Programa
14 (17-06-2013)
EDITORIAL
Me
encuentro en el piso, desparramado. No logro controlar mi cuerpo y mis ojos se
cierran dejando caer lágrimas que recorren mis mejillas. La sangre invade mi
cabeza enrojeciendo mi rostro. Solos y
sin mi permiso, escapan los gritos de mi boca. Eso, como un destello, penetro en mí y ahora es quien me controla.
Logro una ínfima recuperación cuando de repente, aquello que ocasiono esa
reacción vuelve. Caigo otra vez…
No
piensen que se alejo de mi lado inesperadamente la mujer a quien amo. Ni
tampoco que algún ser querido a dejado de estar entre los vivos dejando un
vacío en el alma para siempre. No explote de bronca e impotencia al no vencer
cosas en mí con nuevas y blancas convicciones. ¡No estoy llorando señores! Todo
lo contrario. Es que me cruce con un ángel y acaricio mi alma regalándome un
destello de risas. Me siento verdaderamente aliviado y con una paz pocas veces
vivida. Creo que soy muy afortunado al haberme cruzado con él.
Luego
de aquel episodio nos aferramos uno al otro. Entendemos que no es nada fácil
encontrarse con un ángel en esta vida. Estamos de acuerdo de que no venimos a
este mundo sólo para esperar a la muerte. Tenemos en claro que si hay algo en
que vale la pena gastarnos esta única ficha es en intentar construir desde el
amor, y ese amor se fortalece si hay alegría.
Don
Arturo Jauretche dijo una vez "Nos quieren ver tristes para vernos
derrotados; nada se hace sin alegría".
Preguntémonos entones porque un tiempo después de esas palabras vinieron
títeres malvados del poder y nos quitaron, entre otras cosas más, los
carnavales. Aprendamos de los niños que, felices, cuestionan todo y se
desarrollan a una velocidad extrema hasta que dejan de hacerlo. Por eso,
siguiendo esta última idea quiero
preguntarme…
¿Quién
pudiera desmentir fácilmente los absurdos idealismos sobre la moral, el
respeto, los modos, los buenos modales que pesan en la espalda acobardando a
las personas y no dejándolos ser ese ángel? ¿Quién sino que aquellos valientes
que llevan sus alas sucias de tanto usarlas?
Parece
quizás absurdo detenerse en este tipo de reflexiones pero son tan necesarias
como sonreír. En fin, no es hora de crear formulas ni buscarle explicaciones a
las cosas inexplicables, no es hora de tristezas ni broncas. Vayamos a buscar nuestras alas. Es tiempo de Valientes….
Alan
Beneitez.
Tema dedicado para la editorial
Seguimos con:
No podía faltar el amigo León
Y nos fuimos con...
FICHA
TÉCNICA
Título
original: Tiempo de valientes
Año:
2005
Duración:
110 min.
País:
Argentina
Director:
Damián Szifrón
Guión:
Damián Szifrón
Música:
Guillermo Guareschi
Fotografía:
Lucio Bonelli
Reparto:
Diego Peretti, Luis Luque, Oscar Ferreiro, Gabriela Izcovich, Martín Adjemián,
Tony Lestingi
Sinopsis
Mariano
es un psicoanalista que, a raíz de un accidente de tráfico, es condenado a
realizar trabajos comunitarios relacionados con su profesión. La tarea que el
juez le asigna es la de atender a Alfredo, un inspector de la Policía Federal
anímicamente devastado por la infidelidad de su mujer. Mariano tendrá que
improvisar sus sesiones de psicoanálisis mientras acompaña a Alfredo en sus
investigaciones. Casi sin darse cuenta, se irá sumergiendo en el universo
policial hasta el punto de convertirse en una especie de ayudante extraoficial
de Alfredo. Juntos tendrán que enfrentarse a inimaginables e inesperados
peligros para los que no parecen estar preparados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario