viernes, 28 de octubre de 2016

ROMPIENDO LAS OLAS - BREAKING THE WAVES


EDITORIAL

La flor creció sobre un campo seco. El agua no llegaba del todo a saciar su sed. El pasto cada vez más amarillento coloreaba una atmósfera densa y aburrida. Algunas plantas se marchitan antes de empezar a generar sus primeras flores. Esta, sin embargo, crecía sola, debilitada y con miedo a morir ante la primera ventisca.
El tallo se fortaleció con el tiempo. Creó espinas como anticuerpos, pero a medida que intentaba crecer, sus ramas eran podadas para empequeñecer su tamaño. Pese a su lucha interior, le costaba comprender esa animosidad, ese inerte intento de dejarla crecer, esa inútil manía de desterrarla del mundo.
Ser una hermosa flor en el medio de un campo abandonado, no es indicio de una buena vida. Ciertas flores crecen y mueren sin llegar a obtener nada a cambio. La inocencia juega a los dados con la muerte en cualquier esquina, esperando devorar esos sueños lejanos.
El más fuerte, como siempre, vence. Los ojos pálidos regresarán entre lágrimas, recordando bellos momentos de gloria, que no serán más que un espejismo en una oscura habitación. Las cruces dominarán el decorado y las palabras volarán sin siquiera poder ser escuchadas.


Palabras que serán apresadas y dinamitadas. Encerradas en un ático desarmado, mientras el corazón transita sus últimos latidos. Ese músculo se desgarrará ante los llantos más anárquicos. La voz será silenciada bajo ruidos de campanas y falsas canciones de fe y esperanza. Una vez más, la inocencia fue ultrajada salvajemente, sin derecho a defenderse.
Las lágrimas recorrerán la blanca piel por última vez, el tallo finalmente será arrancado por la inundación, para quedar a la deriva. El agua ahogará todo a su paso, sin importar lo que encuentre. Será el final. Ese maldito final que no queremos que llegue. Nos engañamos sabiendo que otra vida mejor era posible. Nos ilusionamos con que la flor crezca y se transforme, como por arte de magia, en parte de un bosque encantado. Pero la realidad siempre es más cruel. Estaba destinada a ser aplastada, a quedar así, sola... rompiendo las olas de un mar que se llevó hasta esas alas invisibles que la mantenían luchando contra viento y marea...

Marcelo De Nicola.-

Canción elegida para la editorial



IMPRESIONES PARA ROMPIENDO LAS OLAS


En ciertos momentos de la vida se nos ocurre decir que amamos esto o aquello. Que nos enamoramos de mil cosas diferentes. Que nos generan amor ciertas personas, animales o hasta cosas. Pero yendo a algo un poco más complicado: ¿Qué es el amor? ¿Que está dispuesto a hacer uno por amor? ¿Existe el amor pleno o es una simple concepción? Si empezamos a indagar entre nosotros mismos, nos encontraremos en la diatriba de discutir sobre diferentes puntos de vista. Siguiendo con un manual de preguntas, podríamos preguntarnos que estaríamos dispuestos a sacrificar en nombre del amor... ¿y en nombre de Dios? ¿Son compatibles las referencias a Dios cuando hablamos de amor? ¿Existe un Dios? Podríamos estar horas debatiendo y nunca llegaríamos a una conclusión definitiva, es más creo que en este momento, muchos de ustedes se estarán haciendo estas mismas preguntas.
Eso es lo que nos invita a preguntarnos ese genio enfermizo que es el danés Lars Von Trier en su film Rompiendo las olas. Lars, es sin dudas, uno de los directores más duros a la hora de contar una historia. Llevando la carga emocional al límite, no anda con vueltas y suele ir al punto de la cuestión con una manipulación aterradora, para que el espectador sienta en carne viva lo que pasan sus personajes. Y se hagan la misma pregunta que ellos. La película será la primera parte de lo que el director llamó Corazón dorado, luego completada con Los Idiotas y Bailarina en la oscuridad


