EDITORIAL
Desde este humilde foro siempre decimos que
la palabra guerra significa locura, terror y muerte. Que nunca, pero nunca,
vamos a sentir que es pasar por eso, porque jamás lo vivimos. Y ni siquiera
llegamos a imaginarlo, aunque tengamos miles de imágenes dando vueltas por
nuestras mentes. También más de una vez jugamos a ser soldados esperando el
tiro del final o intentando la heroica lucha por la victoria. Esta vez no es el
caso. ¿Para qué sumergirnos en ese infierno desde la comodidad de un
escritorio? ¿Por qué intentar imitar a los millones que lo padecieron de la
forma más cruel posible? Cuando el primer ser humano dio sus primeros pasos,
empezó a gestarse una batalla. Inicialmente fueron por alimentos, luego por
territorios, más adelante empezaron los problemas religiosos y a participar en
este juego las distintas etnias hasta terminar peleando por el petróleo o el
agua.
Llegará un momento que todo se trasladará al espacio, y allí ya no habrá
vuelta atrás. Porque no sólo terminaremos arruinando nuestro planeta, sino
también otros, que hace millares de años ni sabíamos que existían. Hoy, alguien
desde su cómodo sillón puede apretar un pequeño botón y mandar todo al diablo.
Y así las risas de miles de niños se apagarán para siempre, porque a un sujeto
en otro punto del mapa no le gustó la palabra del contendiente de turno. Y
llegarán las imágenes y la prensa se cubrirá de morbo para ver quien exprime
más la tinta chorreada en sangre. Y alguno más allá, bregará por la paz y será
enjuiciado o asesinado cobardemente, depende el guión que le tenga escrito el
destino. Y así seguiremos disparando balas sin sentido y bombas sin ideologías,
incendiando nuestra propia miseria. Porque en un mundo de héroes quedarán
inmortalizados los que lo arruinaron todo y se convirtieron para siempre en los
malditos
bastardos.
Marcelo De Nicola.-
Canción elegida para la editorial
IMPRESIONES
SOBRE BASTARDOS SIN GLORIA
Tal como hemos discutido más de una vez en
este mismo foro, volvemos sobre aquella desafiante idea de que la verdad es una
construcción que surge de la íntima relación entre el sujeto y el objeto y que
el carácter artificial de aquella relación no deriva de una construcción
natural que surja de las cosas. La verdad es una mentira exitosa nos reclamaba
el propio Nietzsche mintiéndonos tal
vez con exquisita habilidad. En el capítulo
XI de su Poética, Aristóteles
introducirá el concepto de verosimilitud y dirá al respecto que el historiador
y el poeta no se diferencian por expresarse en prosa o en verso, sino en decir
uno lo que ha sucedido y el otro lo que podría suceder. Lo verosímil entonces
tendrá lugar dentro de aquello que los hombres consideren como probable, aun
resultando alguna de estas cosas imposibles de ser en el mundo real. En esta
misma línea, citará nuestro gran amigo Jean
Claude Carriere en su obra The End
a Boileau quien digiera que lo real,
puede a veces no ser verosímil. De esta manera, se creará aquí cierto conflicto
entre la razón y la realidad. El verosímil entonces, al igual que la realidad,
no es otra cosa sino una construcción. Una construcción de un universo cuyas
leyes operan sobre lo probable favoreciendo de esta manera al sentido de
credibilidad. Será uno de los grandes logros del siempre genial director Quentin Tarantino esta delicada
creación de verdad narrativa en su obra Bastardos
sin Gloria. Mi amigo Santiago Carlos
Oves escribió alguna vez que el relato es el problema y la historia es el
hallazgo, dividiendo de esta manera ambos conceptos, separando sabiamente el
qué del cómo.
Resulta entonces el film de Tarantino un curioso hallazgo
resuelto de la manera que solo el ojo de un gran artista puede resolver.
Estamos frente a un guion sólido, complejo y puntillosamente elaborado.
