viernes, 4 de julio de 2025

BLACKBIRD, BLACKBIRD, BLACKBERRY DE ELENE NAVERIANI

PROGRAMA 472 (27-06-2025)

 

SINOPSIS

 

Etero regenta un modesto ultramarinos en los páramos georgianos. Virgen a sus 48 años, es por ello víctima del cotilleo y las burlas. A ella no podrían importarle menos, pero repentinamente descubre el amor, el primer amor, y aunque la sacude hasta los huesos, tampoco está dispuesta a romper su insobornable independencia.

 

EDITORIAL

 

El sol se cuela entre las nubes. Esos rayos golpean contra algunos árboles viejos que tienen más anécdotas que años. Ellos miran todo. Se saben los silenciosos testigos de un mundo que se auto destruye y también los obliga a morir de a poco. Los pájaros confunden su canto con la música que sale de los motores de los autos. Y de gente que pasa debajo de ellos sin detectarlos en su micro mundo. Ese mundo de soledades olvidadas. De sonrisas con fecha de vencimiento. De habladurías del mundo diría Luis Alberto. ¿Qué se dice y que se esconde frente al diferente? ¿Cómo se escapa de los mandatos de la sociedad? ¿Cuál de todas las libertades que hay, es la que nos toca? La hipocresía mueve los hilos con total impunidad, sin importar sentimientos. Es apuntar y disparar. Pero en alguna parte del mundo, alguien esconde una libertad propia. No idílica pero tampoco idealizada. Y que no encaja en ciertos patrones. Por qué ahí empiezan las preguntas, los rumores, los chismes. Y los opinólogos darán su veredicto. Hoy, en este mundo de redes sociales y viralización al instante, todo es más efímero, pero también más contundente. 



Las etiquetas, palabra de moda en este nuevo siglo, parece que llegaron para quedarse. Lo viejo y lo nuevo también entran en conflicto. Para que se es viejo y para que no. El amor y el deseo entonces vuelven a ser parte de ese contrapunto. Así como el árbol que se ensancha desde sus raíces, el deseo con los años es algo que busca expandirse para no quedar en el olvido. Sin esa libido, la vida empieza a perder sentido. Y el “qué dirán” como mantra para aquellos que enarbolan relaciones de papel en medio de sus vidas acartonadas. Para quienes piensan que solo los jóvenes tienen ese derecho. Esos jóvenes que no saben que los mayores son esos árboles que lo notan todo. Porque para algunos, la espera puede ser eterna aunque las esperanzas no se pierdan. Y así, mientras el canto de los pájaros siga alegrando las mañanas grises, el deseo logrará su cometido, se entrelazará con esa libertad, para gritar que hasta acá ha llegado la espera.

 

Marcelo De Nicola.-

 

Canción elegida para la editorial

 


IMPRESIONES SOBRE BLACKBIRD, BLACKBIRD, 

BLACKBERRY

 


Hace muy poco, en este mismo foro, charlando sobre otra película, rescatábamos una frase dicha por su protagonista la cual lograba condensar en su inmensa brevedad todo el drama de una vida, todo un conflicto interno que se desarrollaría a lo largo de por lo menos dos horas y media de film. Aquella frase decía, no sin un cierto dejo de melancolía, tengo la sensación de que algo está por terminar o que algo está por empezar. En una lectura rápida, cualquiera podría confundirse y entender que la frase en si es redundante, que estamos ante un clásico juego de palabras, un enturbiar las aguas para hacerlas parecer profundas como decía Federico. Pero la realidad es muy diferente. Estamos realmente ante aguas profundas, provocadoras y por eso peligrosas. Aquella frase indica una misma situación observada desde dos puntos de vista muy diferentes, desde dos mundos bien distintos. Es una característica intrínseca de la finitud el inminente comienzo de otra cosa. Está claro que algo tiene que terminar para que otra cosa comience, aun la misma muerte tiene que acontecer para dar lugar a la nada absoluta. El mundo se divide en dos según donde se posicione el observador de aquel hecho. El haiku, un género clásico de poesía japonesa, nos puede ayudar con un ejemplo claro respecto de este tema. Uno de sus mayores exponentes fue el poeta Matsuo Basho, para él la experiencia vital con el mundo era lo más importante. De él se recuerda una anécdota brillante con su discípulo Kikaku, sobre el poema del pimiento. El alumno escribió el siguiente haiku:

Libélulas rojas

quitadle las alas:

son pimientos.

A lo que Basho respondió con una visión mucho más humanista, con la velocidad del rayo y la precisión de quien observa y no mira:

Estos pimientos

agregadle alas

Son Libélulas.



Desde estos dos lugares uno puede mirar al mundo y lo que en él acontece. Desde cualquiera de esto dos lugares uno puede tomar las decisiones que afecten su propio ánimo y crear su vida, su propio universo, llevarlo adelante, dale la paleta de colores que se merece y habitar la piel que uno decida habitar. Nadie dice que en el camino no habrá heridas, claro que las habrá. Algunas graves, otras dolorosas, y también por supuesto las casi mortales. Pero estará en uno poner alas y ver libélulas o arrancarlas con el espanto y la seguridad de estar viendo un pimiento. Este será el camino que recorrerá Etero, protagonista del film Blackbird, Blackberry de la directora Elene Naveriani. El film comenzará de negro con el sonido del correr del agua con total libertad, el caudal será mucho y torrentoso. Luego fundirá a una imagen alegórica que lo dirá todo, un rio enfurecido, metáfora del vientre materno. La secuencia seguirá con el plano detalle de un árbol con sus frutos, una mano entrará en plano, será la de Etero, veremos su rostro extasiado por aquella fruta prohibida. Un pájaro negro le advertirá con su canto, ella lo mirará preocupada y se detendrá. El pájaro volará. Ella comerá la fruta y caerá resbalándose hacia la orilla del rio. Hasta aquí la primera secuencia. Clara alegoría al mito de Adán y Eva. Tal como solemos decir, en esta primera secuencia estará planteado el conflicto entero del film. La cinta continuará narrando la solitaria vida de Etero, demostrando el gran esfuerzo hecho por ella para autoconvencerse de que su soledad es elegida, es disfrutada, es el resultado de elecciones tomadas con precisión. La paleta de colores irá virando sutilmente según el recorrido sobre la curva dramática de nuestra heroína. 



