SINOPSIS
Una comedia
romántica... con zombies. La vida de Shaun (Simon Pegg) es un callejón sin
salida. Se pasa la vida en la taberna local, "The Winchester", con su
íntimo amigo Ed (Nick Frost), discute con su madre y descuida a su novia, Liz
(Kate Ashfield). Cuando Liz le deja plantado, Shaun decide, finalmente, poner
su vida en orden: tiene que reconquistar el corazón de su novia, mejorar las
relaciones con su madre y enfrentarse a las responsabilidades de un adulto.
Pero, por desgracia, los muertos están volviendo a la vida, y tratan de devorar
a los vivos. Así que Shaun tendrá que enfrentarse a un problema más. Armado con
un palo de cricket y una pala, emprende una guerra sin cuartel contra una horda
de zombies para rescatar a su madre, a su novia e incluso, aunque a
regañadientes, a su padrastro, al de su novia... llevándolos a todos al lugar
más seguro y protegido que conoce: "The Winchester". (FILMAFFINITY)
EDITORIAL
Hemos hablado más de una vez sobre las características particulares que definen a ese animal narrador que somos. Aquel ser atravesado por el lenguaje, que habla y que a su vez es hablado. Aquel homo sapien, ese hombre sabio que soltó la piedra para erguirse sobre la vertiginosa y siempre inexacta estructura del lenguaje. La palabra, sin duda otra piedra. Marx lo pensaba como el animal que trabaja. Entender lo humano es entender al ser produciendo, es entenderlo en su organización del trabajo con el otro. Es entender todo aquel entramado de poder cuyo objetivo final no es otro sino la organización propia del trabajo. La historia de la humanidad entonces, es la historia de la lucha de clases. Mejor decirlo pronto: Si el trabajo que tenemos no lo elegimos ni se corresponde con nuestro deseo, entonces el ser no se realiza como humano. El ser, queridos amigos y amigas, trabaja para sobrevivir. Trabajamos por un salario siempre injusto, aceptando tareas que nos son impuestas lo que nos lleva a concluir tristemente que nada de lo que hacemos tiene algún sentido. Decimos que todo salario es injusto por que supone la inmoralidad de la peor de las traiciones, una no realización propia. Trabajamos siempre para otro, para el beneficio real de ese otro, un otro que se lleva siempre el fruto de nuestro esfuerzo y eso es frustrante, angustiante y claro, enajenante.
Los engranajes que movilizan al mundo se aceitan inaceptablemente con vidas
humanas y tal como dice Michel Onfray,
al inadmisible precio de la salud psíquica y la integridad corporal de quien lo
ejerce. Sacrificar hombres y mujeres a los imperativos económicos, dejar de
lado la singularidad en beneficio del conjunto son los trágicos objetivos que
este sistema ostenta. Y en aquel conjunto estará el hombre masa, aquel hombre
incapaz de acceder a una instancia superior. Dentro del conjunto seremos
siempre lo mismo estancados sobre el aberrante peso de una palabra, de una
definición, de una clase. En aquel conjunto se definirán injustamente nuestras
posibilidades, nuestras oportunidades, nuestro miserable futuro. Nos alejaran
de nuestras familias por un salario, escupirán sobre nuestros deseos en el
sonar de una sirena, nos impondrán una jornada agobiante, infinita
estúpidamente injusta y hasta seremos nosotros mismos quienes buscaremos alargarla
en beneficio de un mínimo rédito económico. Tener más, siempre más, para no
llegar nunca. No viviremos nuestra vida, sino la vida de otro. De aquel dueño
de las máquinas, aquel maldito capitalista que jamás conoceremos su cara ni su nombre.
Sobre su tumba escupirá el ultimo de nosotros y con el último de los esfuerzo
levantará su copa. Aquella copa sucia de esclavo. Aquella copa vacía de sueños.
Aquella copa repleta de nada, esa última copa que nos dejará muertos
de risa.
