PROGRAMA 127 (08-01-2016)
EDITORIAL
Un
día, sin entender porque, las cosas a su alrededor habían cambiado demasiado
rápido. La incertidumbre invadía todo posible pensamiento positivo, haciendo
tambalear la estabilidad que reinaba, al fin, en su espíritu. Quizás se había
confiado demasiado, dando por concluida aquella lucha que tanto sudor y sangre
dejo desparramada. Pero las calles ocultaron bien las heridas, las cascaras, y
cuando los ojos dejan de observar, la memoria es la primera en la cadena de las
traiciones. Acto seguido, se baja la guardia y el enemigo recupera su fuerza y
no perdona; tampoco olvida. Entonces, como un relámpago, vuelven las voces para
aturdir las mentes.
Él
sabía todo eso, pero también entendía que por el momento sólo debía esperar. Lo
único que importaba en ese instante era callar a esas malditas voces que
rondaban nuevamente en sus pensamientos; y nada mejor que el murmullo de un bar
como para no pensar por un largo rato. Salió de su casa en dirección a San
Telmo…
Recordó
la dirección de un viejo antro al que recurría cada vez que necesitaba drenar
los demonios de sus intenciones latentes, al llegar a aquel bar y ver sus
puertas abiertas de par en par, como dos brazos que extendidos te reciben
amigablemente, sintió alivio y se dejó llevar por sus pies hasta el asiento más
alejado y oscuro de aquel sitio.
Luego de un rato, de esos ratos ajenos a la
noción de espacio-tiempo en los que no se distinguen veinte minutos de seis
horas, y luego de haber probado el sabor de varias copas vacías, tuvo la
sensación de que ese murmullo tan ansiado, en realidad no existía. Era tal el
silencio de aquella aventura, que hasta las personas parecían moverse más
lentas y hasta perdían color en esa lucha contra la luz tenue de ambiente arrabalero
que hacía de aquel agujero una foto palpable de los tiempos de Roberto Arlt.
Quizás
en un intento de escapar, quizás por esos caprichos del destino, fue que
encontró la expresión exacta de la situación, dibujada en el rostro de una
mujer que, desde la otra punta del bar, parecía observar lo mismo que él.
Terminaron huyendo de aquel sitio muerto en busca de lo que ambos habían
coincidido luego de intercambiar un par de palabras. Se amaron en un pasaje
cómplice y escondido de La Boca. Sintió el ardor en su piel, las manos
derretirse al tocar aquel fuego intenso. Sintió el olor seco de su sangre, el
dolor de sus moretones y la desdicha, al llegar el sol, de no haber podido
ganarle, la noche anterior, a aquellos demonios vengativos.
Alan
Beneitez.
Canción post editorial
IMPRESIONES PARA
PERFORMANCE
¿En
qué ojos furtivos se habrá perdido aquella belleza de la mañana? ¿Por qué
calles paseará distraído aquel que intentó ser sincero, aquel que quiso
desinteresadamente y al que tal vez lo quisieron? ¿En qué mano de naipes habrá
perdido el interés, primero, para olvidarse luego, de las ganas? ¿Cuál habrá
sido la injusta muerte de aquel que con sus palabras se entregaba al laborioso
misterio del lenguaje, de ese que soñaba con aquel poema para luego gastar su
vida y su tiempo escribiendo siempre otros? ¿Serán la muerte y el olvido para
ellos o será que habrán tenido el valor de desechar para siempre a este que en
una noche de insomnio observa vacío y frustrado, en un silencio inquebrantable
la hoja en blanco. A ellos los abrazo desde la torpeza de otra noche perdida,
desde la intolerancia de un amanecer que se cansó de esperar y les juro un
papel mejor quizás en otra vida, hasta que ninguna muerte nos separe. Truman Capote, en el prefacio de su libro
“Música para camaleones” escribió
que cuando dios nos ofrece un don, al
mismo tiempo nos entrega un látigo, y este solo tiene por finalidad la
autoflagelación.