Estaremos ante una película profundamente feminista, me corrijo, será una película que tendrá el valor y la claridad de exponer la crueldad y el conflicto femenino diario lo que no la convierte necesariamente en una película feminista. El metraje trabajará con agudeza a través del montaje ciertas cuestiones naturalizadas en la sociedad respecto a las presiones exigidas a las mujeres. Se hablará sobre su cuerpo, sobre su sexo, sobre su vida social, sobre sus relaciones intrapersonales trabajando en secuencias que culminarán por lo general con planos propios de la naturaleza, planos que nos llevarán directamente a bosques, a arboledas, a ámbitos naturales reales. El agua estará muy presente en el film, tal como lo nombramos al comienzo, pero también lo estará en forma de lluvia, intentando quizás lavar y llevarse todo aquel peso, toda aquella culpa que lleva Etero sobre su ser, sobre su ánimo, sobre su pasado. Aparecerá en su vida el amor y eso hará inevitablemente que su vida cambie. Que la perspectiva desde donde mira su mundo sea otra. Etero, ya no será más aquella Eva pecadora de aquel paraíso perdido, ya no llevará más en sus hombros el dolor del mundo, la muerte, la soledad, la violencia, la indiferencia naturalizada. Ya no será prohibido aquel fruto para sus labios, el deseo estará allí a flor de piel para darle vida, para mejorársela, para poner alas al pimiento y ver finalmente a la libélula.

 

Lucas Itze.-

 

Canción post impresiones

 


UNIVERSO NAVERIANI



Nació en Tiflis, la capital de Georgia, en 1985, cuando el país todavía formaba parte de la Unión Soviética. En 2003 estudió pintura en la Academia Estatal de Arte de Tiflis. En Tiflis Elene y otros estudiantes de la academia de arte crearon el grupo LOTT. Trabajaron en conjunto hasta 2007. En 2008 dejó Georgia. En 2011 realizó un máster en Critical Curatorial Cybermedia y en 2014 se trasladó a Suiza donde fue aceptada en la Escuela de Arte y Diseño de Ginebra (HEAD – Genève). Aunque reside en Suiza y allí se inició en el cine y suele producir sus películas, las historias que narra están localizadas en Georgia. El departamento de cine de la escuela produjo su primer trabajo, Les évangiles d'Anasyrma, un mediometraje en el que cuenta las dificultades a causa del contexto sociopolítico de la relación entre Gabriel, un georgiano de 26 años, con Amaia, transgénero de 29 años que vive en los suburbios de Tiflis. Naveriani trabaja en sus películas con la húngara Agnesh Pakozdi como directora de fotografía. Hemos trabajado juntos en todos mis largometrajes anteriores, tanto cortometrajes como largometrajes: "Quería que nuestro trabajo de cámara revelara la historia con cuidado y sensibilidad. La cámara se mantiene alejada de los personajes. El cuerpo y sus gestos son muy importantes para mí: las posturas, los pequeños movimientos y las miradas son las claves del alma de una figura. Creo en un lenguaje cinematográfico que dé espacio a la reflexión del espectador. Quiero que las emociones de mis películas se experimenten, no se dicten". Su primer largometraje Soy un rayo de sol en la Tierra se estrenó en 2017 en el Festival Internacional de Cine de Róttterdam. 



Cuenta la historia de una prostituta que sale de la cárcel y se encuentra con un refugiado nigeriano que piensa que había llegado a Estados Unidos, el desamparo y la miseria de ambos intentará sobrevivir con algo en común: la música. Luego llegó su cortometraje Red ants bite en 2019. En 2021 presentó Wet Sand cuenta la historia de amor entre dos hombres forzados a esconderse durante décadas en la Georgia rural. En 2023 presenta Blackbird Blackbird Blackberry. Tuvo su estreno mundial en la Quincena de Realizadores de Cannes 2023 y ha ganado numerosos premios en festivales. Está basada en la novela de la escritora georgiana Tamta Melashvili que también participó en el guion y cuenta la historia de Etero (Eka Chavleishvili), una mujer virgen de mediana edad en un pequeño pueblo georgiano que se atreve a comenzar a vivir la vida que le apetece, sin importar los chismes ni los prejuicios de la sociedad. Para Elene, la protagonista de la película es una heroína "feminista instintiva".

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: Shashvi shashvi maq'vali

Año: 2023

Duración: 110 min.

País: Georgia

Dirección: Elene Naveriani

Guion: Nikoloz Mdivani, Elene Naveriani. Novela: Tamta Melashvili

Reparto: Eka Chavleshvili, Temiko Chichinadze

Fotografía: Agnesh Pakozdi

 

PELÍCULA COMPLETA 

miércoles, 2 de julio de 2025

TE SIGUE - IT FOLLOWS DE DAVID ROBERT MITCHELL

PROGRAMA 471 (13-06-2025)

 

SINOPSIS

 

Jay, de 18 años, tiene su primer encuentro sexual con su novio en la parte trasera de un coche. Tras el hecho, aparentemente inocente, la situación se pone algo tensa cuando su novio hace que ella se desmaye. Al despertar, el joven le explica que lo hizo para ahuyentar a una serie de espíritus que lo acosan. A partir de ese momento, es Jay quien sufrirá las consecuencias de ese acoso, encontrándose sumergida en visiones y pesadillas; teniendo la sensación de que alguien o algo la observa.

