SINOPSIS
Etero regenta un modesto
ultramarinos en los páramos georgianos. Virgen a sus 48 años, es por ello
víctima del cotilleo y las burlas. A ella no podrían importarle menos, pero
repentinamente descubre el amor, el primer amor, y aunque la sacude hasta los
huesos, tampoco está dispuesta a romper su insobornable independencia.
EDITORIAL
El sol se cuela entre las nubes. Esos rayos golpean contra algunos árboles viejos que tienen más anécdotas que años. Ellos miran todo. Se saben los silenciosos testigos de un mundo que se auto destruye y también los obliga a morir de a poco. Los pájaros confunden su canto con la música que sale de los motores de los autos. Y de gente que pasa debajo de ellos sin detectarlos en su micro mundo. Ese mundo de soledades olvidadas. De sonrisas con fecha de vencimiento. De habladurías del mundo diría Luis Alberto. ¿Qué se dice y que se esconde frente al diferente? ¿Cómo se escapa de los mandatos de la sociedad? ¿Cuál de todas las libertades que hay, es la que nos toca? La hipocresía mueve los hilos con total impunidad, sin importar sentimientos. Es apuntar y disparar. Pero en alguna parte del mundo, alguien esconde una libertad propia. No idílica pero tampoco idealizada. Y que no encaja en ciertos patrones. Por qué ahí empiezan las preguntas, los rumores, los chismes. Y los opinólogos darán su veredicto. Hoy, en este mundo de redes sociales y viralización al instante, todo es más efímero, pero también más contundente.
Las etiquetas, palabra de moda en este nuevo siglo, parece que
llegaron para quedarse. Lo viejo y lo nuevo también entran en conflicto. Para
que se es viejo y para que no. El amor y el deseo entonces vuelven a ser parte
de ese contrapunto. Así como el árbol que se ensancha desde sus raíces, el
deseo con los años es algo que busca expandirse para no quedar en el olvido.
Sin esa libido, la vida empieza a perder sentido. Y el “qué dirán” como mantra
para aquellos que enarbolan relaciones de papel en medio de sus vidas acartonadas.
Para quienes piensan que solo los jóvenes tienen ese derecho. Esos jóvenes que
no saben que los mayores son esos árboles que lo notan todo. Porque para
algunos, la espera puede ser eterna aunque las esperanzas no se pierdan. Y así,
mientras el canto de los pájaros siga alegrando las mañanas grises, el deseo
logrará su cometido, se entrelazará con esa libertad, para gritar que hasta acá ha
llegado la espera.
Marcelo De Nicola.-
Canción elegida para la
editorial
IMPRESIONES SOBRE BLACKBIRD, BLACKBIRD,
BLACKBERRY
Hace muy poco, en este mismo foro, charlando
sobre otra película, rescatábamos una frase dicha por su protagonista la cual
lograba condensar en su inmensa brevedad todo el drama de una vida, todo un
conflicto interno que se desarrollaría a lo largo de por lo menos dos horas y
media de film. Aquella frase decía, no sin un cierto dejo de melancolía, tengo
la sensación de que algo está por terminar o que algo está por empezar.
En una lectura rápida, cualquiera podría confundirse y entender que la frase en
si es redundante, que estamos ante un clásico juego de palabras, un enturbiar
las aguas para hacerlas parecer profundas como decía Federico. Pero la realidad
es muy diferente. Estamos realmente ante aguas profundas, provocadoras y por
eso peligrosas. Aquella frase indica una misma situación observada desde dos
puntos de vista muy diferentes, desde dos mundos bien distintos. Es una
característica intrínseca de la finitud el inminente comienzo de otra cosa. Está
claro que algo tiene que terminar para que otra cosa comience, aun la misma
muerte tiene que acontecer para dar lugar a la nada absoluta. El mundo se
divide en dos según donde se posicione el observador de aquel hecho. El haiku, un género clásico de poesía
japonesa, nos puede ayudar con un ejemplo claro respecto de este tema. Uno de
sus mayores exponentes fue el poeta Matsuo
Basho, para él la experiencia vital con el mundo era lo más importante. De él
se recuerda una anécdota brillante con su discípulo Kikaku, sobre el poema del pimiento. El alumno escribió el
siguiente haiku:
Libélulas rojas
quitadle las alas:
son pimientos.
A lo que Basho respondió con una visión mucho más humanista, con la
velocidad del rayo y la precisión de quien observa y no mira:
Estos pimientos
agregadle alas
Son Libélulas.
Desde estos dos lugares uno puede mirar al mundo y lo que en él acontece. Desde cualquiera de esto dos lugares uno puede tomar las decisiones que afecten su propio ánimo y crear su vida, su propio universo, llevarlo adelante, dale la paleta de colores que se merece y habitar la piel que uno decida habitar. Nadie dice que en el camino no habrá heridas, claro que las habrá. Algunas graves, otras dolorosas, y también por supuesto las casi mortales. Pero estará en uno poner alas y ver libélulas o arrancarlas con el espanto y la seguridad de estar viendo un pimiento. Este será el camino que recorrerá Etero, protagonista del film Blackbird, Blackberry de la directora Elene Naveriani. El film comenzará de negro con el sonido del correr del agua con total libertad, el caudal será mucho y torrentoso. Luego fundirá a una imagen alegórica que lo dirá todo, un rio enfurecido, metáfora del vientre materno. La secuencia seguirá con el plano detalle de un árbol con sus frutos, una mano entrará en plano, será la de Etero, veremos su rostro extasiado por aquella fruta prohibida. Un pájaro negro le advertirá con su canto, ella lo mirará preocupada y se detendrá. El pájaro volará. Ella comerá la fruta y caerá resbalándose hacia la orilla del rio. Hasta aquí la primera secuencia. Clara alegoría al mito de Adán y Eva. Tal como solemos decir, en esta primera secuencia estará planteado el conflicto entero del film. La cinta continuará narrando la solitaria vida de Etero, demostrando el gran esfuerzo hecho por ella para autoconvencerse de que su soledad es elegida, es disfrutada, es el resultado de elecciones tomadas con precisión. La paleta de colores irá virando sutilmente según el recorrido sobre la curva dramática de nuestra heroína.
