EDITORIAL
Nos
han expulsados del barrio por mirar distinto. Nos han acusado muchas veces de
frívolos o hasta de traidores por no gritar lo mismo que el resto. Han
inventado un dios y un diablo para muchas veces demonizarnos y hasta hemos sido
el alimento de sus hogueras, carbonizando así nuestro último poema. Desde allí
hemos decidido ver al mundo. Esas son nuestras trincheras. Nuestro mensaje está
ahí, delante de tus ojos, navegando en la insolencia de nuestros acordes,
respirando en el simbolismo de nuestros versos, denunciando toda sangre
derramada desde los colores de mi lienzo.
Desde allí arderá nuestra lucha y
moriremos en ella con la convicción del kamikaze. Nuestros ojos serán honestos
aunque el hambre y el frío insistan en querer vencernos. Nos veras comulgando
en las esquinas de cualquier barrio, sucios del mundo, lejos de la frialdad de
las estúpidas élites. Devolveremos nuestra cordura intacta al extasiarnos con
la naturaleza, con los enigmas ancestrales de la vida, con las oscuridades
laberínticas del pensamiento. Desataremos desde allí nuestra batalla y aunque
quizás no estemos espalda con espalda, es muy probable que nuestro objetivo
muchas veces sea el mismo. Ese es nuestro lugar en la tribu. De eso no cabe
duda.
Lucas
Itze.-
Canción
elegida para la editorial
IMPRESIONES SOBRE EL SOL
DEL MEMBRILLO
La
idea del tiempo ha sido desde el comienzo de la humanidad, una de sus mayores
perturbaciones. Aquel concepto dividiría la luz de la sombra, la vida de la
muerte y se convertiría en una espiral inabarcable e infinita, quizás el más
valioso de los oros. Quien posee el control del tiempo, lo posee todo.
Naturalmente, aquella batalla, no es otra que contra la misma eternidad. Los
primeros vestigios de aquella desesperanzadora lucha quedaron grabados en las
rugosas oscuridades de las antiguas cuevas, donde el hombre, guiado tal vez por
la angustiante soledad de saberse abandonado sobre la fría superficie hostil de
un ladrillo arrojado hacia la nada, intentó esclavizar al tiempo, en la captura
del movimiento de los majestuosos bisontes. Desde entonces, aquella batalla no
hace más que susurrarnos al oído la más cruda de las verdades… nos vamos a
morir y lo que tal vez aun sea más triste: las personas que amamos, se morirán
también.
Será en esta idea de capturar al tiempo, de inmortalizar el instante,
sobre la que se base el film “El Sol del Membrillo” del director
español Víctor Erice. La película dejara en claro la apasionada
búsqueda del autor por su obra, aquel viaje hacia los propios infiernos en donde
se mata o se muere. Trabajará también sobre el compromiso y la posición que
adopta el artista frente a la realidad hostil que lo contiene. Curiosamente, la
estructura narrativa utilizada por Erice para representar este relato, lejos de
hacer provecho grosero de la manipulación del devenir narrativo, será bastante
clásica en su linealidad, manteniendo una cronología frívola de almanaque.
Vendrán al apoyo del dinamismo del film cierto grupo de elipsis que se llevaran
consigo aquellos fragmentos donde el relato se estancaría o disgregaría. El
conflicto será externo y se desarrollará de manera lenta, sin afectar esto en
la tensión dramática generada sobre el espectador de la obra. La película, a
pesar de ser una ficción, estará realizada en clave de documental. Esta dualidad, generará en ciertos pasajes algún aroma
a Dogma 95, generando pequeñas
desprolijidades en el desarrollo de sus escenas, como por ejemplo, la aparición
de algún micrófono o la dureza de algunos diálogos.