 

EDITORIAL

El precio del placer

Estaba recostada en su cama, rodeada de su perfume que embriagaba cada uno de mis sentidos. Él se deslizó sobre mí. Me besó con suavidad, pero intensamente. Quitó los despojos de la ropa interior que me quedaba, y metió sus dedos dentro de mí. La sensación fue como una explosión cerebral de Victoria, algo que no conseguía entender y tampoco necesitaba explicar. Lo único que sabía era que necesitaba más. Lo besé fuerte, metí mi lengua en su boca. El también perdió posesión de sus últimas telas y me penetró. Al principio con urgencia, luego más suavemente. Y así yacimos. Dando goce el uno al otro, solo que esta vez se sentía distinto. Yo no era ninguna virgencita, y sin embargo esta clase de placer era diferente. Era como si tomase mi corazón, mi cabeza, y absolutamente todo lo que contenían mis caderas. Era una entrega total. Algo ató no sólo nuestros cuerpos, sino todo ese conjunto de cosas que conforma nuestras identidades y las mezcló por un rato. Hasta que todo terminó. Y me invadió un sentimiento de melancolía ajena. Yo estaba bien, estaba entera, con buenos ánimos y no tenía ningún problema. Y sin embargo me empezaron a llover los ojos. No sé si eran las sábanas lilas, las cortinas a juego, o él, que yacía al lado mío. Me miró y por primera vez le vi una sonrisa en esa cara seria que tanto me atraía.

—¿Qué te pasa? —preguntó.

—Ni idea —dije, sintiéndome idiota.

Era un bajón, una vergüenza. Agarró mi cara entre sus manos y sonriendo me dijo:

 - Dejaste un poco de la felicidad que traías y te llevas algo de la tristeza que aquí residía. Quizás vos la puedas sopesar mejor que yo. Muchas gracias-.



Todo me dio un rejunte de vergüenzas, ajena, propia… agarré mis cosas y me empecé a vestir. Le dije que me abra, necesitaba estar lo más lejos posible. Sola, para poder romperme tranquila. Salí de su casa casi corriendo y me fui caminando hasta la parada del bondi. Lloraba libremente ese dolor foráneo. Una cuadra antes de llegar a la parada vi que de la nada, en plena calle desierta salía un tipo como si se hubiera generado espontáneamente y corría a toda velocidad hacia mí. Yo me quedé paralizada y esperando el impacto, sabiendo que seguro me robaba. Pero lejos de eso, me atravesó como si fuese de humo. Me di vuelta estupefacta y lo vi que seguía corriendo hasta que desapareció. Al toque vino el bondi así que me subí sin cuestionarme nada demasiado, porque todavía me dolía el pecho de ese no sé qué. Llegué a mi casa, le di de comer al gato y me acosté a dormir profundamente. Me desperté con la garganta seca, como si hubiera tragado arena, y los ojos pegajosos de tanto llorar. El cuerpo me dolía, pero de una forma difusa, fantasmal. Me sentía lejana de mí misma. El gato me observaba desde el borde de la cama con una atención inquietante. Sus pupilas, negras y enormes, parecían un agujero en la tela del mundo. Fui al baño tambaleando, cada paso como si caminara bajo el agua. Me miré al espejo. La piel estaba cenicienta. Los ojos, hundidos. La boca, más pálida de lo normal. Bajé la vista y me quedé sin aire. Desde mi entrepierna hasta el ombligo subían unas manchas negras, como raíces que se abrían paso bajo la piel. Se retorcían en formas orgánicas, oscuras. Vivientes. Me toqué. La piel ardía. Pero no de fiebre. Era otro tipo de calor, uno que venía de adentro. Como si algo me estuviera germinando en el vientre. Me metí a la ducha sin pensarlo. El agua cayó con fuerza, pero las manchas no se movieron. No se iban. Volví a la cama. Me acurruqué bajo las sábanas, envuelta en esa sensación viscosa de extrañeza y miedo. Dormité. Al despertar, sentí que ya no estaba sola. Parada junto al placard, había una mujer. Estaba desnuda. Tenía el pelo largo, empapado, como si acabara de salir de un río. No tenía ojos. Solo dos cuencas negras que parecían succionar la luz. No decía nada. Solo me miraba. Si es que eso era mirar. Parpadeé. Desapareció. Me senté de golpe, el corazón galopando dentro del pecho. No estaba loca. O tal vez sí. Me vestí con lo primero que encontré y salí a la calle. Todo seguía igual. Pero no. La gente caminaba, hablaba, iba y venía. Pero entre ellos, de tanto en tanto, aparecían figuras que no encajaban. Un nene con el cráneo hundido, una mujer sin piernas que se arrastraba sin que nadie se inmutara. Algunos me miraban fijo. Otros simplemente estaban. Como manchas en la tela de lo real. Pasé frente a una vidriera. Me vi reflejada. Las manchas seguían ahí. Y habían subido. Me rozaban el esternón. Algo se había roto. Algo se había metido en mí. Y yo me había llevado mucho más de lo que imaginaba.

