EDITORIAL
El
fuego crece lentamente. Las llamas devoran todo a su paso. El corazón late más
rápido, tratando de escapar del incendio. Son los primeros avisos. Las primeras
miradas escondidas lograrán un efecto rebote. Será un pequeño juego que
comenzará como un secreto. Un juego donde cada uno es protagonista de su propio
destino. Un secreto que será solo suyo, aunque se quiera gritar con toda la
voz. Será el punto de partida para un circuito de deseos que se convertirán en
pasiones. Serán crueles esos primeros verdaderos intentos de florecer. Quedarán
marcas para toda la vida. El cuerpo se entregará a la pasión en un acto sexual
inhibido, con mirada de telefilm. La nueva aventura tendrá a los ojos de los
buitres olfateando cada paso, pensamientos sacados de siglos anteriores,
idolatrando una falsa moral totalmente muerta. Será la propia revolución
interior la que permitirá evitar darle de comer a los lobos, que tendrán que
ahogarse en su propio vómito.
Será la fortaleza mental la pieza clave para
transitar ese recorrido, donde las primeras vueltas serán la exploración del
nuevo territorio. Se generarán dudas que prontamente serán disipadas. Momentos
que quizás podrían ser insignificantes, perdurarán en el recuerdo. Un objeto,
una mirada, una simple palabra. Y también, como en toda historia donde haya
pasión, llegará el adiós. El adiós será frío, como todas las despedidas. Se
venderá el corazón al mejor postor, que aprovechará la oferta, casi sin
esforzarse. Pasarán horas, días, luego transformados en años, pero una pizca de
esos sentimientos seguirá rebotando entre las angostas venas. De repente, se
erizará la piel, como si un fantasma se posara sobre los hombros. Una mirada se
clavará nuevamente y encontrará esos ojos, y el aroma de esa piel, ya no tan
joven. Habrá un abrazo con suspiros de perdón, y las palabras no harán falta.
El tiempo retrocederá eternamente. Las luces de los autos se detendrán en un
pasado perfecto. Los lienzos de las sábanas volarán por los aires, como cuando
eran jóvenes adolescentes. Será la noche eterna, y será única. Será el secreto
guardado año tras año, que servirá para revivir una vida extinta. Será amor,
será pasión, será historia, como lo había sido una vez…
Marcelo
De Nicola.-
Canción
elegida para la editorial
El
tema que suena durante la película
IMPRESIONES SOBRE LA VIDA
DE ADÈLE
Teniendo
en cuenta la temática que hoy nos convoca, no estaría mal comenzar hablando sobre el amor, hablar sobre la
importancia que tiene para tantos dar aquella batalla. No sería erróneo
recordar los dichos del artista gráfico ligado al impresionismo y el
simbolismo, James Whistler, donde
anunciaba con especial claridad: “Art
Happens” el arte sucede y transpolar tal como lo hiciera Borges alguna vez, aquel dicho al amor.
El amor sucede. La flor es porque si, dirá en su poema Angelus Silesius, sin dar más explicaciones.
Sin dudas el inicio de todo esto hubiera sido otro, pero hoy, es tal vez otra
la llama que nos congrega. Hoy tal vez, los que este lugar ocupamos, miramos
con triste descreimiento aquellas metáforas que antes nos conmovían. Hoy
quizás, mis amigos, nuestras bocas reconocen con certeza el agrio sabor de las
derrotas y las penumbras nos encuentran acongojados tras la pérdida de aquella
inocencia, tan necesaria tanto para el amor como para el arte. Si yo pudiera
como ayer, querer sin presentir, nos lanzará Discepolo en el verso más triste y desesperado que jamás se haya
escrito nunca. El amor, es el virus. El amor está lleno de ansiedades, de
dudas, de exigencia y perversidad. El amor, ha encerrado a la aventura dentro
de una casa y ha tirado las llaves para siempre. El amor ha proyectado,
instalándose en un futuro inexistente, nos ha hecho dependientes y ha duplicado
ese dolor causado por aquella angustia que es todas las angustias, aquel
terrible padecimiento, sombra de todos los seres, proveniente del sentimiento
trágico de la vida, el sentimiento de saber que un día, sin saber cuándo ni
dónde, vamos a morir.
Amar, es entregar el timón y dejarse gobernar por el
otro. O como lo señalara el poeta Oliverio:
es un pretexto para adueñarse del otro, para volverlo tu esclavo, para
transformar su vida en tu vida. Y en aquella batalla se encontraron alguna vez Adele y Emma, y fue aquella pasión la que se abrió camino sobre la curva
dramática sobre la cual este relato se crea. El film trabajará la exploración y
reconocimiento sexual de Adele, una bella adolescente interesada en la
literatura quien se enamorará de Emma, una artista grafica estudiante de bellas
artes. Será a través de una novela que lee nuestra protagonista, cuyo nombre
entra en juego directo con el del film, “La vida de Marianne” de Pierre de Marivaux, desde donde se justifique la
estética de la película. Alguien se quejará porque la novela es demasiado
descriptiva, ella contestará apasionada que aquellas descripciones hacen al
personaje del libro, que Marivoux busca con ellas que el lector experimente lo
que la protagonista siente bajo su piel. Allí entonces, estará también el juego
del director Kechiché, respecto del
sexo explícito narrado en el film. La fotografía del relato apoyará también esta
idea trabajando la gran parte de la obra con tamaños de cuadro cortos.
Por lo
general no superará el plano entero, centrándose en los primeros planos y
planos detalles. Por momentos será sofocante, tanto como la pasión vivida entre
ambos personajes. La cinta contará con excelentes actuaciones, las cuales por
momentos sentiremos improvisadas por la frescura y naturalidad que expresan.
Llegará entonces, la traición y se alimentará de aquella preciosa construcción
tan firme en experiencias nuevas, en reafirmaciones y libertades. Caerá
dolorosamente aquella bella obra que fueron. Caerá desnudando al ser humano,
caerá mostrando lo peor del virus. Adele no podrá olvidarla jamás, y quedará
atrapada en aquellos besos que ya no existen. Emma, continuará con su vida, aun
habiendo fallado también en lo que sea que el olvido propone. Asistiremos a una
última muestra de los cuadros de Emma, y algo se romperá en nosotros también al
notar que la modelo de sus pinturas ya no es Adele. Entenderemos, entonces, que
el gran dolor que conlleva el virus del amor, aquel sentimiento que abraza la
ausencia, no es otro que el saber que uno deja de ser la musa del otro, deja de
inspirar al otro, en aquella mentira que implica el arte. Tal vez el amor
busque convencernos de que somos mejores. Tal vez la única manera de escapar a
aquella realidad sea corriendo más rápido que ella. Cuando el cansancio nos
llegue, espero tenerte a mi lado. Solo así, evitaremos la nostalgia al recordar
aquel Amor de Juventud.-
Lucas
Itze.-
Canción
post impresiones
Les
presentamos a Keny Arkana
Y nos fuimos con otro gran tema de ella
FICHA TÉCNICA
Título original: La vie d'Adèle
- Chapitre 1 & 2
Año:
2013
Duración:
180 min.
País:
Francia
Director:
Abdellatif Kechiche
Guion:
Abdellatif Kechiche, Ghalya Lacroix (Novela gráfica: Julie Maroh)
Música:
Varios
Fotografía:
Sofian El Fani
Reparto:
Adèle Exarchopoulos, Léa Seydoux, Salim Kechiouche, Mona Walravens, Jeremie Laheurte, Alma Jodorowsky, Aurélien Recoing, Catherine Salée, Fanny Maurin, Benjamin Siksou, Sandor Funtek, Karim Saidi
SINOPSIS
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