Programa
39 (09-12-2013)
EDITORIAL
Buenas
noches, quiero contarle una historia. Hace muchos años, a pocas cuadras de acá,
de este mismo bar, vivía un pibe de mirada tierna y cara inocente. Aquel chico
supo tener un amor, uno de esos que surcan la piel y dejan marcas para siempre.
Los ancianos del barrio aseguran que se entregó completo a aquel sentimiento. Incendió su cuerpo en abrazos infinitos,
desafió los límites de la piel en besos delirantes, devoró noches enteras
enredado en sabanas y sueños. Aventuró algún que otro verso, que luego
destruyó, prudentemente. Los años pasaron inapelables, acumulando, con suerte,
algunas anécdotas, enfriándolo todo en invierno, repartiendo angustias en
otoño. Y entonces, una tarde, una triste tarde, la chica se fue. En este punto,
las versiones son varias. Algunos cuentan que ella se levantó y lo dejó repleto
de soledad en la mesa de un bar. Los cartógrafos del barrio, insisten en ubicar
aquel doloroso suceso en la esquina de Dean Funes y Caseros. Otros juran
haberla visto a ella descender las lomas del Parque Patricios para luego
escapar por La Rioja ,
agregan, también, que iba llorando. Lo cierto fue que la chica nunca lloró.
Casi ni se despidió y siguió caminando por la avenida San Juan
hasta perderse en la ciudad, para siempre. El si lloró, y camino sin rumbo por la calle Catamarca ,
arrastrando en cada paso una angustia que ya entendía compañera. Un buzón rojo,
que la modernidad devoró, fue el único testigo.
La vida continuó, en un sádico
devenir de horas vacías. Continuo, con la frialdad de un almanaque. Otra alma
en pena, con su misma inocencia y juventud, propuso entonces, un viaje a una
gran ciudad, lejos de aquellos sicarios del tiempo que son los recuerdos. Fue
así, que los dos jóvenes viajaron, repletos de sueños, prometiéndose aventuras inimaginables.
Pero bueno, como ya se sabe, las grandes
ciudades no comprenden de almas en penas. La hostilidad fue completa. El pibe
caminaba con temor por aquellas veredas gigantes, repleta de gente apurada,
cargadas de tipos completamente insensibles al dolor que crecía en su pecho.
Caminaba por aquellos parques gigantes y observaba esas arboledas rodeadas de
torres infinitas, de taxis amarillos, insultando en árabe o en ingles. Sentía
la soledad de esos árboles, extirpados de su bosque, inmersos en un ambiente de
simulación y smog. Desde sus auriculares, Goyeneche volcaba poesía como una
cascada triste y sofocante. Fue entonces, cuando el chico comprendió que su
tristeza sería infinita, porque tuvo la certeza de que aquel bosque, del que él
se sentía árbol, existía solo en el pasado, inundado de fantasmas narradores de
datos falsos y pintores de paisajes inexistentes. Fue en la frialdad de esa
maldita ciudad y entre las quejosas notas de los bandoneones, donde el chico se
juró nuevos bosques y aprendió a disfrutar del sabor añejo de los viejos
recuerdos. Aquel chico, era yo. Aquella ciudad, Manhattan.-
Lucas
Itze.-
Canción elegida para la editorial
IMPRESIONES
SOBRE MANHATTAN
Del
negro absoluto nos rescata el sonido de un clarinete realizando una rápida
escala. Lo reconocemos al instante, es Gershwin, es Manhattan. Pronto la imagen
se abre y comienza a mostrarnos la ciudad de la manera más hermosa. Nos lleva
de la mano y nos destapa los ojos en esquinas, parques y museos. El blanco y
negro, el jazz de Gershwin y la voz en off de Woody Allen terminan de completar
aquellas postales maravillosas. Y este será un concepto que se tomará como
estética de la fotografía del film. Allen utilizará esta película para
mostrarnos Manhattan a través de sus ojos. Nos entregará postales bellísimas de
la ciudad, notaremos que las puestas de cámara serán, en su gran mayoría,
fijas, alcanzando propuestas lumínicas notables, consiguiendo encuadres
memorables, logrando un efecto pictórico exquisito. Estamos frente a una obra
maestra y lo sabremos desde los primeros minutos del film. Una vez más, Allen,
en este caso con el aporte de Marshall Brickman, demostrara su magnificencia
como guionista. Recorreremos a través del devenir del relato la relación entre
Issac, interpretado por el propio director, y la joven Tracy , de solo
17 años, delicadamente interpretada por Mariel Hemingway. Pero, como es común
en este director, esta situación marco, será excedida todo el tiempo.
La
película buscará ir mas allá en cada línea de dialogo, en cada plano.
Encontraremos en ella una descripción minuciosa y sincera de aquella clase
media – alta, insoportablemente intelectual, mentalmente cerrada y soberbia a
la que el mismo Allen pertenece. Pondrá la lupa en aquellos seres, que lo
tienen todo, que lo saben todo, y sin embargo, no pueden amar. Nos mostrará sus
conflictos, sus miserables mentiras, sus
torpes intentos de felicidad. Veremos a esa gente llenar sus vacías vidas con
citas de Bergman, Fellini o Kierkegaard.
Los veremos engañarse a ellos mismos y
escucharemos sus eternos lamentos freudianos. Pero entre toda esa basura,
estará ella, repleta de ternura y frescura. Estará la bella Tracy , demostrando
una madurez natural y no forzada, con su capacidad de amar intacta. Y entonces
vendrá aquella cita a Casablanca: Siempre
tendremos Paris, y sus lágrimas caerán pero no la harán histéricamente como
el resto de los personajes, sino con la franqueza de quien se desarma
verdaderamente por dentro. Issac se dará cuenta de su error y correrá para
remediarlo. Se verán quizás por ultima vez,
eso nunca lo sabremos. Manhattan nos despedirá en la agonía de un
atardecer majestuoso. Nos dejará el sabor de aquella melodía triste, nos dejará los resabios de esos acordes, recordando para siempre esa triste canción de amor.
Lucas
Itze.-
Canción post análisis
También un homenaje a esos cobardes para amar
Y nos fuimos escuchando a La Renga
FICHA
TÉCNICA
Título
original: Manhattan
Año:
1979
Duración:
96 min.
País:
Estados Unidos
Director:
Woody Allen
Guión:
Woody Allen, Marshall Brickman
Música:
George Gershwin
Fotografía:
Gordon Willis (B&W)
Reparto:
Woody Allen, Diane Keaton, Mariel Hemingway, Michael Murphy, Meryl Streep, Anne
Byrne, Karen Ludwig, Michael O'Donoghue, Wallace Shawn
Sinopsis
Isaac
Davis, un neoyorquino de mediana edad tiene un trabajo que odia, una novia de
17 años a la que no ama y una ex esposa lesbiana a la que desearía estrangular,
porque está escribiendo un libro en el que cuenta las intimidades de su
matrimonio. Cuando conoce a Mary, la sexy y snob amante de su mejor amigo, se
enamora perdidamente de ella. La idea de dejar a su novia, acostarse con Mary y
abandonar su trabajo supone para él el comienzo de una nueva vida.
Trailer
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