 

Camila Dubinsky.-

 

Canción elegida para la editorial

 


IMPRESIONES SOBRE TE SIGUE

 


La esquina está a 50 metros, empiezo a caminar más rápido, deseando llegar lo antes posible. Miro hacia alrededor para ver si hay alguien, pero estoy completamente solo. La luz del cruce de calles titila sin fuerza, como por obligación. Cuando estoy llegando… pum! Se apaga de golpe. Mis piernas se entumecen, mi respiración se agita cada vez más. El ladrido de los perros aumenta más mi temor. Mi sombra desaparece. Solo siento mis pasos y cierta respiración. ¿Es la mía? ¿O estaré volviéndome loco? Doblo a pasos agigantados cuando de pronto me topo con un sombrero enorme y empiezo a correr desesperado. Siento que la muerte acecha y llego hasta la puerta de mi casa. Como en cada película de terror, se atasca la llave y pienso que puede ser demasiado tarde. Logro entrar y cierro con fuerza. Miro por la ventana y veo una pobre anciana caída en la esquina. Ahí tendría que estar el verdadero terror, a los de nuestra propia especie. Por eso caminamos mirando para atrás constantemente. ¿Un ente que nos sigue? Quizás eso sería lo más conveniente. Entonces me pongo a pensar y a rememorar… ¿Cuándo tuvimos miedo por primera vez? ¿En qué momento reconocimos a la muerte como tal? Sabiéndonos finitos, el temor empezó a abrazarlo todo. La pérdida de la inocencia, la felicidad plena fue saboteada y arrancada de cuajo cuando nos convertimos en adolescentes. Y ya de adultos, nos transformamos en esos entes autómatas que deambulan en busca de su propia supervivencia. 



En ese mundo de inocencia y primeros amores vive Jay, la protagonista del film Te sigue (It Follows en su idioma original) de David Robert Mitchell. Este empieza con un plano general de una calle semi vacía. En un paneo lento, que se transformará en un giro de 180 grados, veremos salir a una chica en camisón que corre hacia el medio de la calle, para luego volver a entrar a su casa. Mientras tanto, una leve música empezará a sonar de fondo. La chica se irá en un auto, hablará por teléfono con su padre despidiéndose desde la playa para luego aparecer muerta allí de una forma extraña. Ese simple comienzo ya nos ha atrapado. Sin dudas, el lugar elegido, la paleta de colores y la música de ese comienzo, no hace más que recordarnos a los principios de John Carpenter, con Halloween a la cabeza. Pero todo será muy distinto y parecido a la vez. Luego, conoceremos a Jay, la protagonista, y a su grupo de amigos. La película tendrá todos los condimentos que un film de horror necesita: bellas adolescentes, el chico tímido y el ganador, el descubrimiento sexual, el secreto a sus padres, entre otras cosas. La habilidad del director estará en como contar una historia en principio simple: una chica empieza a ver visiones, luego de tener sexo con un chico y la forma de parar eso es teniendo sexo con otro para trasladarle ese acoso. La película contará con unos planos generales que serán deliciosos, con unos encuadres muy bien logrados con una simetría que nos recordará a Kubrick.



 La cámara estará mucho tiempo quieta, pero contará con travellings lentos que servirán para explorar lo que los rodea. El estilo de los autos y las casas serán bien de los años ´70 y ´80, momento en que se filmaron grandes películas de terror. La música, por su parte, hará compañía con esos sintetizadores que aparecen y desaparecen, en los momentos importantes del film, en otro claro homenaje a genios de ese género como Wes Craven o el ya nombrado Carpenter. La fotografía contará con una paleta de colores que pasará del rosa que envolverá a Jay al rojo o el amarillo que estarán en ese comienzo. Esos colores cálidos pasarán luego al verde, al marrón o al gris a medida que la trama avanza. El sonido de la película será intrigante, para que el espectador sienta que está metido dentro de cada escena. El guion será lo suficientemente sutil para que no sea una clásica película que tenga efectos para hacerte saltar de la butaca. Será algo más bien psicológico o, de algún modo, experimental, basándose en lo que siente la protagonista, que llevará las riendas de la historia con gestos y silencios que transmitirán sus sensaciones. Las tomas largas con la música como aderezo para esas amenazas, servirán para reconocer esos entes que aparecerán persiguiendo a Jay, pero también serán quizás la excusa para encontrar el verdadero sentido del film. Para algunos, el sexo como el comienzo de las decisiones adultas o, como en el caso de los films slayers, como una invitación a la muerte. 



Aquí, sin embargo, se trabaja para encontrar el paso de la niñez a la adolescencia, a la pérdida de la inocencia. Como dice Yara, uno de los personajes en un momento del film: “La más terrible agonía no son las heridas mismas, sino el saber con seguridad que, en una hora, o en diez minutos, o en medio minuto, ahora, en este mismo instante, tu alma dejará tu cuerpo, y ya no serás una persona” (palabras que, además, curiosamente, son leídas en un eBook con forma de concha, claro símbolo sexual). Serán esos los momentos en que ellos entenderán la finitud de la vida. Será por ello que los padres casi ni aparezcan a pesar de que serán nombrados de forma periódica, símbolo del “pecado original” cometido y esa expulsión del paraíso, en cierta forma, la idea de empezar a depender de uno mismo a través de la pérdida de la inocencia. Inocencia que remarca muy bien Hugh cuando dice que quiere ser un niño, no porque tenga una vida por delante sino por la felicidad y la inocencia que trae consigo. Ahí aparecerán entonces ciertas cosas que remarcan la teoría de la finitud: la apariencia del edificio donde van a la piscina, las películas de terror que aparecen en televisión, la idea de electrocución en el momento central del film… La película seguirá su camino, con más acción sobre el final hasta llegar al clímax. Luego del clímax adolescente llegará el paso a la adultez. Ya sabiendo lo que nos espera, ya superando el miedo a la mortalidad, tendremos que seguir caminando de la mano, porque mientras los niños ríen, bien sabemos que alguien nos está observando…