Sugerentemente armonioso en su ritmo y delicado en su sonoridad. Será una obra
equilibrada por donde se la analice, a tal punto que por mucho que nos
esforcemos esta noche, siempre resultaran escasas las sonseras que podamos
balbucear frente al micrófono. El trabajo de análisis requerirá la minuciosidad
de ir al plano por plano, de analizar la compleja poética de su construcción,
no porque lo que se vaya a decir sea encriptado sino por las simples bellezas
de las formas. El relato tendrá una fotografía elaborada, construyendo
encuadres dignos del arte pictórico, trabajando el balance de la colometría de
manera obsesiva. Cada puesta de cámara reflejara un inteligente trabajo en la
construcción visual digna de un Von
Trier o tal vez de un Bergman.
El film se estructurará básicamente sobre una linealidad narrativa que se
romperá en escasas ocasiones a causa de algún flashback o pequeños raccontos, y
será dividido tal como ya lo hiciera en otros de sus films, en capítulos.
Esto
alimentará la fantasía de que la película fue pensada en secuencias más que en
escenas, siendo estas primeras un conjunto de situaciones o de unidades de
espacio tiempo vinculadas entre sí por una continuidad temática. Notaremos
también un trabajo minucioso en la construcción de diálogos, los cuales serán
dinámicos, precisos y sugerentes, manejando siempre un subtexto mucho más
sabroso que aquello latente, dándole prioridad siempre a lo aludido. La
construcción de los personajes será otro de los grandes logros de esta obra. El
director decidirá ir más allá de los personajes prototípicos diseñados por las
convenciones propias del género e introducirá a la narración otros cuya
tridimensionalidad resultará llamativa e interesante. Trabajará así la
perversión de una manera que llegará tal vez hasta el plano de lo infantil.
Trabajará la morbosidad de manera descarnada algunas veces y extremadamente
sutil en otras. Trabajará la muerte, pero no lo hará desde el punto de vista
aberrante propio de la guerra sino desde otro lado, y aquí el hallazgo
comentado al principio de todas estas torpezas, lo hará desde la venganza. Sera
el propio director y guionista de la obra quien genere un verosímil tan sólido
que lograra cambiar los hechos históricos para otorgar la muerta tal vez más
sádica al propio Hitler contada
jamás. Lo hará probable y le creeremos. Lo hará por venganza, lo hará verdad.
Lucas Itze.-
Canción post impresiones
Uno de los temas nuevos del Indio Solari
UNIVERSO
TARANTINO
Si hablamos de Quentin Tarantino, hablamos
de un cinéfilo con todas sus letras. Nacido en Knoxville en 1963. Creció en un
barrio al sur de Los Angeles, rodeado de blancos y negros, y pasó una infancia
viendo películas de Kung Fu.
De adolescente empezó a trabajar en un
videoclub llamado Video Archives en Manhattan Beach, junto a varios entusiastas
del cine, entre ellos Roger Avary.
Su primer trabajo fue My Best Friend's Birthday, en lo que fue su primer corto mientras
trabajaba junto a Craig Hamann en el video club.
Luego, empezó a escribir junto con Avary y
otros amigos, pasó varios frustrantes años escribiendo e intentando poner en
marcha dos guiones que pretendían ser su debut como director. En parte como
consecuencia de lo difícil que resultaba poder hacer una "película de
verdad" para un escritor desconocido como director, escribió en 1991 Reservoir Dogs, con la intención de que
fuera el proyecto más minimalista que se pueda imaginar: la historia de un
atraco a mano armada en la que el robo tiene lugar fuera de la pantalla,
páginas y páginas de diálogo que necesitan un sólo plató. Pretendía ser una
película de 16mm extremadamente barata con Tarantino y sus amigos de Video
Archives interpretando todos los papeles.
Afortunadamente, el ambicioso
productor Lawrence Bender leyó el
guion de Reservoir Dogs, le fascinó y pidió a Tarantino que le concediera un
mes para intentar convertirlo en esa "película de verdad". Fue Bender
quien hizo llegar el guion al actor Harvey
Keitel y fue el entusiasmo de éste lo que atrajo a varios buenos actores y,
finalmente, un presupuesto decente para la producción.
Su primera película terminó siendo un
éxito, dos años después llegaría su punto más alto: Pulp Fiction, con la que ganó su primer Oscar como guionista y le devolvió la fama a John Travolta, además de mostrar las grandes actuaciones de Samuel L. Jackson y Uma Thurman.