El nombre de la trilogía, está basado en el cuento para chicos Corazón de oro, escrito por Guld Hierte, que cuenta la historia de una niña que cruzó un bosque dando todo lo que tenía y cuyas última palabras, cuando salió desnuda y sin nada, fueron “he logrado salir bien, a pesar de todo”. El film nos contará en 7 capítulos y un epílogo, algo que hará en posteriores films, la historia de Bess, una joven que vive en un pueblo costero de Escocia. La descubriremos el día que los ancianos, se reúnen en la iglesia para dar autorización a su casamiento con un joven extranjero que trabaja en una plataforma en el mar. Veremos que la sociedad es bastante religiosa, calvinista y patriarcal, y las mujeres no tienen palabra dentro del templo sagrado. El danés nos irá llevando con maestría a lo largo de la historia, cada capítulo estará presentado por imágenes, que representan a pinturas renacentistas, manipuladas digitalmente por Per Kikerby. El danés utilizará a la cámara como cómplice, tanto en las secuencias de cámara en mano como con los primeros planos, también encontraremos escenas donde la protagonista mirará a cámara para generar ese ida y vuelta con el espectador. La fotografía encontraba esa paleta de colores para las escenas de afuera, pero los colores fríos harán cada vez más sombríos los momentos tensos, como las escenas rodadas en la iglesia. Cada capítulo irá de la mano de una canción en un soundtrack por demás interesante. El film estuvo a punto de no hacerse, al no alcanzar el presupuesto necesario, el proyecto duró 4 años, pero logró terminarlo. 


Nos mostrará el debut de una Emily Watson enorme, que realza su trabajo a medida que van pasando los minutos. Bess amará a Jan más que a nada en el mundo, y su único deseo cuando el parte a trabajar, es que vuelva. Sus charlas con un Dios que es ella misma, un Dios tirano que es la imagen que crearon sus allegados de él, intentan convencerla de que debe esperar, aunque ella se niega a aceptarlo. Un accidente dejará a Jan al borde de la muerte y sin poder caminar, pero ella está convencida de que volvió gracias a sus plegarias. Ahí es donde ella se preguntará hasta donde lo ama. El punto de giro dramático se producirá cuando él le pida que se acueste con otros hombres, y le cuente sus historias. Ella accederá pensando que así será lo mejor para él. Bess volverá a sufrir inestabilidad emocional y psíquica, como cuando murió su hermano. Será Dodo, su cuñada, quien intentará curarla y sacarla de ese abismo. En Bess, veremos quizás algunos personajes en los que luego Von Trier nos revolverá los corazones. Veremos a Selma, esa madre que se está quedando ciega en Bailarina en la oscuridad, veremos a Grace, esa hermosa fugitiva de Dogville que nos mostrará lo miserable que es el ser humano. Pero también veremos a la Mouchette de Bresson o a la Nina de Nolan en el Cisne Negro. Veremos la doble moral en forma de fe. Veremos cómo obra el ser humano en nombre de Dios, usándolo como una simple excusa. Lars lanzará una enorme crítica hacia ellos, que matan y manipulan en nombre de Dios. Intentaremos que Bess huya de esa fe que le impregnaron, pero cuando lo logrará, será demasiado tarde. 


Escuchará al pastor decir que la perfección a los ojos de Dios, será a través del amor incondicional a las palabras o La Ley, y ella se atreverá no sólo a no entenderlo sino a decirles que se logra a través del amor al ser humano. Será expulsada y vilipendiada. Será la zorra del pueblo, será la que se atrevió a desafiar la palabra de Dios, desde su bondad e inocencia, pero sobre todo, desde el más puro amor. Nos pondrá bajo la lupa a Jan, quien quiere morir y quiere que Bess intente olvidarlo. No podrá, Bess hará el último sacrificio, entregar su propia vida para salvar la de su amor. A pesar de que la Iglesia no está en posición de castigar, la mandarán al infierno, mostrando así, una última crítica. La imagen del epílogo será un resumen del final, el puente como una pasarela entre la vida y la muerte, y el agua como una metáfora de la eternidad, así lo dio a entender el director. En ese final, Jan, milagrosamente repuesto, se la llevará para que no sea enterrada por quienes la maltrataron y tirará su cuerpo al mar. Unas campanas le darán la bienvenida a un nuevo sitio, será el paso al cielo de los buenos, quizás el nuevo cielo de Dios... La bondad y la inocencia dejaron todo por amor, Bess decidió que esas eran sus respuestas a nuestras preguntas del principio y nos terminó gritando en la cara que es amor lo que sangra...

Marcelo De Nicola.-

Canción post impresiones



Soundtrack del film






FICHA TÉCNICA

Título original: Breaking the Waves
Año: 1996
Duración: 159 min.
País: Dinamarca
Director: Lars von Trier
Guión: Lars von Trier
Música: Joachim Holbek
Fotografía: Robby Müller
Reparto: Emily Watson, Stellan Skarsgård, Katrin Cartlidge, Jean-Marc Barr, Udo Kier, Adrian Rawlins, Mikkel Gaup, Jonathan Hackett, Sandra Voe, Roef Ragas, Phil McCall, Robert Robertson, Desmond Reilly, Sarah Gudgeon, Finlay Welsh, David Gallagher

SINOPSIS


A principios de los años 70, Bess (Watson), una ingenua joven de un pueblo costero de Escocia, se enamora de Jan (Stellan Skarsgård), un hombre mundano que trabaja en una plataforma petrolífera. A pesar de la oposición de la rígida comunidad puritana a la que pertenece, Bess y Jan se casan. Tras la boda, él vuelve a su trabajo, y ella cuenta los días esperando su vuelta. Bess, una creyente devota, cree que su amor está bendecido por el cielo; pero un día sucede un terrible accidente. Primera película de la trilogía "Corazón dorado" de Lars Von Trier.

jueves, 27 de octubre de 2016

EL CIELO SOBRE BERLIN - DER HIMMEL ÜBER BERLIN


EDITORIAL

Esta mañana
hay en el aire la increíble fragancia
de las rosas del Paraíso.
En la margen del Eufrates
Adán descubre la frescura del agua.
Una lluvia de oro cae del cielo;
es el amor de Zeus.
Salta del mar un pez
y un hombre de Agrigento recordará
haber sido ese pez.
En la caverna cuyo nombre será Altamira
una mano sin cara traza la curva
de un lomo de bisonte.
La lenta mano de Virgilio acaricia
la seda que trajeron
del reino del Emperador Amarillo
las caravanas y las naves.


El primer ruiseñor canta en Hungría.
Jesús ve en la moneda el perfil de César.
Pitágoras revela a sus griegos
que la forma del tiempo es la del círculo.
En una isla del Océano
los lebreles de plata persiguen a los ciervos de oro.
En un yunque forjan la espada
que será fiel a Sigurd.
Whitman canta en Manhattan.
Homero nace en siete ciudades.
Una doncella acaba de apresar
al unicornio blanco.
Todo el pasado vuelve como una ola
y esas antiguas cosas recurren
porque una mujer te ha besado.

Jorge Luis Borges

Canción post editorial



IMPRESIONES SOBRE EL CIELO SOBRE BERLIN


¿Cómo sería decir "por siempre" "para siempre" "amén" y que así sea? Si atendemos a lo que Jorge Luis dice en "Los inmortales", en cada "amén" confluyen la totalidad de los estadios posibles. Es posible que sea la interpretación más acertada de la inmortalidad, de la infinitud, de lo eterno. Lo infinito es todas las cosas. ¿Cómo sería entonces ser todas las cosas? Sería  ser padre, madre e hijo a la vez. Sería haber tenido todos los nombres. Haber luchado todas las batallas, en todos los puestos. Sería haber sido rey, peón, amante, amado, pastor, lobo y oveja. Sería haber tenido todos los deseos, todos los asombros, todas las certezas, las angustias... "lo imposible (dice Borges) es no componer, siquiera una vez, la Odisea".
En ese mismo relato se expone la tesis de lo absurdo de las pretensiones de la vida eterna. Si lo eterno, lo infinito fuese nuestro estadio, entonces nos habríamos suicidado de todas las formas y por todos los motivos posibles. Y hasta la posibilidad de no ser, de no haber nacido nunca,  sería inherente a este estado de eternidad.


Lo eterno es "ser" porque nos pone en "armonía" con el cosmos. Y la gran pregunta es, cuándo se "es", cuando uno está siendo. Heidegger en uno de sus escritos en los que habla sobre "qué es la filosofía" nos dice que el ser es inherente, siempre se "es", es inherente al humano el hecho de "ser". Pero desliza que hay que preguntarse por el ser verdadero, el ser auténtico... Julio Cabrera en "Cine: 100 años de filosofía" piensa, en dialogo con pensadores, como el ya nombrado Heidegger, que el componente afectivo "ha dejado de ser un objeto de estudio (…) para transformarse en una forma de encaminamiento (...) esencial en el acceso al mundo".
La película de la que hoy hablaremos es nada más ni nada menos que "El cielo sobre Berlín" o "Las alas del deseo", como se la llamó en la traducción latinoamericana, del director Wim Wenders. Película narrada en un contexto de pos segunda guerra mundial. En un contexto, agreguemos, de una Alemania desviada, carente de ideales y de sentido, despojada y angustiada por la incertidumbre del por -venir. A esto puede sumársele el muro de Berlín que cae como un hacha sobre el pueblo alemán y de lo que se dirá esto de lo que significó para esta sociedad: “El pueblo alemán estalló en tantos estados como individuos.”. Es decir división, aislamiento y ensimismamiento de los de las personas... 