Lucas Itze.-
Canción elegida
para la editorial
IMPRESIONES SOBRE MUERTOS DE RISA
¿Y si no hay
mañana? Cuántas veces en estas tertulias hemos intentado responder esta
pregunta que nos hacemos desde el principio de nuestros días. ¿El miedo nos
dejaría quietos o intentaríamos escapar para sobrevivir? Hace muchos años,
cuando este programa estaba dando sus primeros pasos, charlamos de quizás el
film menos reconocido, y no por ello menos importante, de nuestro admirado Martin Scorsese. Hablamos de After Hours, donde el neoyorkino hacía
una crítica de la alienación en esos años ochenta. Y nuestro compañero Lucas decía lo siguiente: Ayer, una
pared me gritaba en la cara “¿Que harías
si no tuvieras miedo?”. Mi respuesta no es otra más que animarme. Animarme a
mirar con tus ojos, a usar más tiempo para equivocarme. Animarme a caminar
distinto, a desconfiar de mi lógica, a buscar otros barrios. Quizás ese
animarse al cambio fue lo que terminó motivando a Shaun a que el miedo no lo
paralice. Hablamos del protagonista de Shaun
of the Dead del británico Edgar
Wright, que aquí se tradujo con el facilón título de Muertos de risa, como aquella película de Alex de
Tenía que venir entonces esta dupla conformada por Pegg y Wright para mostrar que detrás de esa sátira, de las risas y los gags, se podía encontrar una crítica social sin ser una acumulación de planos. Y nadie mejor que los ingleses para encontrar ese humor ácido y crítico dosificado en partes iguales, como lo hacían los inolvidables Monty Phyton o en estos tiempos el políticamente incorrecto Ricky Gervais (como en la original The Office o la reciente After Life). El film contará la historia de Shaun, un inmaduro londinense en la que el pub de la esquina, Ed (su amigo con quien convive) y la cultura pop (cine, videojuegos, vinilos) son parte de su rutinaria vida. Y es la suma de cosas por la que su novia Liz, decide dejarlo. Y luego de un breve momento de amargura Shaun se da cuenta que debe cambiar, aunque no cuenta con que algo tremendo está azotando a la ciudad: los zombis. El film seguirá una historia lineal donde a medida que avancen los minutos, las trabas que encontrarán los protagonistas serán más complejas. Luego de la presentación de personajes, con imágenes estilo sitcoms incluidas, seguiremos atentamente la evolución del protagonista, que crece a medida que toma fuerza la trama. Veremos en algunos momentos efectos de montaje estilo videoclip y allí recordaremos a directores como Danny Boyle con Trainspotting y sobre todo, Darren Aronofsky con Réquiem por un sueño. Encontraremos esos cortes rápidos al estilo de otro británico como Guy Ritchie para que las elipsis mantengan su ritmo narrativo. No faltarán homenajes a los grandes del género, como George Romero (desde el nombre del film directamente) o Sam Raimi, particularmente en las escenas más gore de la película. Encontraremos unos travellings donde seguimos a Shaun por el barrio, desde la casa hasta el mercado mientras la música suena de fondo.
La banda musical,
realizada por Pete Woodhead y Daniel Mudford, también será un
componente importante, con Queen a la cabeza en una de las escenas más salvajes
del film. Se basaron para idearla en la banda italiana Goblin, quienes musicalizan el filme Dawn of the Dead de George
Romero del año 1978, e incluso se puede oír diálogos de esa película. Si
bien no habrá planos o encuadres especiales si se utilizarán los movimientos
rápidos de cámara para jugar con el efecto de la sorpresa y de la tensión. La
fotografía pasará de la claridad natural del día a la oscuridad del bar por la
noche para hacerse cada vez más lúgubre sobre el final. Estará en el casting
uno de los grandes aciertos, ya que los personajes conforman un grupo en donde
no habrá súper héroes sino que todos intentarán salvarse como puedan,
básicamente un grupo de perdedores que tendrán que encontrar la salida. Las
risas se apagarán y sobre el final se hará más dramática, como la vida misma.