 

Marcelo De Nicola.-

 

Canción post impresiones

 


UNIVERSO MITCHELL

 


David Robert Mitchell nació en Clawson, Míchigan, el 19 de octubre de 1974. Estudió en la Wayne State University de Detroit (Míchigan). Se licenció en Bellas Artes en la especialidad de producción audiovisual por la Florida State University College of Motion Picture Arts. Su primera película como director, escritor y productor fue El mito de la adolescencia en 2010, un filme dramático sobre cuatro jóvenes que buscan el amor en un suburbio de Detroit en el último fin de semana del verano. Adele Romanski, amiga de Mitchell de la escuela de cine, fue una de las productoras y quien más tarde ganaría un premio Óscar por la laureada película Moonlight. En una entrevista, Mitchell afirmó que gastó unos 50.000 dólares en la filmación de la película. Cuatro años más tarde logró reconocimiento internacional tras dirigir la película de terror sobrenatural It Follows. La cinta fue aclamada por la crítica y cosechó un notable éxito comercial teniendo en cuenta su escaso presupuesto.  Dos años después, Mitchell fue miembro del jurado en la sección Semana de la Crítica del Festival de Cine de Cannes 2016. 



En 2018, dirigió El misterio de Silver Lake, una película de comedia dramática de cine negro posmoderno ambientada en Los Ángeles y protagonizada por Andrew Garfield. En octubre de 2023, se anunció que una secuela, titulada They Follow, estaba en preproducción con el escritor y director David Robert Mitchell y la estrella Maika Monroe de regreso. Neon produciría y distribuiría la película a nivel nacional, mientras que se espera que el rodaje comience en este año.

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: It Follows

Año: 2014

Duración: 100 min.

País: Estados Unidos

Dirección: David Robert Mitchell

Guion: David Robert Mitchell

Reparto: Maika Monroe, Keir Girlchrist, Daniel Zovatto, Jake Weary, Olivia Luccardi, Lili Sepe.

Música: Rich Vreeland

Fotografía: Mike Gioulakis

 

PELÍCULA COMPLETA

martes, 1 de julio de 2025

EL HOMBRE DE LOS SUEÑOS - DREAM SCENARIO DE KRISTOFFER BORGLI

PROGRAMA 469 (30-05-2025)

 

SINOPSIS

 

Paul Matthews, un desventurado padre de familia, ve cómo su vida da un vuelco cuando millones de extraños empiezan a verle en sueños. Pero cuando sus apariciones nocturnas toman visos de pesadilla, Paul conocerá el reverso negativo del estrellato. (FILMAFFINITY)

 

EDITORIAL

 

Me encuentro en una cueva cavernosa, sé que lo es porque la luz que emana el resquicio de la puerta, me da a entender que detrás de mí hay muchas formaciones rocosas. De esa puerta se vislumbra una Luz de color blanco atzilutico. Tomo coraje, me acerco y la abro. Camino por ese sendero que se abre. ¿Qué es lo que veo? ¿Qué tipo de paisaje se encuentra frente a mí? ¿Qué flora percibo a mí a rededor? En mi caso es un bosque magnífico de coníferas, y se escucha el susurro del viento que me llama. Continuó caminando, y veo entre la maleza un pequeño zorro. Me susurra una palabra: ’persevera”. Y cómo si fuera la afirmación que necesitaba, continúo con paso firme, por ese hermoso bosque, bañando con aroma de pinos y eucaliptos. Diviso a lo lejos, en un claro, una cabaña. Muy hermosa pero extraña, con ventanas redondas de distintos tamaños, y una puerta con arabescos tallados en la madera. Ingreso y me encuentro con una mesa redonda rodeada de sillas en lo que pareciera una cocina comedor, la chimenea está encendida, y miro hacia mi lado izquierdo. Ahí es cuando veo a ese ser, tan maravilloso, tan hermoso, casi brillante en contraste con la oscuridad, pues la puesta de Sol va tomando su lugar en el firmamento. Este ser, con esos ojos brillantes como jades de hielo se me acerca, me observa, toma mi rostro entre sus manos y choca su nariz contra la mía. Se queda a centímetros de mi boca, puedo sentir su respiración. Siento el calor de su cuerpo mientras me toma por la cintura y acerca sus labios a mi oído. Me susurra la palabra “Pedime” 3 veces. Y yo le pido 3 cosas. En ese momento me doy cuenta de que aquello que me sostiene soy yo misma, mi contraparte, mi propio Dios. Y que cualquier cosa que yo le pida me lo puede conceder. Lo sabe todo el mundo. 



