Programa 53 (25-04-2014)
EDITORIAL
Figúrese
un campo inmenso, más inmenso de lo que su imaginación puede lograr, trate de
imaginar ahora a un tumulto de humanos corriendo en bloque, millones de
humanos, todos. Toda la humanidad con idéntica cara de vértigo, ansias de
libertad, amor y bronca acumulada corriendo hacia la misma dirección. Esas
millones de almas, en la inmensidad de ese campo corriendo con la convicción de
saberse muertos porque del otro lado los espera un bloque que se destruye
solamente de una manera. Aquel bloque es todo lo creado por la humanidad a lo
largo de la historia. Todas las armas, toda la corrupción, todas las
religiones, los espíritus de los que se fueron antes, los miedos, las
injusticias, las leyes, los mitos y leyendas, las enfermedades mentales,
aquellos espejismos malditos que rebotan y se introducen tan profundas en el
cuerpo que solo se liberan saliendo por debajo de la tierra en forma de flor.
Todo ese bloque cargado de cosas físicas y mentales esperando aquella gran masa
humana que viene de frente a buscar la vida a cambio de su desaparición física.
Y entonces comienza el espectáculo. Las armas comienzan a dispararse y a
cargarse con la primera fila de gente. Ellos caen, pero no sienten miedo los
que siguen detrás. Al contrario, solo se toman una milésima de segundo para
agradecerles poder correr un metro más al haber parado con sus vidas las
primeras descargas de plomo y gases mortíferos. En seguida, esta segunda e
interminable fila se topa con las minas explosivas para permitir que los que
siguen atrás logren otro metro. Las personas que se encuentran al fondo de esa
marea humana todavía no saben que está pasando adelante. Solo avanzan y quieren
pasar adelante y derribar aquella barrera que de a poco va cediendo ante la
multitud. Las horas pasan, el humo y polvo de tierra, piel y sangre ya no deja
ver que es lo que pasa debajo.
Solamente se escuchan los gritos de lucha y explosiones cada vez menos eficaces y en
menor cantidad. Todo aquel caos y masacre, de repente, brinda un pequeño
destello de luz abriéndose una pequeña fisura en aquel bloque y los humanos de
esta manera logran pasar poco a poco del otro lado. Desde allí pueden hacer más
daño porque las armas apuntan a una sola dirección. Nunca estuvieron de aquel
lado, por lo tanto, pelean pero estremecidos por la confusión de lo nunca antes
visto. Allí están por primera vez pateándole el culo al diablo y este no puede
resistirse. Cae todo aquel bloque y ahora se respira libertad.
La batalla se ha llevado a casi toda la
humanidad. Quedando solo un total de mil habitantes en el planeta tierra. Es el
año 3895 y ya no hay teoría que diga que es lo que pasará.
La sociedad había cambiado y atravesado toda
la sucesión de transformaciones tal como lo había previsto Carl Marx. Del
capitalismo al socialismo y de este al comunismo. Durante estos procesos no
había cambiado casi nada esencial. Solo cosas externas, el lobo seguía
comiéndose a la liebre, la maldita cucaracha seguía con vida y el hombre
continuaba matándose entre sí y a todo lo que se cruzaba. Todos seguían
comprobando estúpidamente que eran comportamientos naturales los que los había
llevado hacia esa instancia mental estática durante casi cuatro mil años.
Quedaron mil habitantes de aquel
acontecimiento y decidieron entre todos que el día siguiente sería el primero
de la nueva era. Comenzarían a vivir bajo una estructura social diferente a la
que estaban acostumbrados, porque eran libres y sentían cosas nuevas, como el
peso de la vida misma. Llegaron al acuerdo de no utilizar nunca más el habla y
buscar otro método de comunicación. Demasiado mal había terminado todo con
aquel viejo sistema. Decidieron irse cada uno por su lado buscando subsistencia
y dándose ventaja los unos a los otros porque también sabían que cada uno de
ellos cargaba la cruz de ser asesinos por naturaleza…
Alan
Beneitez-.
Canción elegida para la editorial
IMPRESIONES SOBRE ASESINOS
POR NATURALEZA
Es
miércoles y es 26 de junio. Es el año 2002, y también es la Argentina. El
diario Clarín nos desayuna con el siguiente titular en letra catástrofe: “La
crisis causo dos nuevas muertes”. Entre ese humo, y los plomos de la propia
federal, son acribillados Kosteky y Santillán. Ahora es 23 y es abril. El año,
2014. El medio es el mismo. Desde sus entrañas nos relata, justo antes de que
el sol aparezca, lo siguiente: “Los Chicos del ferry hundido hicieron intentos
desesperados por salir” y agrega a modo de copete: Muchos cadáveres tienen los
dedos rotos. Esto indica que habrían tratado de trepar por todos los medios de
la embarcación durante el hundimiento. La elección de la prensa corre por la
arbitrariedad de quien les habla. El morbo, la tergiversación, el
encubrimiento, es todo mérito de ellos. Recuerdo aquel dicho con el que alguna
vez despertara mi adolescencia un amigo: Cuando Juan me habla de Pedro, me
habla más de Juan que de Pedro. El medio, es el mensaje apuntaría lucidamente Marshal McLuhan. Los medios armaran el
guiso a su medida y te sentaran a su mesa para ingerirlo.
