domingo, 22 de junio de 2014

MANHATTAN

Programa 39 (09-12-2013)


EDITORIAL

Buenas noches, quiero contarle una historia. Hace muchos años, a pocas cuadras de acá, de este mismo bar, vivía un pibe de mirada tierna y cara inocente. Aquel chico supo tener un amor, uno de esos que surcan la piel y dejan marcas para siempre. Los ancianos del barrio aseguran que se entregó completo a aquel sentimiento.  Incendió su cuerpo en abrazos infinitos, desafió los límites de la piel en besos delirantes, devoró noches enteras enredado en sabanas y sueños. Aventuró algún que otro verso, que luego destruyó, prudentemente. Los años pasaron inapelables, acumulando, con suerte, algunas anécdotas, enfriándolo todo en invierno, repartiendo angustias en otoño. Y entonces, una tarde, una triste tarde, la chica se fue. En este punto, las versiones son varias. Algunos cuentan que ella se levantó y lo dejó repleto de soledad en la mesa de un bar. Los cartógrafos del barrio, insisten en ubicar aquel doloroso suceso en la esquina de Dean Funes y Caseros. Otros juran haberla visto a ella descender las lomas del Parque Patricios para luego escapar por La Rioja, agregan, también, que iba llorando. Lo cierto fue que la chica nunca lloró. Casi ni se despidió y siguió caminando por la avenida San Juan hasta perderse en la ciudad, para siempre. El si lloró, y camino sin rumbo por la calle Catamarca, arrastrando en cada paso una angustia que ya entendía compañera. Un buzón rojo, que la modernidad devoró, fue el único testigo. 


La vida continuó, en un sádico devenir de horas vacías. Continuo, con la frialdad de un almanaque. Otra alma en pena, con su misma inocencia y juventud, propuso entonces, un viaje a una gran ciudad, lejos de aquellos sicarios del tiempo que son los recuerdos. Fue así, que los dos jóvenes viajaron, repletos de sueños, prometiéndose aventuras inimaginables. Pero bueno, como ya se sabe, las grandes ciudades no comprenden de almas en penas. La hostilidad fue completa. El pibe caminaba con temor por aquellas veredas gigantes, repleta de gente apurada, cargadas de tipos completamente insensibles al dolor que crecía en su pecho. Caminaba por aquellos parques gigantes y observaba esas arboledas rodeadas de torres infinitas, de taxis amarillos, insultando en árabe o en ingles. Sentía la soledad de esos árboles, extirpados de su bosque, inmersos en un ambiente de simulación y smog. Desde sus auriculares, Goyeneche volcaba poesía como una cascada triste y sofocante. Fue entonces, cuando el chico comprendió que su tristeza sería infinita, porque tuvo la certeza de que aquel bosque, del que él se sentía árbol, existía solo en el pasado, inundado de fantasmas narradores de datos falsos y pintores de paisajes inexistentes. Fue en la frialdad de esa maldita ciudad y entre las quejosas notas de los bandoneones, donde el chico se juró nuevos bosques y aprendió a disfrutar del sabor añejo de los viejos recuerdos. Aquel chico, era yo. Aquella ciudad, Manhattan.-

Lucas Itze.-        

Canción elegida para la editorial


IMPRESIONES SOBRE MANHATTAN

Del negro absoluto nos rescata el sonido de un clarinete realizando una rápida escala. Lo reconocemos al instante, es Gershwin, es Manhattan. Pronto la imagen se abre y comienza a mostrarnos la ciudad de la manera más hermosa. Nos lleva de la mano y nos destapa los ojos en esquinas, parques y museos. El blanco y negro, el jazz de Gershwin y la voz en off de Woody Allen terminan de completar aquellas postales maravillosas. Y este será un concepto que se tomará como estética de la fotografía del film. Allen utilizará esta película para mostrarnos Manhattan a través de sus ojos. Nos entregará postales bellísimas de la ciudad, notaremos que las puestas de cámara serán, en su gran mayoría, fijas, alcanzando propuestas lumínicas notables, consiguiendo encuadres memorables, logrando un efecto pictórico exquisito. Estamos frente a una obra maestra y lo sabremos desde los primeros minutos del film. Una vez más, Allen, en este caso con el aporte de Marshall Brickman, demostrara su magnificencia como guionista. Recorreremos a través del devenir del relato la relación entre Issac, interpretado por el propio director, y la joven Tracy, de solo 17 años, delicadamente interpretada por Mariel Hemingway. Pero, como es común en este director, esta situación marco, será excedida todo el tiempo. 


La película buscará ir mas allá en cada línea de dialogo, en cada plano. Encontraremos en ella una descripción minuciosa y sincera de aquella clase media – alta, insoportablemente intelectual, mentalmente cerrada y soberbia a la que el mismo Allen pertenece. Pondrá la lupa en aquellos seres, que lo tienen todo, que lo saben todo, y sin embargo, no pueden amar. Nos mostrará sus conflictos, sus miserables mentiras,  sus torpes intentos de felicidad. Veremos a esa gente llenar sus vacías vidas con citas de Bergman, Fellini o Kierkegaard. 


Los veremos engañarse a ellos mismos y escucharemos sus eternos lamentos freudianos. Pero entre toda esa basura, estará ella, repleta de ternura y frescura. Estará la bella Tracy, demostrando una madurez natural y no forzada, con su capacidad de amar intacta. Y entonces vendrá aquella cita a Casablanca: Siempre tendremos Paris, y sus lágrimas caerán pero no la harán histéricamente como el resto de los personajes, sino con la franqueza de quien se desarma verdaderamente por dentro. Issac se dará cuenta de su error y correrá para remediarlo. Se verán quizás por ultima vez,  eso nunca lo sabremos. Manhattan nos despedirá en la agonía de un atardecer majestuoso. Nos dejará el sabor de aquella melodía triste, nos dejará los resabios de esos acordes, recordando para siempre esa triste canción de amor.

Lucas Itze.-

Canción post análisis


También un homenaje a esos cobardes para amar


Y nos fuimos escuchando a La Renga


FICHA TÉCNICA

Título original: Manhattan
Año: 1979
Duración: 96 min.
País: Estados Unidos
Director: Woody Allen
Guión: Woody Allen, Marshall Brickman
Música: George Gershwin
Fotografía: Gordon Willis (B&W)
Reparto: Woody Allen, Diane Keaton, Mariel Hemingway, Michael Murphy, Meryl Streep, Anne Byrne, Karen Ludwig, Michael O'Donoghue, Wallace Shawn

Sinopsis

Isaac Davis, un neoyorquino de mediana edad tiene un trabajo que odia, una novia de 17 años a la que no ama y una ex esposa lesbiana a la que desearía estrangular, porque está escribiendo un libro en el que cuenta las intimidades de su matrimonio. Cuando conoce a Mary, la sexy y snob amante de su mejor amigo, se enamora perdidamente de ella. La idea de dejar a su novia, acostarse con Mary y abandonar su trabajo supone para él el comienzo de una nueva vida.


Trailer


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