No habrá raccontos, porque la perspectiva de la narración estará centrada en la vista de unos ángeles que observaran a la humanidad desde el estadio de la eternidad. Más bien será lineal la historia, y digo más bien porque será de difícil cronologización. La cámara observará la vida humana casi todo el tiempo horizontalmente cuando no lo hace desde arriba. Tomas que propondrán al espectador el asombro de los ángeles cuando atestiguan la sensibilidad humana (que ellos no comprenden) cuando las tomas son horizontales y la abstracción de esto cuando es vertical. La cámara captará imágenes asimétricas y simétricas. La simetría será observable detrás del desorden este entendido como lo sensible, como lo incomprensible por parte de los observadores. La película se proyectará en blanco y negro cuando estos ángeles, que pululan en la ciudad, estén atestiguando desde la pura racionalidad, la vivencia terrenal de los personajes. El color, por supuesto, estará presente cuando las pasiones y los sentimientos llamen al espectador desde las experiencias del ángel Cassiel
La narrativa, poco a poco, se centrará en el deseo de uno de estos ángeles de atestiguar estas vivencias en carne propia. 


Hablamos de Cassiel, éste se enamorará de una bella y espiritual acróbata y no podrá resistir a la idea de vivir lo que ha atestiguado e incomprendido eternamente: lo sensible y efímero que extrañamente para estos ángeles participa de la eternidad. Desde su perspectiva la cámara comenzara a poner al observador desde abajo y las tomas comenzarán mezclarse entre grises y color exaltando las pasiones que han empezado a surgir, al menos desde la racionalidad, en el espíritu de Cassiel
Ahora...tomemos este concepto, "lo efímero", y relacionémoslo con las nociones de eternidad anteriormente esbozadas... ¿Qué es lo que el director nos quiere decir con que los carentes de una existencia terrenal posiblemente deseen existencia terrenal? A su vez lo contrario, o la contrapartida, ¿Qué quiere decir que nosotros como humanidad deseemos lo eterno? Todo parece inclinarse a lo que el deseo propiamente es. ¿Y qué es? Más arriba, quiero decir, anteriormente, coloqué una palabra que seguramente habrá pasado desapercibida porque no se le dio un lugar privilegiado, pero lo tiene: es el "encaminamiento", el estar en camino "hacia"... Lo eterno no nos es posible, solo el "encaminamiento" lo es. Así como tampoco, al menos desde nuestro punto de vista, está la posibilidad de la "completud" en el deseo, solo el ponerse en camino hacia… Ahí está lo divino, ahí está el ser "auténtico", en armonía con el cosmos.

Christian Soria

Canción post impresiones


Subido al límite
del viejo edificio
Angelito sonríe y se excita
de pensar en caer.
Caer caer
borde del atardecer
todo por un precipicio
se está haciendo tarde
y parece que va a llover.


Nick Cave, la música que suena en vivo



Otro temazo para el final


FICHA TECNICA

Título original: Der Himmel über Berlin (Wings of Desire)
Año: 1987
Duración: 128 min.
País: Alemania del Oeste
Director: Wim Wenders
Guión: Wim Wenders (Novela: Peter Handke)
Música: Jürgen Knieper
Fotografía: Henri Alekan (B&W)
Reparto: Bruno Ganz, Peter Falk, Solveig Dommartin, Otto Sander, Curt Bois, Hans Martin Stier, Elmar Wilms, Lajos Kovacs, Bruno Rosaz

SINOPSIS


Damiel y Cassiel son dos ángeles que sobrevuelan Berlin, separada por el Muro de la Vergüenza. Ambos divagan por una ciudad gris, tenue, casi abrazada a la depresión. Damiel ya no siente felicidad por ser un ángel, no quiere “vivir” así hasta la eternidad. El ángel, sin embargo, se encuentra con un actor que lo sorprende al reconocerlo. Pero es su amor por una bailarina, lo que lo hará capaz de sacrificar su inmortalidad…