Habiendo sembrado esas 3 semillas en mi propio inconsciente, nos fundimos en un beso suave y pasional, mi alma bipartita se vuelve a juntar. Y me acompaña de regreso hasta la puerta de la cabaña. Quisiera quedarme ahí toda mi vida, donde el viento susurra mi nombre y las gotas de lluvia caen contando mil historias. Sigo mi camino, por ese sendero maravilloso, ya completamente a oscuras.  y me encuentro nuevamente con el tierno animalillo que me indica nuevamente un mensaje. “No claudiques”. Y cuando por fin me encuentro en el marco de la puerta que me lleva a la cueva, para volver de ese maravilloso viaje onírico, me veo arrastrada con violencia hacia el interior por una mano fuerte y putrefacta. Sin entender muy bien cómo, estoy nuevamente enfrente del ser de la cabaña, solo que ahora está todo chamuscado y huele a muerte vieja. Me sujeta con una firmeza descomunal, de la nuca con una mano y de la cintura con la otra, y pone su boca sobre la mía haciendo succión. Toma mi halito de vida con esos depravados labios putrefactos mientras siento que mi pecho se vacía. De repente todo comienza a girar y estoy rígida en mi habitación. No puedo moverme, y sigo sintiendo esa presión en el pecho, y en medio de esa horrenda parálisis aparecen esos mismos ojos helados, y ese mismo rostro, otrora hermoso, devenido en un despojo de carnes mustias. Esta vez se abalanza encima mío en un frenesí encarnizado por morder mi cuello, por violar mi cuerpo. Por robar mi confianza y hacerme víctima de las vejaciones más oscuras. Lucho, grito, lloro, rezo. Pero no hay Dios que me salve. Finalmente me entrego a la muerte, anhelando volver a mi cabaña, anhelando esos brazos y besos gentiles que en otra vida este ser me supo dar.

 

Camila Dubinsky.-

 

Canción elegida para la editorial

 


IMPRESIONES SOBRE EL HOMBRE DE LOS

SUEÑOS

 


Siempre hemos preferido ser los protagonistas de nuestros propios sueños. Esos que rondan en la cabeza y se convierten en una historia de amor, de suspenso o en alguna pesadilla. El mundo onírico lo hemos tratado hasta el hartazgo. El análisis psicológico y hasta metafísico los ha estudiado desde hace años. Y también hace años, alguien afirmaba haber soñado con cierto rostro que le mostraban en imágenes, alrededor del mundo. Años después, se confirmaba que esa persona (identificada con This Man) no existía y era todo parte de una noticia falsa, pero ayudado por la visualización de la imagen y la ayuda del subconsciente, podría ser parte de algún sueño. Se había viralizado cuando todavía ese verbo no estaba tan de moda. Sabiendo la historia o no, Kristoffer Borgli llevó a la pantalla una situación parecida cuando escribió el guion de El hombre de los sueños (Dream Scenario en su idioma original). Nicolas Cage, en una de sus actuaciones más convincentes, interpreta a Paul Matthews, un tímido padre de familia y profesor de biología evolutiva, que empieza a ser reconocido por aparecer en los sueños de las personas de la noche a la mañana. 



La película arranca con Sophie, una adolescente, que empieza a flotar hacia el cielo mientras alguien que rastrilla hojas la mira sin hacer nada, mientras ella le grita papá… Luego, nos enteraremos que es una de las hijas del protagonista, que le está contando su sueño al padre, quien se preocupa y se pregunta porque no hacía nada al respecto. El film, en sus comienzos, recordará a ciertos tonos de colores y fotografía de Woody Allen. Incluso la forma de hablar de Paul y hasta algunas charlas sobre la neurosis, nos recuerdan al genio neoyorkino. Y sin dudas, el director bebe de las fórmulas más reconocidas de autores como Charlie Kauffman, Spike Jonze o Michel Gondry. La fotografía recurrirá a opacos y oscuros, lleno de marrones y azules. Los planos jugarán todo el tiempo con el salto entre lo real y lo onírico. Recurrirá a los primeros planos para enfatizar en las reacciones del protagonista y utilizará los planos subjetivos para ponerse en la piel de lo que ven los personajes. El montaje tendrá que conjugar muy bien lo que pasa en el plano real de lo que pasa en los sueños, ya que irá de un punto a otro con dinamismo. La banda sonora irá cambiando a medida que cambia el personaje y la música minimalista también nos recordará a ciertas obras de Allen. El guion llevará las riendas de la historia y el personaje principal se pondrá toda la curva dramática sobre sus espaldas. La película partirá desde la comedia, cuando Paul empiece a darse cuenta que es famoso para luego caer en el drama y terminar en una especie de terror, aunque esté lejos de serlo. 



El personaje de Cage subirá al Olimpo de la fama para caer abruptamente y desaparecer, casi como un homenaje a lo que fue la carrera del actor. El director mostrará una ácida crítica a las agencias de publicidad, que intentan vender un producto o posicionar a una persona a cualquier costo para desecharla cuando esta no les sirva más. También Borgli hará una crítica a la era de las redes sociales, a la viralización, la fama efímera y a la cancelación. Será en esos últimos minutos que la película girará y perderá la fuerza del comienzo entrando en un laberinto del que alguien como Nicolas Cage puede salir. La fama de Paul será el fin de su tranquilidad, de su matrimonio y de su aburrida vida como profesor. Quizás problemas que estaban escondidos y que salieron a la luz por culpa de los sueños. Y así su aparición en sueños pasó de ser un mero testigo a un asesino que asustaba a la población. ¿Cómo reaccionaríamos nosotros estando en el lugar de Paul? ¿Cómo reaccionaría la sociedad? Borgli muestra que en este mundo agitado lo llevaría a lo más alto para después dejarlo caer y patearlo en el piso. Y creemos que está en lo cierto. Ya sobre el final, aparecerá la tecnología para acapararlo todo. Quizás en el futuro, exista ese aparato para poder desde ahí, transformarte en El hombre de los sueños.

 

Marcelo De Nicola.-

 

Canción post impresiones

 


UNIVERSO BORGLI

 


Kristoffer Borgli nació el 9 de agosto de 1985 en Oslo, Noruega. Creció en un pequeño suburbio a las afueras de Oslo, donde el skate y la realización de vídeos dominaron su juventud. A los 16 años, trabajó en una tienda de vídeos durante unos tres o cuatro años, lo que despertó su interés por el cine y lo inspiró a dedicarse a la cinematografía. El primer largometraje de Borgli fue DRIB, "un documental real basado en una bebida energética falsa". Su segundo largometraje es Enferma de mí de 2022, una historia sobre una relación, el arte contemporáneo y la creación de identidades/personalidades alternativas. Su último film fue El hombre de los sueños, con Nicolas Cage, con el que empezó a ser reconocido por los críticos y el público.