Antonio entra en conflicto con su obra, que no es otra cosa más que
entrar en conflicto consigo mismo. Vendrá a su ayuda su amigo Enrique, repleto de melancolía,
obsesionado en la búsqueda de cierta foto que los había detenido en el tiempo
hace ya tantos años. Rescatará en su dialogo solo medallas ya ganadas, lentas
anécdotas sepias, maquilladas de olvido. Enrique funcionará, entonces, como
metáfora del conflicto del protagonista, ya que será un ancla arrojada en el
tempestuoso océano de los años, y desde allí nos hablara con su cuerpo cansado,
con la sombra del olvido aletargando cada palabra. Finalmente Antonio se
convertirá en su propia obra y caerá en su madurez volviendo a la tierra, como
las hojas de su árbol, como el fruto de su obsesión. Vencido ya de tiempo. El
mundo continuará su desarrollo, ignorante de aquella batalla. La radio nos
contará sus verdaderas heridas, narrará las batallas que a todos realmente
importan, referente a épicos combates financieros o heroicas subas del
petróleo. Caerá el mundo así entonces, olvidándose de nosotros, menospreciando
nuestras penas. Pero nos iremos con cierta esperanza al ver que entre tanta
muerte y tanto olvido, un niño nace.-
Lucas
Itze.-
Canción
post análisis
Les dejamos esta hermosa versión de El tiempo es veloz
Nos vamos recordando que el tiempo... el tiempo no para
UNIVERSO ERICE
Nacido
en Vizcaya en 1940, empezó estudiando Ciencias Políticas para luego ir
dedicándose poco a poco al cine, cuando ingresó en la Universidad del Cine. Empezó
a participar como crítico de cine en algunas revistas y luego empezó a escribir
sus propios guiones, como Oscuros sueños
de agosto, dirigida por Miguel Picazo y Antoñito
vuelve a casa, de Manuel Revuelta.
Su
primera vez detrás de las cámaras para un largometraje fue con el film Los desafíos del año 1969, junto a los
directores Claudio Guerín y José Luis Egea, donde cada uno cuenta una historia
y todas terminan con un tema en común: la violencia.
En
1973 filma El espíritu de la colmena,
ambientada en la Segunda Guerra Mundial, con el debut de Ana Torrent (Tesis),
una niña que después de ver el Doctor Frankestein, empieza a preguntarle a su
hermana mayor sobre el monstruo, debido a la impresión que le ha dado. Obtuvo el máximo galardón en el festival de
San Sebastián.
Después
de dedicarse a filmar publicidades y programas para la tv española, llega en
1983 El Sur, sobre una familia donde
la hija, desde su infancia, sospecha que su padre tiene un pasado oculto.
Nominada a la Palma de Oro en Cannes,
y con gran éxito de crítica, para Erice la película debe considerarse
incompleta, porque según él, el productor terminó antes el rodaje por una
cuestión de dinero.
Luego
intentó adaptar dos relatos de Borges, entre ellos, La muerte y la brújula, que
finalmente adaptó Carlos Saura. Vuelve a dirigir publicidades y especiales para
televisión, e inclusive dirige el doblaje del film El último emperador.
Luego
de filmar El sol del membrillo,
filma un par de cortos y films con distintos directores.
Su
primer corto fue Alumbramiento en
2002, fue incluido en el film Ten Minutes Older: The Trumpet, junto a
directores de la talla de Wim Wender, Werner Herzog, Aki Kaurismaki, Spike Lee
y Jim Jarmusch. Los films hablan del tiempo como entidad metafísica.
En
2005 filma Arroyo de la luz, un
corto estilo documental, donde el director les proyecta a un grupo de alumnos
el film ¿Dónde está la casa de mi amigo? De Abbas Kiarostami y les hace
plantear el dilema moral que trabaja la película.
Un
año después sale Sea Mail, que
muestra al director leyendo un fragmento de Robayyat y en ese momento se le
ocurre escribir una carta.
En
2006 dirige La Morte Rouge, un
documental sobre las experiencias de un niño sobre el primer film que ve en su
vida, y se trata de La garra escarlata de 1944.
En
2012 participa en el homenaje a las víctimas del terremoto de Japón titulado 3.11 A Sense of Home, en el que cada
corto dura ese tiempo, tiempo que tardó el terremoto en destruir miles de
vidas.
También
en ese año se une a los directores Pedro Costa, Manoel de Oliveira y Aki
Kaurismaki para el film Centro Histórico,
donde cada uno ofrece una mirada a la ciudad de Guimaraes, con cuatro historias
que pasan en esa ciudad portuguesa.
Pocos
films, pero a pesar de eso, uno de los directores más importantes del cine
español.
FICHA TÉCNICA
Título
original: El sol del membrillo
Año:
1992
Duración:
139 min.
País:
España
Director:
Víctor Erice
Guión:
Víctor Erice
Música:
Pascal Gaigne
Fotografía:
Javier Aguirresarobe & Ángel Luis Fernández
Reparto:
Antonio López, Enrique Gran
SINOPSIS
Madrid,
otoño de 1990. El pintor Antonio López hace años plantó en el jardín de su
estudio un membrillero. Ahora se decide a pintarlo, justo cuando sus frutos
empiezan a madurar. La película nos muestra el proceso creativo del cuadro,
desde ciertos aspectos técnicos hasta las conversaciones que el pintor mantiene
con las personas que visitan su estudio, fijándose en las sensaciones y
expresiones que el pintor tiene en todo ese proceso. Al final de la película,
Antonio López nos cuenta un sueño.
PELICULA COMPLETA
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