Tal vez sea aquel el látigo que caerá una y otra vez sobre
Turner, aquella estrella de rock interpretada
por el mismísimo Mick Jagger en el film Performance de los directores Cammell
y Roeg. Turner, padecerá el infierno de tener el don, sufrirá de
aquella locura, de aquella fiebre de no poder hacer más que su arte. Esa será
su condena, ese será su paraíso. Morirá sus días interminables, furiosos y
oscuros en aquel palacio de los sentidos, en aquella madriguera del conejo
blanco por donde Alicia desciende. Allí todo se vestirá de orgias y pasiones,
allí mandará, definitivamente el deseo. Allí, entre drogas y alucinógenos,
caerán para siempre las estructuras, y solo en aquel abismo se evidenciará la
verdadera complejidad de la que estamos hechos. Hasta allí llegara Chaz,
coprotagonista del film, escapando de su pasado y al caer en la madriguera, será
purificado. La cinta narrará un drama psicodélico, describirá un viaje en busca
de respuestas sin importar lo terrible que estas sean. Se servirá de una
fotografía inteligente, de un montaje atractivo y por momentos audaz, relatará
a través del uso de distintas texturas, cambiando para esto el soporte fílmico,
buscando la repetición, utilizando una paleta oscura para el adentro y otra más
clara y naturalista para el afuera.
En aquel periplo habrá cierto aroma Borgeano,
en la utilización de los simbolismos, en la fragilidad del tiempo, en la
nostalgia del viaje y en la muerte inminente de los que supimos ser. Allí
morirá la estructura, lo preestablecido, la frialdad de los mandatos, será allí
donde el látigo de nuestro don nos obligue a seguir caminando en la búsqueda
desesperada de la aventura. En aquel descenso será donde el poeta y el asesino
se den la mano, porque ni el uno ni el otro temerán al padecimiento de una vida
apasionada. Nos iremos probablemente con aquella sensación de que Chaz y
Turnner siempre fueron el mismo, con la inmensa metáfora romántica de aquel
artista que muere en cada obra, que lo arriesga todo porque tiene bien en claro
que el más allá, mis amigos, es el más acá. Por tipos como Turner, este viernes
levantamos nuestra copa. Por aquellos que fuimos y han sabido quedarse en el
camino, porque los que hoy estamos aquí, elegiremos nuestra muerte que no es
otra cosa que elegir nuestra vida. Seremos nuestros y nos gobernaremos hasta el
punto final del poema, y en cuanto fallemos a nuestra promesa, el grito será
solo uno: Asesíname.-
Lucas
Itze.-
Canción post impresiones
También escuchamos a The Last Poets
UNIVERSO ROEG
Nacido
en Londres en 1928, es un director de culto y fotógrafo del cine inglés. Empezó
como fotógrafo gracias a directores de la talla de Fracois Truffaut (Farenheit 451), David Lean (Doctor Zhivago), o Roger Corman
(La máscara de la muerte roja).
Su
debut se produjo con Perfomance,
película que para la revista Empire está ubicada entre las mejores 500 de la
historia, y fue fuente de inspiración de tres de los directores más aclamados
de nuestros días: Quentin Tarantino,
David Lynch y Guy Ritchie.
Un
año después filma en Australia, Walkabout,
la historia de dos niños que conocen a un aborigen en un desierto, luego del
suicidio de su padre. Nominada a la Palma de Oro en Cannes.
En
1973 dirige la que sería su obra maestra, Amenaza
en la sombra, con Donald Sutherland y Julie Christie. La historia de un
arquitecto y su mujer, que perdieron una hija y se mudan a Venezia, para
reparar una iglesia. Allí unas ancianas le dicen que se comunicaron con su
difunta hija, quien les advierte de un peligro inminente. Una de las grandes
películas de suspenso de los 70.
Vuelve
a unirse a un músico en 1976 en del film fantástico El hombre que cayó a la tierra, con David Bowie, donde un
extrarrestre llega a la tierra para llevar agua para su planeta.
En
1979 dirige Contratiempo, con Art
Garfunkel en el papel principal. Una historia de sexo e infidelidades entre un
profesor que da clases en Viena y su alumna, quien siente el deseo de no estar
con un solo hombre…
En
1983 filma Eureka, la historia de un
hombre que se vuelve rico y se va a vivir a una isla, pero ahí surgirán
problemas con su mujer, su hija y con la mafia que quiere poner un casino en la
isla.
Dos
años después llega Insignificancia,
una comedia en donde Albert Einstein se encuentra con Marilyn Monroe en la
habitación de su hotel, donde empiezan a charlar desde sexo hasta política. La
cosa se complica cuando aparecen el senador McCarthy y Joe Di Maggio, el ex esposo
de la acrtiz.
En
1987 filma Castaway (Robinson Crusoe
por un año), donde un escritor publica una solicitada para ir a una isla con
una chica. Una camarera de 25 años acepta su pedido, y allí se van a pasar un
futuro incierto en una isla del Pacífico.