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: Dream Scenario

Año: 2023

Duración: 96 min.

País: Estados Unidos

Dirección: Kristoffer Borgli

Guion: Kristoffer Borgli

Reparto: Nicolas Cage, Julianne Nicholson, Dylan Gelula, Lily Bird, Jessica Clement, Michael Cera, Dylan Baker, Tim Meadows, Kate Berlant.

Música: Owen Pallett

Fotografía: Benjamin Loeb

 

PELÍCULA COMPLETA

miércoles, 18 de junio de 2025

BEGINNING - DASATSKISI DE DEA KULUMBEGASHVILI

PROGRAMA 468 (23-05-2025)

 

SINOPSIS

 

En un tranquilo pueblo de provincias, una comunidad de Testigos de Jehová es atacada por un grupo extremista. En pleno conflicto, el mundo de Yana, la esposa del líder de la comunidad, se desmorona lentamente. La insatisfacción interior de Yana crece mientras lucha por encontrar sentido a sus deseos. (FILMAFFINITY)

 

EDITORIAL

 

El silencio trajo la noche inmensa. Esa noche en la que pasamos los días enloquecidos en nuestra propia oscuridad, atrapados como ratones que corren en su rueda hasta morir de cansancio, arrojados torpemente en los rincones de nuestra arrogancia. Fueron nuestras manos las que apagaron las estrellas. Con aquella calma homicida, una a una, en ese erotismo propio de la sangre, en la perversión infinita de todo aullido. Fue con el poder de nuestros mitos, con la magia misteriosa de nuestros fantasmas; la proyección de nuestros temores encendió sus fauces y quemó para siempre sus rituales. Fue allí que llenamos este paraíso de soledades y de ausencias. ¿No ven nuestras manos llenas de sangre? ¿No huelen aquel olor a muerte que acompaña toda nuestra existencia, que camina a nuestro lado como una sombra ineludible, como una marca insoportable que proyecta sobre la tierra aquello que realmente somos? Nos abrimos paso sobre sus caminos, sobre sus metas, sobre sus cuerpos. Fueron compañía y nos aburrimos, fueron barro y lo pisamos, fueron costilla y la quebramos. Les trajimos el infierno porque nunca soportamos el nuestro. Pero entonces cambiaron los tiempos. Nos convencimos un día que ya no éramos los mismos, que éramos mejores. Que habíamos evolucionado. Que la época había cambiado y que nos exigía nuevas respuestas, nuevos desafíos. Miseria. Tristes mentiras para hombres tristes. 



Nos cansamos de nuestra propia farsa e inventamos una nueva. Matamos a dios y encendimos el sol. ¿Para qué?  Ya no importaba el silencio, en la palabra misma se escondía la muerte. En su sentencia, en aquello que enunciaba y regulaba, en aquello que iluminaba o arrojaba para siempre a la sombra del olvido. Allí estaba su filo, su peligro inminente. La palabra perversa, la palabra normativa, la palabra violenta, la palabra performativa y la palabra especulativa. La palabra que condena, la palabra que nombra y la que deshumaniza, la palabra que crea pero también aquella que encierra y conceptualiza. La palabra que ama “hasta que la muerte nos separe”, la palabra que nos hace el uno para el otro, y que nos bautiza y la palabra, claro, que nos da el perdón. La palabra que nos declara sanos o nos nombra locos. La palabra que nos autoriza o silencia para siempre nuestro yo. Desde allí el hombre maneja el poder, somete y gobierna. Desde allí el hombre es hombre y forma sociedad, y forma también saber y hasta escribe esto que hoy leemos. Desde allí el hombre, marca el nuevo comienzo.       

 

Lucas Itze.-

 

Canción elegida para la editorial

 


IMPRESIONES SOBRE BEGINNING

 


¿Cómo fue el comienzo de todo? El Génesis nos cuenta algo. La historia, los libros, los mitos nos van creando capítulos. ¿Qué será lo cierto? ¿Lo dicho y lo no dicho? Nombres, eventos, muertes, sacrificios, todo es parte de la vieja historia ¿Acaso estás pensando en un nuevo sacrificio? ¿Cuál sería el tuyo? ¿Será el mismo Dios el que te lo pida? Quizás habrá que encontrar nuevos relatos para evitar más sacrificios, más sangre inocente derramada. Más tierras destruidas y saqueadas. Más violencia, más temor. El mundo se destruye entre el odio que los mismos poderosos infunden. Y la mente colapsa. La salud mental para algunos es un juego. El maltrato físico y el psicológico van de la mano. Y el abuso está a la orden del día. En ciertos países todavía es más notorio. Las sociedades patriarcales siguen existiendo y controlándolo todo. Y las tragedias se suceden. Y los historiales se revisan y se ponen a prueba. ¿Quién es la víctima y quién el victimario? En muchos casos, los roles cambian mediática o informativamente. ¿Y sí todos somos víctimas de este sistema perverso? Las redes sociales apuntan y disparan. Son nuestras nuevas Génesis contando el minuto a minuto. La vida en directo. La muerte también. El miedo marca tendencia. Ya no importan ciertas libertadas porque fueron arrasadas por otras en nombre de la libertad, paradójicamente. Y hay un ejército de mentes desarropadas manteniendo en alza sus pensamientos. Los ejércitos del odio emboscan a cada instante. Una foto… pum, el aire estalla y la gente cae. Un comentario y todo se sale de control. Literal y metafóricamente. En la cara o en el teclado. Y el poder como testigo y parte. 



