses, en los que dos nociones yuxtapuestas
conforman una tercera, como por ejemplo: ojo + agua = llanto; puerta + oreja =
escuchar; boca + perro = ladrar.
Concepto de la tercera
idea. El montaje es para él: «Una idea que surge de la colisión dialéctica
entre otras dos, independientes la una de la otra». Este método le permitirá
partir de elementos físicos representables para visualizar conceptos e ideas de
complicada representación.
El movimiento está
determinado por la acción y por el montaje.
El protagonista en sus
obras es la masa, el pueblo.
Además nos dejó legados
como sus obras Teoría y técnica cinematográfica, La forma en el cine,
Reflexiones de un cineasta y La realización cinematográfica, amén de muchos
artículos y ensayos.
Nos fuimos con un clásico...
FICHA
TÉCNICA
Título original: Bronenosets
Potyomkin
Año: 1925
Duración: 77 min.
País: Unión Soviética
(URSS)
Dirección: Sergei M.
Eisenstein
Guion: Sergei M.
Eisenstein, Nina Agadzhanova
Música: Edmund Meisel, Nikolai Kryukov, Neil Tennant, Chris Lowe
Fotografía: Eduard Tissé,
Vladimir Popov (B&W)
Reparto: Aleksandr
Antonov, Vladimir Barsky, Grigori Aleksandrov, Mikhail Gomorov, Ivan Bobrov, Aleksandr
Levshin, Konstantin Feldman
SINOPSIS
Basada en hechos reales
ocurridos en 1905, narra como la tripulación del acorazado Príncipe Potemkin de
Táurida se cansan del tratamiento vejatorio e injusto de los oficiales. El
detonante de la situación es la carne podrida que éstos quieren que los
marineros se coman. Con este motín comienza el reguero revolucionario por Odesa
y toda Rusia.
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