Será la media hora inicial donde tendremos que tener el ojo más atento. Veremos
un colectivo lleno de caras perdidas, alienadas y que no se diferenciarán en
nada con los zombies que aparecerán más adelante. Encontraremos en Shaun y Ed
personas sin ambición ni intereses por cambiar su vida, como si fuese ese No
Future reinante del que hablaban los Sex
Pistols allá por fines de los ´70. Como todo capitalismo mercantil, algunos
zombies sobrevivientes serán utilizados como esclavos, ya sea en un comercio o
en el fondo de una casa. Será el fiel reflejo de esa juventud británica
perdida. La alienación entonces es parte de este consumismo que nos persigue
desde que abrimos los ojos. En los medios, en las autopistas o hasta en una
parada de colectivo. Para mantenerte ocupado y no pensar por si mismo. Quizás
entonces pensar en el mañana sea la única manera de lograr salir de esta sátira
que se ha convertido nuestra vida. Entonces llegará el tiempo de correr para
escapar de nosotros mismos antes de que terminemos convertidos en zombis.
Marcelo De
Nicola.-
Canción post
impresiones
UNIVERSO WRIGHT
Edgar Wright
nació el 18 de abril de 1974 en Dorset, Inglaterra. Su pasión por el cine fue
gracias a un miembro de su familia que le regaló una súper 8. Más adelante le
regalaron una cámara de video 8 con la que empezó a realizar cortos, y llegó a
ganar una competencia en el programa de tv Going
Live. Generalmente se trataba de parodias de distintos géneros populares.
Entre 1992 y 1994 estudió diseño audiovisual en Bournemouth. Su primer film
llegó en 1995 con sólo 20 años y con lo mejor que saber hacer: parodias. El
film se llamó A Fistful of Fingers
(Por un puñado de dedos) y era un western donde homenajeaba a los clásicos de Sergio Leone. Más adelante dirigió
varias comedias del canal Paramount Comedy, donde conoció a quienes fueron sus
socios durante varios años: Simon Pegg
y Jessica Hynes. Ellos crearon Spaced para Canal 4 y lo llamaron para
ser parte de ese proyecto, que con sólo dos temporadas de 7 episodios cada una,
se transformó en una de las series inglesas más importantes de todos los
tiempos. Era una historia sobre un dibujante de cómics y una actriz frustrada,
donde se mezcla la rutina, la ironía y el surrealismo, todo relacionado con la
cultura pop. Luego llegó su segundo largometraje, Muertos de risa, donde volvía a utilizar las armas que mejor le
sentaban, esta vez con zombis de por medio. Así da comienzo a lo que se llamó
Pone fin a la trilogía del Cornetto con Este es el fin donde cinco amigos de la infancia se reúnen después
de 20 años porque uno de ellos está empeñado en volver a probar suerte en un
maratón alcohólico que nunca pudieron llegar a completar pero no saben que se
viene el apocalipsis, otra sátira esta vez sobre la ciencia ficción, con
excelentes críticas y sus dos actores de siempre. En 2017 filma Baby, el aprendiz del crimen, la
historia de un joven y talentoso conductor especializado en fugas, depende del
ritmo de su banda sonora personal para ser el mejor en lo suyo. Un film de
robos y atracos al ritmo de la musicalización de la película, con un montaje
exquisito. Para este año se planea el estreno de Last Nigh in Soho, con nuestra Anya
Taylor-Joy como protagonista. Un trhriller ambientado en el Soho londinense.
Y ya estamos esperando verla...
FICHA TÉCNICA
Título original:
Shaun of the Dead
Año: 2004
Duración: 99 min.
País: Reino Unido
Dirección: Edgar Wright
Guion: Edgar
Wright, Simon Pegg
Música: Dan
Mudford, Pete Woodhead
Fotografía: David M. Dunlap
Reparto: Simon
Pegg, Kate Ashfield, Nick Frost, Dylan Moran, Lucy Davis, Bill Nighy, Penelope
Wilton, Peter Serafinowicz, Martin Freeman, Jessica Hynes, Rafe Spall, Nicola
Cunningham
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