No habrá preguntas,
porque no quedará tiempo para eso. Los platos caerán con la velocidad de una
cascada imposible sin importar tu hambre o tus gustos. El cocinero será tu
hambre. El cocinero, será tus gustos. “Al
nacer, caí en un pozo de mierda olvidado por dios” nos dirá Mickey Knox,
interesantísimo protagonista del film “Asesinos por naturaleza” del amigo Oliver Stone. Con esa frase Bukowskiana
quedará definido el personaje y su conflicto. El film será una crítica ácida y
contundente a los medios de comunicación y a su inferencia en las sociedades. Trabajará
una estructura tan llamativa como efectiva que se desarrollará en base a la
simulación de un zapping continuo. Esto creara el efecto de presentar toda la
información en un mismo plano de importancia. Será también un claro espejo
donde veremos reflejado nuestro accionar como televidente inconstante,
espectador efímero, nadando entre la basura de un millar de canales que no
dicen nada. También protagonizara el relato Mallory, interpretada por la bella Juliette Lewis.
La película también nos
narrará su terrible historia y lo hará utilizando el formato de sitcom. Veremos
situaciones terribles y angustiosas rematadas con el sonido típico de las risas
enlatadas lo cual generara una atmósfera tan siniestra como cierta. No
tardaremos en recordar aquel maravilloso film de David Lynch que utilizaba la
misma herramienta para causar un efecto similar, les hablo de Rabbits. La
fotografía será un gran collage. Notaremos cambios de formatos, los planos
serán invadidos por terribles rojos, seductores blancos y negros. Ciertas
secuencias estarán trabajadas con en leve granulado en la imagen, las paletas
pasteles serán acribilladas por los cromas. Todo este quilombito, no hará más
que acentuar la sensación de irrealidad. Solo con esa sensación instalada
podremos digerir la violación de una adolescente entre las macabras risas de un
público invisible pegado a un romántico casamiento con las montañas y un
precioso lago como únicos testigos. Mallory y Mickey irán adentrándose en su
infierno y cada paso que darán dentro de aquella inmundicia ira purificándolos.
El film comenzará mostrándolos como criaturas violentas y carentes de
escrúpulos, pero cuanto más adentro lleguemos de aquel averno descubriremos que
su entorno es tanto o más violento y miserable que nuestros protagonistas. Bukowski una vez escribió: Somos como rosas que nunca se molestaron en
germinar cuando debíamos haberlo hecho, y es como si el sol se hubiera hartado
de esperar. En aquel ramo marchito encontraremos, seguramente, a Mallory y
Mickey. También estaremos nosotros y algunos de nuestros amigos. Será un ramo
lleno de experiencias extraordinarias y carentes de hipocresías, puedo
sentirlo. Será un ramo en el que todos viviremos en la absoluta certeza de que Jesús
no nos quiere para un rayo de sol.
Lucas
Itze.-
Canción post análisis
Y porque nacimos para ser salvajes
y porque seguimos creyendo
FICHA
TÉCNICA
Título
original: Natural Born Killers
Año:
1994
Duración:
120 min.
País:
Estados Unidos
Director:
Oliver Stone
Guión:
David Veloz, Richard Rutowski, Oliver Stone (Historia: Quentin Tarantino)
Música:
Varios
Fotografía: Robert Richardson
Reparto: Woody Harrelson,
Juliette Lewis, Tommy Lee Jones, Robert Downey Jr., Ashley Judd, Tom Sizemore,
Yared Harris, Russell Means, Rodney Dangerfield, Evan Handler
Argumento
Mickey
y Mallory Knok (Woody Harrelson y Juliette Lewis) son una pareja de asesinos,
que van matando a todos los que se les cruce en su camino. Todo comenzó con el
asesinato de los padres de ella, que era abusada por su padre y su madre no
hacía nada para impedirlo.
A
partir de ahí ambos empiezan un raid de asesinatos, que llega a las cadenas de
televisión, cuando el periodista Wayne Gale (Robert Downey Jr), conductor de
American Maniacs, un programa sobre asesinos seriales, empieza a darle minutos
de fama. La pareja empieza a tener adeptos en diferentes partes del mundo,
desde el mismo USA hasta lugares tan lejanos como Francia o Japón.
Por
su parte, el policía Jack Scagnetti (Tom Sizemore), famoso por sus libros
biográficos sobre delincuentes atrapados por él, empieza a perseguirlos.
Luego
de escapar de la policía, su auto se queda sin combustible, en el medio del
desierto. Allí ingieren unos hongos alucinógenos y se encuentran con un nativo
que les da hogar por una noche. Mickey se despierta alucinando en el medio de
la noche, recordando el maltrato de su padre y por error asesina al nativo.
Mientras discute con Mallory los pican unas serpientes venenosas. Ambos piensan
que llegaron muy lejos y es hora de dejar de matar.
Van
hasta un supermercado a buscar el antídoto contra el veneno, y descubren que el
único empleado que había, los reconoce por estar viendo American Maniacs y
activa la alarma. Ellos lo descubren y lo asesinan, pero cuando salen está
rodeado de policías. Luego de que Scagnetti tome por la fuerza a Mallory,
Mickey decide rendirse.
Un
año después, ya en prisión y antes de ser trasladados a otro lugar, el
periodista Wayne Gale logra hacerle una nota en vivo, después de convencer al
director de la prisión Dwight McClusky (Tommy Lee Jones), que saldrá luego de
la final del Super Bowl.
Durante
el reportaje, los prisioneros arman un motín y empieza una guerra entre ellos y
los guardiacárceles, Mickey logra hacerse de una escopeta de un guardia, y va
en busca de Mallory, quien justo está a punto de ser abusada por Jack
Scagnetti.
Mickey
llega, asesina a Jack y se escapa junto a Mallory, con la ayuda de Wayne y un
policía, todo transmitido en vivo para la TV.
Una
vez que escapan, sólo ellos tres y la cámara quedan con vida. Deciden asesinar
a Wayne y escapar felizmente juntos, con la cámara como única testigo…
TRAILER
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