En 1995 filmó uno de las cuatro historias
de Four Rooms, nuevamente con Tim Roth y Bruce Willis en los papeles protagónicos. Las otras tres historias
eran dirigidas por Alexander Rockwell,
Allison Anders, y su amigo, Robert Rodriguez.
En 1997 llega Jackie Brown, su película menos conocida, pero no por eso menos
importante, donde el bueno de Quentin demuestra que no todo es violencia. Con Pam Grier en el papel principal, y
grandes secundarios como Robert Forster,
Robert De Niro, Samuel L. Jackson, Bridget
Fonda y Michael Keaton.
En 2003 filmó Kill Bill, Volumen 1, un homenaje al cine de artes marciales que
mamó desde pequeño. Con una encantadora Uma
Thurman en el papel de La Novia. Un año después filmó el Volumen II.
En 2005 participó en una parte de la
película Sin City como director
invitado. La película basada en cómics fue dirigida por Frank Miller y Robert Rodriguez.
En 2007 llegó el proyecto doble junto a su
amigo Rodríguez: Grindhouse dividida en Planet Terror dirigida por Rodriguez y Death Proof dirigida por Tarantino, con
Kurt Russell como protagonista.
En 2009 vuelve a dar que hablar con Bastardos sin gloria, su primera
película sobre la segunda guerra mundial, con actores de varias partes del
mundo como Brad Pitt, Diane Kruger, Christoph Waltz, Daniel
Brühl, Melanie Laurent y Michael Fassbender. Fue candidato a
mejor guión, mejor director y mejor película.
Luego llegó Django Unchained, un esclavo rescatado por un caza recompensas, con
Jamie Foxx, Leonardo DiCaprio, Christoph
Waltz y Samuel L. Jackson.
Nuevamente ganó el Oscar a mejor guión y fue nominado a mejor película.
En 2015 siguió con la idea western cuando
se puso tras las cámaras para rodar Los
ochos más odiados con Samuel L.
Jackson, Kurt Russell, Jennifer Jason Leigh, Tim Roth, Michael Madsen, entre otros.
A través de sus películas, Tarantino
homenajeó todo el cine con el que creció y al que admiró. Reservoir Dogs es su película
de atracos, Pulp Fiction la de cine negro, Kill Bill la de artes marciales,
Jackie Brown su película de "blaxploitation" (películas exclusivas de
negros), Death Proof como su película Exploitation, el spaghetti western y al
cine bélico italiano de los años sesenta en Inglourious Basterds y un western
en su última Django Unchained. Con pocas películas se hizo un nombre dentro del
cine, amado y odiado en partes iguales, estamos en presencia de uno de los
últimos rebeldes del cine.
FICHA
TÉCNICA
Título original: Inglourious Basterds
Año: 2009
Duración: 146 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Quentin Tarantino
Guion: Quentin Tarantino
Música: Varios
Fotografía: Robert Richardson
Reparto: Brad Pitt, Christoph Waltz,
Mélanie Laurent, Diane Kruger, Michael Fassbender, Daniel Brühl, Eli Roth, Til
Schweiger, B.J. Novak, August Diehl, Mike Myers, Omar Doom, Sylvester Groth, Denis
Menochet, Richard Sammel, Jacky Ido, Martin Wuttke, Julie Dreyfus, Samm Levine,
Gedeon Burkhard, Rod Taylor, Christian Berkel, Léa Seydoux.
SINOPSIS
Segunda Guerra Mundial (1939-1945). En la
Francia ocupada por los alemanes, Shosanna Dreyfus (Mélanie Laurent) presencia
la ejecución de su familia por orden del coronel Hans Landa (Christoph Waltz).
Después de huir a París, adopta una nueva identidad como propietaria de un
cine. En otro lugar de Europa, el teniente Aldo Raine (Brad Pitt) adiestra a un
grupo de soldados judíos ("The Basterds") para atacar objetivos
concretos. Los hombres de Raine y una actriz alemana (Diane Kruger), que
trabaja para los aliados, deben llevar a cabo una misión que hará caer a los
jefes del Tercer Reich. El destino quiere que todos se encuentren bajo la
marquesina de un cine donde Shosanna espera para vengarse.