sábado, 31 de mayo de 2014

TIEMPO DE VALIENTES

Programa 14 (17-06-2013)


EDITORIAL

Me encuentro en el piso, desparramado. No logro controlar mi cuerpo y mis ojos se cierran dejando caer lágrimas que recorren mis mejillas. La sangre invade mi cabeza enrojeciendo mi rostro.  Solos y sin mi permiso, escapan los gritos de mi boca. Eso, como un destello,  penetro en mí y ahora es quien me controla. Logro una ínfima recuperación cuando de repente, aquello que ocasiono esa reacción vuelve. Caigo otra vez…
No piensen que se alejo de mi lado inesperadamente la mujer a quien amo. Ni tampoco que algún ser querido a dejado de estar entre los vivos dejando un vacío en el alma para siempre. No explote de bronca e impotencia al no vencer cosas en mí con nuevas y blancas convicciones. ¡No estoy llorando señores! Todo lo contrario. Es que me cruce con un ángel y acaricio mi alma regalándome un destello de risas. Me siento verdaderamente aliviado y con una paz pocas veces vivida. Creo que soy muy afortunado al haberme cruzado con él.


Luego de aquel episodio nos aferramos uno al otro. Entendemos que no es nada fácil encontrarse con un ángel en esta vida. Estamos de acuerdo de que no venimos a este mundo sólo para esperar a la muerte. Tenemos en claro que si hay algo en que vale la pena gastarnos esta única ficha es en intentar construir desde el amor, y ese amor se fortalece si hay alegría.
Don Arturo Jauretche dijo una vez "Nos quieren ver tristes para vernos derrotados; nada se hace sin alegría".  Preguntémonos entones porque un tiempo después de esas palabras vinieron títeres malvados del poder y nos quitaron, entre otras cosas más, los carnavales. Aprendamos de los niños que, felices, cuestionan todo y se desarrollan a una velocidad extrema hasta que dejan de hacerlo. Por eso, siguiendo esta última idea  quiero preguntarme…
¿Quién pudiera desmentir fácilmente los absurdos idealismos sobre la moral, el respeto, los modos, los buenos modales que pesan en la espalda acobardando a las personas y no dejándolos ser ese ángel? ¿Quién sino que aquellos valientes que llevan sus alas sucias de tanto usarlas?
Parece quizás absurdo detenerse en este tipo de reflexiones pero son tan necesarias como sonreír. En fin, no es hora de crear formulas ni buscarle explicaciones a las cosas inexplicables, no es hora de tristezas ni broncas.  Vayamos a buscar nuestras alas.  Es tiempo de Valientes….

Alan Beneitez.

Tema dedicado para la editorial


Seguimos con:


No podía faltar el amigo León


Y nos fuimos con...



FICHA TÉCNICA



Título original: Tiempo de valientes
Año: 2005
Duración: 110 min.
País: Argentina
Director: Damián Szifrón
Guión: Damián Szifrón
Música: Guillermo Guareschi
Fotografía: Lucio Bonelli
Reparto: Diego Peretti, Luis Luque, Oscar Ferreiro, Gabriela Izcovich, Martín Adjemián, Tony Lestingi

Sinopsis


Mariano es un psicoanalista que, a raíz de un accidente de tráfico, es condenado a realizar trabajos comunitarios relacionados con su profesión. La tarea que el juez le asigna es la de atender a Alfredo, un inspector de la Policía Federal anímicamente devastado por la infidelidad de su mujer. Mariano tendrá que improvisar sus sesiones de psicoanálisis mientras acompaña a Alfredo en sus investigaciones. Casi sin darse cuenta, se irá sumergiendo en el universo policial hasta el punto de convertirse en una especie de ayudante extraoficial de Alfredo. Juntos tendrán que enfrentarse a inimaginables e inesperados peligros para los que no parecen estar preparados.

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