Ese
año participó de Aria, una película
de episodios dirigida por 10 directores como Robert Altman, Jean-Luc Godard y
Bruce Beresford, entre otros.
En
1988 dirige a su mujer Theresa Russell (y quien participa de casi todos sus
films), y a Gary Oldman en Ruta 29.
La historia de una mujer desequilibrada que vive con su hermano, cuando llega a
la ciudad un hombre que la hace revivir el pasado, en el que ella fue violada a
los 16 años y su hijo fue dado en adopción… El nuevo hombre es una mezcla del
violador pero con la edad que tendría su hijo…
Dirigió
ese año para la tv otra remake de Dulce
pájaro de juventud, con Elizabeth Taylor.
En
1990 dirige La Maldición de las brujas,
donde un niño apasionado por las historias que le cuenta su abuela, empieza a
notar que lo introducen en un mundo misterioso.
En
1993 y también para la tv dirige El
corazón de las tinieblas, con John Malkovich y Tim Roth. Adaptación de la novela de Joseph Conrado,
donde un aventurero va en busca del misterioso Kurtz, un personaje siniestro.
En
1995 dirige Dos muertes, la historia
de un Doctor durante la guerra civil de Bucarest, quien mantiene una apasionada
historia de amor con su ama de llaves.
Ese
año también filma El masaje, la
historia de un masajista y su clienta, que a pesar de vivir en dos mundos
diferentes, notan que tienen más cosas en común que lo que pensaban.
Un
año después llega Sanson y Dalila,
la historia basada en la Biblia, en un film para la tv que contó con Elizabeth
Hurley.
Once
años pasaron para que llegue su último film: Puffball, donde una mujer embarazada se muda a un valle solitario y
misterioso y una vez que llega empiezan a pasar cosas extrañas. Ahí es cuando
los vecinos intentan acabar con el bebé que lleva dentro…
Por
su parte Donald Cammel dirigió tres
films más después del debut: Engendro
mecánico en 1977, ocultismo y tecnología se juntan en esta película
protagonizada por Julie Christie. Trabajando en el tema de la Inteligencia
Artificial un científico crea un computador que, con el paso del tiempo, se va
poniendo más inteligente y poderoso. Finalmente viola a la esposa de su creador
quien dará a luz a un hijo híbrido y demoniaco.
En
1987 dirige En lo blanco del ojo, donde
un experto en sonido es acusado de asesinar a varias dueñas de casa cuyos
cuerpos han sido encontrados completamente mutilados. Con David Keith y Cathy
Moriarty.La película obtuvo una calificación X pero Marlon Brando intervino
para que el comité la bajara a R
La
última película de Cammell fue El lado
salvaje considerada una película
maldita hoy en día imposible de encontrar y según muchos la que le condujo
a la fuerte depresión. Christopher Walken interpreta a un importante hombre de
finanzas que, para hacer más emocionante la vida sexual con su esposa, contrata
a una prostituta que esconde un par de secretos. Lesbianismo, sangre y un
entramado en clave thriller caracterizan a este último filme del realizador.
Cammel
falleció un año después, a los 62 años, luego de suicidarse, debido a que los
productores de su última película recortaran varias tomas.
Aznar y el homenaje a Borges, igual que en el film...
Uno de los temas del film, interpretado por Mick Jagger
FICHA TÉCNICA
Título
original: Performance
Año:
1970
Duración:
105 min.
País:
Reino Unido
Director:
Nicolas Roeg, Donald Cammell
Guión:
Donald Cammell
Música:
Jack Nitzsche
Fotografía:
Nicolas Roeg
Reparto: James Fox, Mick
Jagger, Anita Pallenberg, Michèle Breton, Ann Sidney, Johnny Shannon, Anthony
Valentine
SINOPSIS
Debut
de Roeg en un thriller ambientado en el mundo de la música pop. Chas es un
performer de la mafia, un matón a sueldo que aplica curiosas y artísticas
torturas a sus víctimas. Cuando surge un problema con su capo, se ve obligado a
huir, y decide esconderse en el sótano de una antigua casa de un suburbio de
Londres. El casero, una ex estrella de rock llamada Turner (interpretado por
Mick Jagger), vive con dos mujeres con las que forma un trío, y se pasa el día
comiendo setas alucinógenas e improvisando con la guitarra. Al principio, Chas
y Turner chocan, pero poco a poco, en un viaje de conocimiento mutuo, se darán
cuenta de que ambos son performers y que tan sólo una delgada línea les separa.
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