Estaremos ante una película
profundamente feminista, me corrijo, será una película que tendrá el valor y la
claridad de exponer la crueldad y el conflicto femenino diario lo que no la
convierte necesariamente en una película feminista. El metraje trabajará con
agudeza a través del montaje ciertas cuestiones naturalizadas en la sociedad
respecto a las presiones exigidas a las mujeres. Se hablará sobre su cuerpo,
sobre su sexo, sobre su vida social, sobre sus relaciones intrapersonales
trabajando en secuencias que culminarán por lo general con planos propios de la
naturaleza, planos que nos llevarán directamente a bosques, a arboledas, a
ámbitos naturales reales. El agua estará muy presente en el film, tal como lo
nombramos al comienzo, pero también lo estará en forma de lluvia, intentando
quizás lavar y llevarse todo aquel peso, toda aquella culpa que lleva Etero
sobre su ser, sobre su ánimo, sobre su pasado. Aparecerá en su vida el amor y
eso hará inevitablemente que su vida cambie. Que la perspectiva desde donde mira
su mundo sea otra. Etero, ya no será más aquella Eva pecadora de aquel paraíso
perdido, ya no llevará más en sus hombros el dolor del mundo, la muerte, la
soledad, la violencia, la indiferencia naturalizada. Ya no será prohibido aquel
fruto para sus labios, el deseo estará allí a flor de piel para darle vida,
para mejorársela, para poner alas al pimiento y ver finalmente a la libélula.
Lucas Itze.-
Canción post impresiones
UNIVERSO NAVERIANI
Nació en Tiflis, la capital de Georgia, en 1985, cuando el país todavía formaba parte de la Unión Soviética. En 2003 estudió pintura en la Academia Estatal de Arte de Tiflis. En Tiflis Elene y otros estudiantes de la academia de arte crearon el grupo LOTT. Trabajaron en conjunto hasta 2007. En 2008 dejó Georgia. En 2011 realizó un máster en Critical Curatorial Cybermedia y en 2014 se trasladó a Suiza donde fue aceptada en la Escuela de Arte y Diseño de Ginebra (HEAD – Genève). Aunque reside en Suiza y allí se inició en el cine y suele producir sus películas, las historias que narra están localizadas en Georgia. El departamento de cine de la escuela produjo su primer trabajo, Les évangiles d'Anasyrma, un mediometraje en el que cuenta las dificultades a causa del contexto sociopolítico de la relación entre Gabriel, un georgiano de 26 años, con Amaia, transgénero de 29 años que vive en los suburbios de Tiflis. Naveriani trabaja en sus películas con la húngara Agnesh Pakozdi como directora de fotografía. Hemos trabajado juntos en todos mis largometrajes anteriores, tanto cortometrajes como largometrajes: "Quería que nuestro trabajo de cámara revelara la historia con cuidado y sensibilidad. La cámara se mantiene alejada de los personajes. El cuerpo y sus gestos son muy importantes para mí: las posturas, los pequeños movimientos y las miradas son las claves del alma de una figura. Creo en un lenguaje cinematográfico que dé espacio a la reflexión del espectador. Quiero que las emociones de mis películas se experimenten, no se dicten". Su primer largometraje Soy un rayo de sol en la Tierra se estrenó en 2017 en el Festival Internacional de Cine de Róttterdam.
Cuenta la historia de una prostituta que sale de la cárcel y se encuentra con un refugiado nigeriano que piensa que había llegado a Estados Unidos, el desamparo y la miseria de ambos intentará sobrevivir con algo en común: la música. Luego llegó su cortometraje Red ants bite en 2019. En 2021 presentó Wet Sand cuenta la historia de amor entre dos hombres forzados a esconderse durante décadas en la Georgia rural. En 2023 presenta Blackbird Blackbird Blackberry. Tuvo su estreno mundial en la Quincena de Realizadores de Cannes 2023 y ha ganado numerosos premios en festivales. Está basada en la novela de la escritora georgiana Tamta Melashvili que también participó en el guion y cuenta la historia de Etero (Eka Chavleishvili), una mujer virgen de mediana edad en un pequeño pueblo georgiano que se atreve a comenzar a vivir la vida que le apetece, sin importar los chismes ni los prejuicios de la sociedad. Para Elene, la protagonista de la película es una heroína "feminista instintiva".
FICHA TÉCNICA
Título original: Shashvi
shashvi maq'vali
Año: 2023
Duración: 110 min.
País: Georgia
Dirección: Elene
Naveriani
Guion: Nikoloz
Mdivani, Elene Naveriani. Novela: Tamta Melashvili
Reparto: Eka
Chavleshvili, Temiko Chichinadze
Fotografía: Agnesh
Pakozdi