El temor vuelve a aparecer. Nadie está exento a todos estos ataques. Se siente en el aire, la tensión es eterna. ¿Será el final, cuando? ¿Y cuándo fue el comienzo? Yana, la protagonista del film Beginning de Dea Kulumbegashvili se debe preguntar lo mismo. Y nosotros nos preguntaremos hasta cuando aguantará. Estamos ante un clásico film de autor, la joven cineasta georgiana bebió de las grandes obras de Tarkoviski, Dreyer, Godard y hasta Haneke y lo trasladó a nuestros tiempos. Nada mal para un debut. La historia transcurre en un pueblo de las afueras de Georgia. Una mujer reta a un grupo de niños dentro de una iglesia. Son testigos de Jehová. Luego, el pastor (que es el marido de la mujer) empezará una charla. Es un plano general y un encuadre frontal que muestra el interior de esa iglesia y no se mueve de ahí. Se ve como entra el sol de forma natural por las ventanas. De pronto, el horror. Alguien ingresa y arroja una bomba molotov que explota y empieza a incendiar el lugar. El autor o los autores están fuera de campo, la cámara sigue quieta, van ocho minutos, somos testigos impávidos de lo que puede ser una masacre. Quizás, somos Dios viendo todo. La escena siguiente es un plano general de una mujer con un niño al costado, con un árbol enorme al otro costado de la pantalla. Las semejanzas con el árbol de la vida no tardan en aparecer. La directora ya nos ha cautivado. Ahora será el turno de contar la historia. El film tendrá una composición de planos magistral. Sus encuadres serán del mismo tenor. La fotografía ayudará de manera creativa a la idea de la directora. Los planos secuencia serán estéticos y estáticos. A lo largo de todo el film, la cámara estará generalmente quieta. Habrá unos leves paneos, pero cuando eso pase, tendremos que estar atentos porque la tensión sobrevolará el ambiente. Los pocos, pero interesantes diálogos serán parte de ese guión que no necesita mucho más para explicar. 



El sonido ambiente será parte de todo ese paisaje, parte de toda esa historia que parece estar por explotar. La película mostrará el sistema patriarcal aún en los momentos más vulnerables. Aparecerá un detective y será quien abuse de la protagonista en el primer paneo que tendrá la película. Luego todo se intensificará. El poder, el que debe investigar, otra vez corrompiendo la intimidad más vital posible. Ia Sukhitashvili, quien interpreta a Yana, nos regala una actuación impresionante. Sus miradas, sus gestos, no hacen otra cosa que mostrar su conflicto interno. Mostrar esa asfixia que está viviendo, cosa que contemplan los mismos planos. Ese bloqueo de emociones se hace evidentemente más crudo durante la curva dramática que vive el personaje. La calma antes de la tormenta. El desasosiego, la frialdad, antes que estalle todo. Y donde no siempre lo importante está en plano. El fuera de campo surge como el modo de estar al acecho, el peligro que se viene. Los que lanzan la bomba molotov, el detective cuando la encuentra fuera de la casa o el hijo en el bosque muestran lo que el encuadre decide mostrar y cómo. Allí radica la magia, en esos planos, encuadres, iluminación y fotografía, que exponen los sentimientos de la protagonista, como ese plano cenital de varios minutos donde ella está acostada con los ojos cerrados en el bosque, ese momento de paz eterno, que hasta el silencio lo envuelve todo, donde no responde ni ante los empujones de su hijo que la llama. El tiempo también como parte importante, siempre presente, sin importar cuánto corra. Es el momento del quiebre. Habrá una charla de Yana con su marido, se verá otra vez profanada desde los cuestionamientos. Y la crítica a esta sociedad que cuestiona a las víctimas en lugar de protegerlas. Será entonces el momento de un nuevo sacrificio que acecha. Y más de un cadáver exquisito para completar la obra.

 

Marcelo De Nicola.-

 

Canción post impresiones

 


UNIVERSO KULUMBEGASHVILI

 


Kulumbegashvili nació en Oriol, Rusia (Oriol), y creció en un pequeño pueblo llamado Lagodekhi , al pie de las montañas del Cáucaso en Georgia . Su cine se ha inspirado en su experiencia de crecer en un lugar con tanta mezcla de etnias y nacionalidades. Se fue a Nueva York , donde se matriculó en el curso de Estudios de Medios en The New School , antes de obtener una Maestría en Bellas Artes en Dirección de Cine en la Escuela de Artes de la Universidad de Columbia, donde se matriculó en 2014. Su debut llegó con el cortometraje, Invisible Spaces (Ukhilavi Sivrtseebi), que fue nominado a la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes de 2014. El segundo corto se llamó Lethe y luego llegó el documental City of the Sun. En 2017 dirige otro corto llamado Pría y en 2020 llega su primer largometraje, Beginning, que tuvo muy buena repercusión en el mundo. En 2024 llega el segundo largo: April, sobre una ginecóloga que enfrenta un dilema moral luego de la muerte de un recién nacido durante un parto.

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: Dasatskisi

Año: 2020

Duración: 125 min.

País: Georgia

Dirección: Dea Kulumbegashvili

Guion: Dea Kulumbegashvili, Rati Oneli

Reparto: Ia Sukhitashvili, Kakha Kintsurashvili, Rati Onelli.

Música: Nicolas Jaar

Fotografía: Arseni Khachaturan

 

PELÍCULA COMPLETA